Capitulo 11. Me voy de está casa.

Trabajar en esta casa, tener que ver al par de tortolas me reviente la hiel, no los soporto por más que quiera parecer o ser de otra manera no puedo solo me hago daño a mi misma, el tener que estar aquí torturandome con ellos dos.

Por eso he tomado una decisión mi madre pondrá el grito en el cielo pero es mi vida es mi decisión.

—Jackie entonces siempre te vas a mi apartamento, estoy tan contenta por fin tendré compañía estoy cansada de estar sola—Suspira despues de parlotear tanto.

—Si amiga mañana mismo renunciaré a la señora Jenna, buscaré otro trabajo, y tú—La señalo irás por mi a la casa—Me abraza emocionada.

Yo estoy confundida es la primera vez que voy a estar lejos de mi mamá, lejos de esa gente, lejos de él, que irá a hacer cuando se entere que no estoy más en esa casa, seguro sentirá alivio de que no esté por ahí merodeando, tendrá miedo a que le dañe su perfecta relación con la modelo.

—¿A quien hay que buscar?—Llega Mariano, que es otro que no se cómo manejar, es tan dulce, tierno.

—A Jackie mañana se mudará conmigo, va a salir de esa casa de horror—Reimos por las locuras de ella.

—¿De verdad?— los ojos le brillan el ya sabe todo lo de mi relación con Cameron—Yo puedo ir a buscarte, te puedo ayudar con un empleo, todo lo que tú necesites—Se ofrece, es tan lindo.

—Ok, ok vamos despacio Mariano que aún no me voy, el empleo por supuesto que lo voy a necesitar, mañana hablamos sobre eso—Tengo muchos nervios.

Me voy a mi casa, tengo que llegar a hablar con mi mamá, no se cómo vaya a tomar las cosas, es lo que me preocupa.

—Mami—Me acuesto a su lado—Quiero hablar contigo sobre mi futuro—Ella me mira con el entrecejo fruncido—Me voy de la casa.

—¿Como así hija, la señora Jenna te boto, que paso?—Esta preocupada.

—Calma mamá no es nada de eso, soy yo la que no quiere estar más aquí, voy a vivir con kristin mientras tanto, Mariano me va a conseguir un empleo.

—Hija sabes que mi sueño más grande eres tú, siempre he querido que tu vida no sea estar encerrada en una casa, trabajando sin ninguna esperanza si este paso sirve para que comiences hacer tu vida, sabes muy bien que cuentas con todo mi apoyo—Me limpia las lágrimas que derramé por sus palabras la abrazo muy fuerte, la voy a extrañar muchísimo.

—Gracias mami te amo tanto, te extrañare—Le digo aún abrazada.

—No hija ese es mi deber como madre el día que tú lo seas te darás cuenta lo que es querer que tus hijos Sean mejores que tú.

—Te amo.

Me doy un baño estoy muy nerviosa tengo días que no veo a Cameron desde el día que me llevo a ese hotel y sinceramente creo que eso fue la despedida, nunca voy a olvidar ese día, miro la pulsera que me regaló, ya no la voy a usar más asi que queda guardada en el baúl de los recuerdos.

Lo extraño mucho, es muy difícil acostumbrarse a no tenerlo, a no sentirlo, el juego que teníamos llegó a su fin, lo deseo con cada fibra de mi cuerpo, mis labios desean a los suyos mi cuerpo su sudor, pero debo sacarme ese sentimiento de mi ser.

Termino de acomodar la maleta, no es mucho solo alguna ropa, además de mis recuerdos.

Con lágrimas en los ojos me meto a la cama a ver si puedo conciliar el sueño.

Sirvo el desayuno el me ignora porque su prometida esta aquí, aunque la costumbre de pedir su chocolate no se le quita, eso es algo que voy a extrañar aquí de está casa.

Cuándo todos se han ido.

—Señora Jenna puedo hablar con usted un momento—Me mira por encima del hombro.

—Sea breve, no tengo tiempo—Muestra esa sonrisa retorcida que me causa pavor.

—Bueno—Juego con mi delantal—Es que vengo a renunciar—La escucho soltar la carcajada, más atrás Mía.

—Te vas, acaso vas a recoger latas en la calle—Me mira con despreció, no entiendo porque está señora tiene ser así tan...

—Seguro se consiguió un marrano que la mantenga—Se burla Mia.

Me armó de valor para enfrentarlas—Sinceramente ese no es problema de ustedes que voy hacer después que salga de aquí, estoy cumpliendo con informar que me voy—Las dos me miran incrédula por el tono de voz que empleé.

—Siempre supe que algún día sacarás tus uñas, gata—Se burla—Pero menos mal te vas de aquí, te advierto que cuando estes por ahí muriendo de hambre te voy a volver a recibir solo si vienes de rodillas pidiendo tu empleo de nuevo—Se ríe con maldad, está señora me causa escalofríos.

—No se preocupe eso no va a suceder—Le digo con toda la seguridad que tengo.

