Capitulo 6 decepción

Cameron está loco, lo ví en la universidad, Mario un compañero de clases se ofreció a llevarme a casa, porque kristin no pudo ir hoy, lo que él no sabe y nunca sabrá es que es gay, me hacer reír mucho con sus ocurrencias, sus locuras, nada más no me lo imagino en el juzgado donde tiene que estar muy serio.

Estoy aquí esperando su mensaje, aunque mi conciencia me dice que no vaya que es mejor terminar las cosas por las buenas, no, viene mi corazón y mi cuerpo y me piden todo lo contrario.

Mi mamá está dormida, esto de la "pequeña reunión" de la señora Jenna la tiene bastante cansada, lo bueno es que contrato meseros para que se encarguen de servir, mi madre solo estará dando órdenes, y lo mejor es que no voy a estar aquí.

Tener que ver a la señorita Elle del brazo de Cameron me causa no sé que en el estómago.

Recuesto mi cuerpo en la cama un poco mientras llega el mensaje, ya me di un baño y comí algo que mi madre me guardo.

Siento que los ojos me pesan, los cierro solo por un momento, cuando los abro mi mamá me está llamando porque es la hora de levantarme.

Miro la hora y ya son las seis de la mañana, miro mi teléfono y no, no tengo nada, enseguida un nudo se me forma en la garganta, por primera vez desde que estamos juntos quiero llorar por algo sobre él, me doy un baño no voy a llorar, no vale la pena.

Me dispongo a cumplir con mi trabajo que es preparar el desayuno, cuando.

—Matilde ve a mi habitación y limpias lo que hay en el piso por favor—El está allí parado en la puerta de la cocina.

Yo lo ignoró, porque le dijo a ella si ese no es su trabajo, para eso está Luci, pero como Matilde está loca por él sale corriendo.

De pronto lo siento pegado A mi espalda—Lo siento nena, tuve visitas inesperadas—Susurra sobre mi nuca, mi cuerpo se estremece pero sigo inamovible.

—Es mejor que salga de aquí, su mamá o cualquier otro puede llegar—Trato de razonar.

—Sabes que ella no va a entrar aquí, y los demás empleados me tienen sin cuidado—Me dice y mi tonto corazon de pollo se remueve—Quiero darte esto—Me voltea para quedar frente a él.

Saca del bolsillo de su pantalón un cajita y me la entrega.

—Lo siento no puedo recibirte eso—Lo miro a esos hermosos ojos azules que parecen el cielo despejado.

Abre la caja y es una pulsera muy bonita sencilla, me la coloca yo estoy petrificada, hasta he olvidado dónde estamos, lo único que quiero es lanzarme sobre el, besarlo y hacerle de todo.

—Gracias está muy linda, no debiste—Aunque en todo este tiempo juntos le he rechazado cualquier tipo de obsequios este no me quedo de otra que aceptarlo.

Sale de la cocina y me quedo recostada de la encimera con el corazón acelerado.

Matilde entra a los pocos minutos y me mira la muñeca dónde reposa lo que me acaban de regalar.

—¿Dónde te robaste eso?—Me dice con burla.

La ignoro no quiero discutir con ella que fastidio todo el tiempo lo mismo.

Sirvo el desayuno y todos en la mesa miran el obsequio pero no hacen comentarios cosa que agradezco, Cameron solo me sonríe de una forma diferente, no lo sé a lo mejor ya estoy alucinando.

Después de recoger y limpiar lo del desayuno mi madre me pide ir a nuestra casa.

—Jackeline te voy a preguntar algo y necesito que seas muy sincera conmigo, que no me mientas—Sus palabras me dejan helada, será que...

—Que relación tienes con el jóven Cameron?—Suelta la pregunta que me deja sin aire en los pulmones.

—Mamá yo...

—No me mientas Jackeline—Me repite—Te ví en la cocina con él, lo cercano que estaban, y no creas que soy tonta, niña, me he dado cuenta de muchas cosas, en como se miran, también he notado que Aveces no estas en tu habitación—Trago grueso, todo este tiempo pensé que le estaba engañando pero la engañada he sido yo.

—Mamá yo, no se que decirte, Cameron y yo tenemos algo—Agacho la cara de la vergüenza.

—Hija cuántas veces te he dicho que no puedes meterte con el hijo de los jefes, o con los jefes, ellos nunca te van a mirar más allá de lo que eres, su muchacha de servicio, solo quiere aprovecharse de ti, tiene novia seguro pronto se irán a comprometer y tú, hija y tu qué—Sus palabras me sacan las lágrimas—No llores mi amor—Con su mano levanta mi mentón—No vale la pena, solo recuerda cuál es tu lugar, por muy difícil que sea eso es lo que somos. La señora Jenna es una de las que pondrá el grito al cielo, y no sabemos de qué pueda ser capaz.

