Capitulo 8 El italiano

Me di la vuelta dejandolo con la palabra en la boca, ridículo que se ha creído es él quien siempre ha dicho que lo nuestro es sexual y ya, y ahora me sale con toda esta basura de pedirme explicaciones.

La culpable soy yo, en eso no puedo caerme a mentiras, el siempre fue claro conmigo, yo acepte sus condiciones, se que estaba loca por él, pero es que pensé que estando conmigo todo seria más fácil, digo tal vez iba a lograr enamorarlo, pero falle como mujer en ese aspecto, no logre nada, ahora tengo que vivir con eso, el ya Tomo su decisión al comprometerse con Elle, me dejó bien en claro mi lugar, que me haya enamorado triste por mi.

Subo al auto con la mirada de Cameron sobre mi, kristin está en la parte de atrás del auto, el chico que está conduciendo no se quién es, pero por lo poco que se puede ver es muy guapo, no tanto como él, pero tiene lo suyo, claro si lo veo con la luz tal vez pueda apreciarlo mejor.

—Amiga no sabes cómo me siento de feliz porque por fin aceptarás salir conmigo—Me abraza con emoción.

—¿Quien es?—Le pregunto bajito para que el chico no escuché.

—Es un amigo ya te cuento—Me dice en medio de risitas.

Cuándo estaciono frente a un club, nunca he visitado uno, pero se me muy alegre, nos bajamos , cuando el chico abre la puerta.

—Gracias—Le digo cuando toma mi mano, me sonrojó con la insistencia de su mirada sobre la mía.

Kristin voltea hacia nosotros—Jackeline el es Mariano Di Vaio, estudia sexto semestre en derecho sus padres son dueños de unos de los bufetes de abogados más prestigiosos del país, es italiano, a ver qué otra cosa—Coloca un dedo en su mentón hace como que está pensando—¡Ah y está loco por ti!—Suelta lo que hace que el chico se sonroje.

—Hola Mariano mucho gusto—Le doy mi mano, viéndolo ahora está muy bien, es un moreno muy, muy guapo, Alto, ojos oscuros, todo lo opuesto a Cameron, además de todo huele divino.

—El gusto es todo mío—Me deja un beso en el dorso de la mano—Kristin no dice mentiras—Me mira a los ojos—Me pareces una mujer sumamente bella—Siento mis mejillas arder, las palabras más lindas que me han dicho son, que divina estas, lo haces rico. No sé que hago pensado en eso.

—Gracias, no te había visto antes—Comento.

—Yo si te he visto muchas veces, pero nunca me he atrevido a acercarme.

—¿Eres tímido?

—No, pero es que no sabía cómo abordarte—Es sincero.

—Mucha charla chicos vamos a entrar que la noche es joven, además hay mucha cola—Rueda los ojos.

El italiano toma mi mano para dirigirnos al lugar, nada mas llegamos el hombre alto y musculoso que esta en la entrada lo saluda con mucho cariño, quitando el cordón de seguridad para permitirnos en acceso.

—¡Vaya!— dice kristin bailando cuando entramos—Pero que famoso.

El solo sonríe.

—¿Vienes mucho aquí, que te conocen?—Le pregunto.

—No, es que el papá de un amigo es el dueño, por eso me conocen, si vengo pero no mucho—Aclara como si tuviera que darme explicaciones.

Nos sentamos en la barra en cuanto pide unas bebidas, me entrega una, soy de poco tomar por no decir que pocas veces lo he hecho, está noche quiero tomar y quiero divertirme.

Me tomo el contenido del vaso como si de agua se tratara, está dulce, rico.

—No tomes así, te vas a marear muy rápido sabe rico pero el dulce es peor.

—Dejala que esta noche ella está despechada—Dice kristin moviendo la cabeza al ritmo de la música.

El me mira yo solo le sonrió, mi amiga no tiene tacto para decir las cosas.

—¿Tienes novio, nunca te he visto con alguien?

—No, es algo complicado—no quiero hablar de ello mucho menos con el hombre que supuestamente está interesado en mi—Mejor dime algo sobre ti.

—Que quieres saber, kristin parece que te dió una pequeña reseña de mi vida—Sonrie.

—Tienes razón, disculpa.

—Tranquila me ofrece otra copa de lo que sea que sabe rico—Despacio—Me dice—Cuentame tu, algo sobre ti.

Suspiro—Bueno estudio derecho penal, mi madre y yo trabajamos en la casa de la familia Dubois—Pense que decirle eso lo correría pero me dió una mirada que jamás he visto en nadie, estaba emocionado por escuchar lo que le estaba diciendo—Vivo allí desde que era apenas una niña, no ha sido fácil no lo creas, estudie en la preparatoria, una de las mejores gracias a la señora Hellen, pero tampoco fue fácil, las humillaciones estaban a la orden del día, sabes, ser la chica de servicio además de mi color.

