Capitulo 10. Bruce Dubois.

El amor es un sentimiento qué nos vuelve vulnerables ante las personas, cuando nos enamoramos no pensamos no razonamos, solo deseamos estar con la persona amada, no importa si somos correspondidos.

No hablo de mi esposa Jenna, no, me case con ella por despecho, si así se puede decir, por dolor, por Cameron que nació producto de una noche loca, de la cual no recuerdo nada.

Estaba perdidamente enamorado de Cinthia, una mujer hermosa, alta delgada, con ojos azul intenso, su cabello que llegaba hasta su cintura, era lo que me volvía loco.

Jenna era su mejor amiga, jamás me hubiera fijado en Jenna de verdad no sé cómo sucedió esa noche, se que había tomado mucho después de descubrir el engaño de Cinthia, me dolió me mató esa noche cuando la ví, con ese tipo que no se ni quien era, el dolor que sentí en ese momento, destrozó mi alma mi vida.

Jenna fue muy amable conmigo no se cómo se quedó conmigo sabiendo que su amiga la necesitaba, ya que al saberse descubierta comenzó a llorar y jurar que ella me amaba que sería incapaz de hacer algo como eso.

Esa noche, termine en la cama con Jenna, al día siguiente cuando abrí los ojos, ella estaba ahí a mo lado acostada desnuda.

—¿Que diablos hice?—Me agarre la cabeza.

Ella despertó ruborizada al verme desnudo.

—¿Jenna que paso?—Pregunte lo obvio

—Bruce disculpa es que me suplicaste que me quedé y yo..

Le tiembla el labio inferior.

—Yo estoy enamorada de ti—Confiesa en medio del llanto—Por eso te di lo más valioso que tengo—Agacho la mirada—Mi pureza—Las palabras se me quedaron atascadas en la garganta, no podía asimilar que le robe su virginidad por una noche de tragos, que clase de hombre era.

—Disculpa Jenna yo no sabía, que tenías sentimientos hacia mi, mucho menos que fueras señorita.

—No tenías porque saberlo, si a la unica que mirabas era a la traidora de Cinthia—Me dió justo en la herida.

—No la nombres—Le hago saber—Mejor vístete vamos a casa— ella se levantó con el cuerpo descubierto, no voy a negar que estaba como le daba la gana, su cuerpo era majestuoso, también ví la mancha carmesí que comprueba lo dicho por ella.

Nos vestimos y salimos del hotel, justo saliendo de la habitación estaba Cinthia, al vernos sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Bruce como pudiste?—Sus lágrimas provocaron unas ganas inmensas de abrazarla, pero el recuerdo de su traición llego a mi para darme una bofetada.

—Y tu mi supuesta amiga, eres una traidora, desgraciada—Le dió una bofetada.

—Traidora eres tu—Se soba la mejilla—que creías que Bruce nunca se iba a enterar lo que estabas haciendo—La encaro, la cara consternada de Cinthia.

—Estas loca Jenna si tu sabes muy bien que yo amo a Bruce el es el hombre de mi vida.

—No mientas hipócrita—Le decía Jenna.

—Sabes que Bruce, ojalá nunca te arrepientas de creer en esta arpía, ojalá nunca descubras que todo esto fue un engaño para separarnos.

Sentía su dolor, porque yo sentía lo mismo pero es que las pruebas, maldita sea.

Limpió mis lágrimas, las que causa en dolor de recordar lo que viví en ese entonces, dónde Jenna se convirtió en mi refugió.

Ame a Jenna en algún momento, no, le tengo mucho cariño y agradecimientos pero amor, nunca, he Sido de todo, mi vida cambio con la traición de el amor de mi vida.

He Sido un perro, he tenido a todas las mujeres que he querido, pero ninguna ha llenado ese vacío, que dejó Cinthia.

Ahora tengo un romance con mi secretaria, tenemos tiempo saliendo, es una de las pocas mujeres que ha conseguido saciar mi sed.

—¿Bruce, puedo entrar?—Se asoma

—Adelante Caro— ella entra con su caminar endemoniado, que me vuelve loco.

—Un cliente quiere que le realices un diseño.

—Pásalo a Cameron.

—No, dice que si no lo haces tú se irá con la competencia—Arqueo mi ceja.

—Pacta una cita con esa persona para ver qué es lo que tanto desea de mi—La veo sonreír—Ven aquí—Palmeo mi pierna para que se siente, ella enseguida lo hace es una chica muy obediente.

Se sienta enseguida meto mi mano en su falda hasta llegar a sus bragas, Dios está empapada, tomo sus labios, con mucha pasión la siento en la mesa y me meto entre sus piernas, restregando mi dureza, ella gime al sentirlo duro.

Subo su falda hasta la cintura para luego correr la tela de sus bragas a un lado para poder abrime paso dentro de ella.

—¡Bruce!—Gime—Se siente tan divino estar así, la beso, ahogando sus gemidos en mi boca.

Le doy una palmadita en la nalga antes que salga de la oficina.

—Hijo, no te da miedo que sea la loca de tu mujer quien llegue y tú estés encerrado en la oficina con tu secretaria—Mi mamá me reprende.

—¿Que quieres mamá?—Mi mamá es mayor pero aún se conserva muy bien—Ya estoy bastante grande para que me estés sermoneando.

—Hijo, como cambiaste despues de su muerte—Me recuerda.

—Mamá, no creo que hayas venido aqui para recordarme que hacen 24 años ella murió—Lo digo con el dolor que me embarga.

—Claro que no hijo, vine para que almorcemos juntos, ya le dije a Cameron que vaya con nosotros.

—Bien, vamos entonces—Me levanto y salimos de la oficina.

Me acerco a Carolina.

—Cariño pide algo para ti, que voy a comer con mi mamá—Ella siente y espero a Cameron para irnos al restaurant, todos los años este día mí mamá me invita a almorzar para que me olvide lo que sucedió ese día pero eso es algo de lo que jamás voy a olvidarme.

Llegamos al restaurant los tres, nos sentamos en una mesa que queda casi al centro del restaurante, como siempre las personas nos miran, mi mamá a pesar de ser mayor es muy atractiva además de contar con ese peculiar color de ajos que nos caracteriza a los Hunt ya que es de parte de mi madre que los heredé.

Mi hija, Mia, es la única que no los posee, yo sé que Jenna me ha Sido infiel, así como yo a ella, también se que ella no es la chica tierna y dulce que me vendió cuando era la amiga de Cinthia, cuando me deje embaucar por estar ebrio, robándole su pureza eso y mi hijo fueron de gran peso para casarme con ella, y heme aquí 24 años después juntos todavía, ella jamás se va a divorciar ya me lo ha dicho muchas veces, nunca me dejara, aunque parezcamos perros y gatos.

El camarero llega a pedir la orden, pedimos y pasamos una comida amena, mi madre y mi hijo son lo más especial que tengo en la vida, a Mía la adoro ha crecido conmigo pero se que no es mi hija.

No me miento, no me case enamorado, ella lo sabía muy bien, siempre supo a quien le pertenece mi corazón, Cinthia siempre fue ella, hice hasta lo imposible para olvidarla.

Es que si Cinthia me hubiera dicho que estaba embarazada de otro, lo hubiera criado como mío la amaba tanto que le hubiera perdonado su error, su engaño, pero me mintió jurando que era mío, como olvidar ese día cuando le hice la prueba de paternidad y salió negativa, guardaba una esperanza de que fuera mi hijo para mandar todo la diablo.

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