Tiene razón mi mamá tiene razón, pero es que yo no me he creído que soy otra persona, se cuál es mi lugar, se quién soy, también se quién soy en la vida de Cameron, su distracción su juguete, pero es que yo lo acepte así. Mi madre me abraza con fuerza, transmitiendo eso que solo las madres saben para calmar nuestras penas.

En la tarde me voy a la Universidad pero es que tengo algo en el pecho algo feo, no se cómo un presentimiento.

—¿Kristin que te paso aye? ¿Por que no viniste a clases?

—Lo siento es que me sentía mal, no se comí algo que me cayó pesado, pero ya estoy fina—Reimos.

Le cuento lo que sucedió ayer, todo ella sabe todo sobre mi relación con Cameron.

—Amiga no se que decirte, es que el amor es así—Ruedo los ojos.

—Cual amor estás loca—Golpeo su brazo—No se de lo que hablas yo no estoy enamorada de él—O eso creo.

—Si, si claro, no hay peor ciego que el que no quiere ver—Rueda los ojos y yo hago lo mismo.

Entramos a clases, nos piden que hagamos una presentación, una defensa de un crimen, yo seré la abogada defensora del caso, kristin será la abogada acusadora, debemos comenzar a trabajar en ello, me emociona mucho hacer este tipo de prácticas porque es lo que nos va a ayudar a saber si tenemos madera para esto o simplemente cambiamos de profesión.

Llegó a la casa mi mamá no está, supongo que la Pequeña reunión aún no ha terminado, quisiera ir asomarme pero prefiero que no.

Estoy investigando algo para la presentación y la puerta se abre de golpe, estoy vestida solo con un camisón.

Cameron entra, luce muy tomado, pero con su traje impecable, luciendo tan hermoso me muerdo el labio, al verlo.

Se me lanza encima como león hambriento, me besa, me toca está desesperado—Tenemos unos minutos, tu mamá no vendrá y a mí nadie me buscará aquí—Me vuelve a besar.

Rápidamente ya el camisón desaparece de mi cuerpo, se deleita besando cada espacio de el, enloqueciendo mis sentidos, cuando me llena solo hago, soltar el grito, por el dolor pero rápidamente se convierte en gritos de placer, tenerlo a él devorando mi cuerpo como desquiciado es algo que me encanta, no me importa que yo sea la muchacha de servicio, la negra que todos en esta casa desprecian, lo que me importa es que soy el rico manjar que Cameron se come como si no lo hiciera fuera a morir de hambre.

Al terminar, vuelve a irse, es algo que no me gusta de él, lo entiendo, entiendo que eso crea lazos sentimentales en las personas, pero yo muero porque alguna vez el me permita dormir a su lado.

Al día siguiente me levanto como todos los días, está vez estoy contenta por la visita de Cameron, la pulsera que me regaló, no se porque mi tonta cabeza anda pensando cosas, me dispongo a servir el desayuno es algo tarde van a dar las nueve de la mañana, cuando entro al comedor con la jarra de jugo, diviso la mano de Elle sobre la de Cameron en la mesa, casi me quiere dar un infartó cuando veo la sortija en su dedo anular.

parpadeo un par de veces intentando, espabilar de lo que mis ojos están viendo.

—Jackeline muevete, sirve ese jugo, no queremos ver tu cara—Dice la señorita Mía, pongo mis ojos sobre los de él, que los esquiva de inmediato, sirvo el jugo y corro a la cocina, coloco mis manos en la encimera controlando la respiración, no lo puedo creer se comprometieron, van a casarse.

Ya lo sabía que este día llegaría aunque estaba preparada, lo cierto es que no lo estoy, hiperventilo.

—Mira negra—Se burla Matilde—Ya viste el anillo de la modelito, no han parado de hablar sobre el compromiso—Su cara es de tristeza, que tonta tenía alguna esperanza.

—Que felicidad por ellos—Respondo como si no me importara, cuando me estoy muriendo peo dentro.

Después de recoger todo, voy a mi casa donde mi mamá me mira con tristeza, ella estuvo allí cuando el le hizo la propuesta, Dios que es esto que siento en mi pecho como si algo me quemara.

En la tarde le hablo a Kristin, quiero salir no puedo estar aquí, ella se pone feliz porque por primera vez vamos a salir juntas, quedamos en que me pasaría buscando a las 10 pm. también me avisó que llevaría un amigo, me arreglo después de la cena y solo espero la llamada de mi amiga.

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