Capitulo 14. Sorprendida.

Estoy en el apartamento, mi amiga salió a comprar algunas cosas que necesitamos, yo me quedé preparando el almuerzo, esto de estar haciendo nada no me gusta ya estoy muy acostumbrada a moverme de un lado a otro mientras hago mis quehaceres.

Coloco en la playlist de mi teléfono una canción que me encanta del grupo Ha-ash, la canción de perdón, perdón comienza a sonar.

🎶Perdóname por ver colores en un cielo gris

Por convencerme que a tu lado iba a ser feliz

Perdóname por entregarme a ti

Te imaginé sincero cuando no era así...

Le di todo el volúmen, en esa casa no podía escuchar música porque a la señora Jenna le molestaba, cantando escuché que tocan a la puerta—vaya sera que la loca de kristin dejo la llave, Mariano no es porque vendrá más tarde.

Sin bajarle el volumen, como estoy vestida un shorts de algodón, una ombliguera de algodón, el cabello envuelto en una pañoleta. Una verdadera loca.

Abro la puerta sin siquiera mirar ya que tengo entendido aquí no viene nadie más, asi que supuse era mi amiga quien entraría, precisamente están pasando la parte de la canción que dice.

🎶Te dialice a mi lado en mis noches y días y me aferre a la idea que tú eras el amor de mi vida...

Y te pido perdón, perdón, Perdón, por haberte confiado sin dudar mi corazón, entregar mi alma a tus brazos, por confiar mi cuerpo en tus manos, perdón, perdón, perdón por crearme está falsa historia de amor y te pido perdón por haber esperado demasiado de un perdedor🎶

Solo abri la puerta me di la vuelta para seguir cantando el coro, lo cante con tanto sentimiento a todo pulmón, de repente sentí que alguien se pega a mi cuerpo el cual se estremece enseguida, reaccionando a si tacto como si lo conociera.

—Supongo que ese perdedor soy yo—Susurra en la pata de mi oreja, el corazón comenzó a galopar a mil por hora, latía tan fuerte que lo sentía dentro de mis oídos.

Me quedé helada no sabía que hacer, en cambio el si, me presiono la parte baja de mi espalda con su dureza a lo que no pude evitar soltar un suspiro.

Que demonios hace aquí, como es que me consiguió.

Me dió la vuelta para quedar frente a él, sentía que me iba a derretir cuando me miro a los ojos, humecto los labios con su lengua un jadeo salió de los míos.

—¿Q..que haces aquí, Cameron?—No podía articular palabra tenerlo tan cerca me nubla los sentidos.

—Queria hablar contigo, pero vengo y te consigo así, así que lo único que quiero es comerte—¡Bam! me dolieron las nalgas del golpe que me di cuando me caí de la nube en la que estaba, por su presencia.

Lo empuje para que se aleje así con él respirando el mismo aire que yo respiro no me deja pensar con claridad, su aliento caliente, me embriaga, sus labios que me invitan a perderme en ellos.

—Ya, lo había olvidado quieres sexo, que parte de que ya no soy tu muñeca inflable no entiendes—Veo como se distorsiona su rostro.

—¿Mi muñeca inflable?—Repite—¿De dónde sacas eso mujer?—Se acerca nuevamente, la canción ya terminó, así que ya no hay ningún ruido solo el sonar de mi corazón.

—Entonces que era para usted joven Cameron—Tiemblo cuando se acerca más—Porque eso era lo que sentía que significaba para usted.

—Las muñecas inflables, no sienten, no gimen, no piden más—Cinico—No gritan mi nombre cuando se sienten llenas, o están a punto de correrse—Me desestabiliza, con este tono endomoniadamente sexual.

—Eres un cínico Cameron ¿a eso vienes? porque no me dejas en paz de una vez, acaso irme de tu casa no es suficiente para ti, acaso eso no te dice nada.

—No me dice nada, porque no me dices tu que me amas—Me mira con aquella intensidad, de dónde saca eso, ahora porque viene a preguntarme por eso.

—Estas loco—Rio nerviosa—Yo no te amo, lo hacemos rico eso es todo—Trato de parecer convincente, pero cuando intento alejarme me agarra del brazo.

—Me lo vas a negar Jackeline Beckett—Su mirada es tan intensa.

—Si te lo voy a negar, porque no siento tales sentimientos por usted—Le aclaro.

—No mientas que eso es malo—Descarado.

—Responde algo Cameron, que hubieras echo cuando te confesara lo que estaba comenzado a sentir por ti—Me mira dudoso.