—Pasa en 1 hora por tu liquidación espero ya tengas todo listo no te quiero un minuto más aquí—Se va después de mirarme mal.

Salgo a la casa pero de camino me topo con Matilde.

—Que bueno que te vas, no sabes lo feliz que me haces—Se ríe cínicamente.

—Lo siento querida pero no estás más feliz que yo, por fin voy a dejar de ver esa cara de frustrada—Me voy antes que empiece con sus estupideces.

Llegó a la casita me quito el uniforme, mi mamá está en la mansión, le envío un mensaje a kristin para que venga por mi, ella me avisa que llegó, agarro la maleta y me dirijo a la mansión, la señora Jenna esta en la entrada parada tan altiva como siempre, cruzada de brazos y con el cheque en las mano. Mía con una sonrisa a su lado.

Me entrega el cheque se da la vuelta para entrar, pero a Mía se le ocurre la brillante idea de.

—Mami, deberías revisar su maleta no vaya a ser que este robándose Algo—Mocosa, es otra que tiene esa oscuridad en su alma.

—Matilde—La llama ven ahora mismo la mujer llega.

—Digame señora—Llega como toda una sumisa.

—Vacia la maleta de Jackeline—Desgraciada.

—No señora por favor no haga eso—Le suplica mi mamá.

—Callate Greta si no quieres irte con ella ahora mismo.

—Mami— llegó a ella—Tranquila no pasa nada, si a ellas eso le causa satisfacción, o crecimiento personal que lo hagan—las tres me miran mal, Matilde abre la maleta y lanza todo al piso, que rabia que dolor sentí ganas de matarlas a todas.

Lo único que querían era humillarme porque no revisaron nada, después que se fueron metí todo en la maleta porque no dejo que mi mamá me ayude, no entiendo porque tanto desprecio conmigo.

Salgo y kristin está con Mariano afuera ella solo me abraza.

—Son unas arpías desgraciadas—Digo soltando las lágrimas.

—Ya cariño ya pasó lo importante es que ya te vas de esta casa.

Mariano me sonríe, tan lindo.

—¿Tu que haces aquí?—Le digo no pensé que vendría.

—Es que a kristin no le prendió el auto y bueno no me quedo de otra que venir por ti sonríe.

Ya se que se trae estos dos, son un par de loquitos ambos.

Llegamos a su apartamento Mariano me subió la maleta, ella me mostró cual es mi habitación.

—Todo está a tu disposición en esta casa amiga, utiliza lo que necesites sin ninguna pena—Me da un beso en la mejilla, se pierde a la habitación y que a darse un baño.

—Gracias Mariano por todo lo que haces por mi—Toma mis manos.

—Sabes que lo hago con todo gusto—Me mira de una forma tan diferente tan hermosa que mirando sus ojos siento paz, calma, no esa tormenta que desata Cameron cuando me mira.

—Eres muy especial para mí—Lo abrazo, huele tan divino.

—Mi padre mañana me dará una respuesta para ver en qué te puede colocar en su bufete—Emocion.

—De verdad Mariano, no lo puedo creer—Salto de Emoción a sus brazos, es tan tierno, sus brazos son fuertes.

Quedamos tan cerca, nuestros labios que el sin darme chance a reaccionar acorta la distancia me da un beso, suave, tierno, dulce, despertando en mi otra cosa que no es una tormenta.

Me separó apenada—Disculpa yo...

—Tranquila, había soñado con esto desde el primer día que te vi—Confiesa—Me gustas mucho Jackeline, ojalá puedas darme una oportunidad

—Mariano yo...

Coloca su dedo en mis labios—No digas nada, no estoy diciendo que sea hoy, tal ves un día no muy lejos.

Dios no puedo con tanto es demasiado tierno, ojala Cameron venga y me diga todas esas palabras, creo que ese día moriría.

—No te prometo nada, solo dame tiempo ahora mismo no quiero otra relación.

—Te aseguro que nuestra relación no será parecida a lo que tuviste con ese tipo.

Mi corazón se derrite de emoción, quisiera sentir por Mariano la mitad de lo que siento por Cameron.

Le doy un abrazo—Interrumpo algo—Sale kristin en un albornoz, con un paño en la cabeza.

—Voy a pedir comida—Dice Mariano.

—Pero si mi amiga es la mejor en lo que hace—Dice Kristin.

—No importa luego probaremos lo que ella cocina—Se nota nervioso.

Se aleja para hablar por teléfono.

—Amiga que le hiciste a ese hombre

—Yo nada ¿por qué?

—Mira como lo dejaste pobre hombre casi sale corriendo para que no notara su erección—Tapo mi boca con la mano, no note nada de eso, que vergüenza, claro el no es Cameron que me la va a restregar para que me dé cuánta como está.

Comimos lo que él amablemente pidió, pizza, luego me arregle para ir a la Universidad, mañana cobró el cheque veremos para que me alcanza.

Mariano se fue a su casa, para cambiarse e ir a la universidad, hoy comienza el primer día, del resto de mi vida.

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