—No deberías sentirte mal por tu color eres hermosa, de verdad y el que no reconozca eso, es un verdadero idiota—Me sonroja.

—Gracias otra vez, pero no ha sido fácil, se que pronto en lo que me gradué, me iré con mi mamá de esa casa.

—Serás una gran abogada, justa tienes un gran corazón, quien sea dueño de tus sentimientos será el mas afortunado—Sus ojos marrones me miran con intensidad, lleva la copa a su boca y se ve sexi, muy sexi—bailamos—Se levanta y me da la mano para ir a la pista donde ya se encuentra mi amiga moviendo sus caderas al compás de la música.

Baile, tome y me divertí como nunca antes lo había hecho, Mariano un hombre sin igual atento, romántico, halagador, él y Cameron son polos opuestos, de verdad que sí.

—Amiga vamos que llegamos a la casa—Me llama kristin ya me estaba quedando dormida en el auto, como cualquier borracha.

—Lo siento—Digo apenada.

—Tranquila a todos nos pasa alguna vez—Me dice Mariano, con una linda sonrisa, es muy lindo pero no es él.

Me quedé a dormir con mi amiga en su apartamento, me sentía tan mareada los pies me dolían de tanto bailar y brincar.

—Que tal Mariano, es todo un mangazo—Dice kristin pasando la lengua por sus labios.

—Es bello—Le digo sin emoción.

—Ay amiga me vas a disculpar tu tormento está divino porque si, pero Mariano no se queda atrás es todo un mago, además de atento.

—Lo sé kristin pero no estoy buscando tener algo con alguien en este momento, ni siquiera le he dicho a Cameron que dejemos las cosas así—Ruedo los ojos, y el susto que me da solo pensar en eso.

—Bueno has lo que quieras, si decides irte de esa casa no dudes en venirte a vivir conmigo, con eso no estoy tan solita.

No he pensado en eso, seguro después que le diga que no podemos seguir las cosas entre nosotros sean diferentes, no creo que tenga que marcharme se esa casa por eso.

Me quedo dormida, al otro día me despierto con un fuerte dolor de cabeza, que horrible es esto no entiendo cómo a la gente le gusta tanto tomar.

—Amiga levántate que nos invitaron a una piscina—Entra emocionada con un lindo traje de baño puesto.

—Tengo que ir a casa, mi mamá ha de estar preocupada—Sonrie con picardía.

—Ya hablé con ella, llamo temprano le dije que más tarde se la devuelvo, ahora nueve el culo que nos vamos. .

—Oye no tengo traje de baño.

—Tranquila nena que eso lo resolvimos.

—¿Resolvimos? ¿para donde vamos?

—Vamos levantate y date un baño mientras llega—Me deja sola para que haga lo que me pidió, así lo hago y salgo con la misma ropa de anoche no tengo más que ponerme.

Tocan el timbre y aparece en la puerta Mariano me da vergüenza que me vea vestida igual que ayer.

—¿Trajiste lo que te pedí?—Extiende la mano para que le entregué la bolsa que no duda en darle—Vamos—Me dice entrando a la habitación.

—Ponte eso—Me da la bolsa, la reviso y hay una shorts, una blusa holgada, un traje de baño de una sola pieza color Vinotinto es hermoso.

Me coloco lo que me trajeron y salgo a dónde ellos están, nada más pongo un pie fuera de la habitación Mariano se levanta como un resorte, me mira de arriba abajo, haciendo que me avergüence.

—Te queda fabuloso—Kristin da saltitos.

—Gracias chicos—Les agradezco se que Mariano lo compro pero kristin fue la de la idea.

—¡Te ves hermosa!—Dice cuando llegó a su lado—Te queda muy bien esa ropa.

—Gracias nos vamos su casa, es una casa muy hermosa, no es una mansión como la de los Dubois, es algo sencillo pero hermoso, nos vamos al area de la piscina donde estamos solo nosotros 3, este día también me divierto mucho, en la piscina comiendo jugando pelota, que bien se siente estar así, y no en casa aguantando que el hombre que amas esté con su prometida en la habitación teniendo sexo .

Me llevan a mi casa bien tarde, lo hacen porque debo trabajar en la mañana y no soy una princesa para darme el lujo de perder mi trabajo.

Mi mamá se emociona mucho porque disfrute de mi día, ella sabe lo triste que estoy por lo de Cameron pero, eso ya pasará se que con el tiempo todo va a pasar.

Les presento a Mariano Di Vaio. 27 años.

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