—¿La verdad?—Pregunta

—Si la verdad—Se que lo que va a decir no me va a gustar pero debo saberlo.

—Te hubiera alejado de mi...

—Desgraciado—Golpeo su pecho—Eres un hombre ruin, descarado, miserable, no tienes sentimientos—El solo se deja hacer, no hace nada para detenerme, mis lágrimas no las puedo contener.

—Nena, escucha—me toma de las muñecas—Deja que terminé.

—No, no quiero escucharte, no quiero que me envuelvas en tus... Mierdas en tus mentiras—Lloro.

—No llores, por favor, no por mi, no lo valgo, no valgo una de tus lágrimas—Estoy llorando, tengo tanto dolor que cuando el me arrastra a su pecho, me dejó envolver en sus brazos, los mismos brazos que me están causando todo este sentimiento de desamor, me están dando el consuelo que necesito.

—Mirame—Toma mi rostro en sus manos—Jackeline te juro que jamás quise causar este dolor en ti, nunca me di cuenta que lo tuyo era más allá de la pasión, o quizá no quise darme cuenta no se, pero no quiero que llores—Me limpia las lágrimas—Vamos a inténtalo.

Me sorprende.

—¿Intentar que?—No entiendo a lo que se refiere.

—Algo entre nosotros—Me perece que se esta burlando de mí.

—Y que nos vamos a vivir juntos los tres, Elle tu y yo—Nótese la ironía.

—Yo no la deseo ella es solo la pantalla.

—Claro, claro porque estas escribiendo un libro, yo soy la escritora pero ella es la cara bonita—Me burló de mí misma.

—No, claro que no—Responde con molestia.

—Cameron tu no sientes nada por mi, lo único que quieres es mi cuerpo mis orgasmos nada más—Tambien lo deseo mucho, muero porque me tomé y me haga suya aquí mismo, pero no puedo darle más poder sobre mi vida —Y no, ya no, se acabo alejate de mi no te quiero ver más.

—Jackie—Suplica, me duele más a mi pero es algo que debo hacer, alejarme de él.

—No escuchaste que la dejes en paz, que no quiere saber nada de ti—llega Mariano como un súper héroe, se para uno frente al otro, sin dejar de mirarse, parecen gallos de pelea.

—Tu no eres nadie para que te metas—Dice Cameron apretando los puños.

—Es mi novio—grito—Mariano y yo tenemos una relación—Miento se que lo estoy metiendo en problemas.

Los dos hombres me miran, los dos sin poder creer lo que digo.

—¿Esa mierda es verdad Jackeline?—sus ojos están encendidos.

—Asi es, ya no te quiero cerca de mi—Quiero sonar convincente.

Mariano llega a mí me toma por la cintura, Cameron le da un golpe a la pared—Bien, me voy, espero—Mira a Mariano—Que aprendas a vivir con mi sombra, que cuando estés con ella, ella esté pensando en mi—Engreído.

—Vete Cameron por favor—Suplico, el mira por ultima vez a Mariano, después me dice a mi.

—Esto no ha terminado, pronto nos vemos—Sale echo una furia del apartamento.

Mariano me abraza sabe que me siento mal.

—Ya muñeca, no te pongas así, no vale la pena.

—¿Pero que paso? Entra kristin—Vi a tu tormento bajar hecho una furia, que le hiciste.

—Ya pasó, la cocina—Digo para dirigirme a la cocina, se me quemo lo que estaba haciendo—Se me quemó—Lloro estoy tan sensible por la visita de mi tormento como dice mía amiga.

—No importa—Dice Mariano que era mi invitado— pónganse bellas, y nos vamos a un restaurant yo invitó—Kristin se emociona, a veces pienso que ella inventa su edad que es menor porque parece una niña—No acepto una negativa—Me mira no me queda de otra que aceptar—Tenemos algo que celebrar.

Me doy un baño me coloco algo sencillo, no tengo mucha ropa, salimos a un restaurant, muy bonito grade, iluminado con una música suave es perfecto, tranquilo.

Nos sentamos y Mariano pide la comida, dice que nos va a gustar también pide una botella de vino, para celebrar no se que cosa.

Estamos de lo más de divertidos cuando entra Cameron y su prometida, no podían ir a otro lugar tenia que ser exactamente a este.

Justo se sientan en la mesa de atrás, Cameron al sentarse su mirada choca con la mía, lo veo tensar la mandíbula, Dios el poder que tiene su mirada sobre mi cuerpo, mi corazón que lo pone a vibrar.

Hace nada estaba en mi apartamento proponiendo que sea su amante y Míralo ahora.

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