Capitulo 5

Llegue a casa, cuando entre lo primero que ví fue a Elle, bufé, no entiendo si dije que no estaría en casa, para que tuvo que venir.

—¡Llegaste amor!—Casi se me lanza encima cuando me ve—A que hueles—Se tapa la nariz con la mano.

—A que voy a oler Elle, no seas dramática—Me aparto de ella seguro debo oler a Jackie.

—No lo sé, algo extraño perfume pero barato—Dice con asco, ridícula.

—Voy a mi habitación—Paso por un lado de ellas y me dirijo a mi habitación, necesito darme un baño, no quisiera quitarme su esencia de mi cuerpo pero no tengo más remedio.

Me doy un largo baño, estoy tan concentrado que no me doy cuenta cuenta cuando Elle entra a la ducha completamente desnuda, mis ojos no pueden evitar mirarle el menudo cuerpo que tiene, ya que es modelo, se podrán imaginar lo delgada que es.

Jackeline no es gorda para nada tiene un cuerpo de infarto, bien proporcionado, sus ojos color café, su cabello negro rizado, es un monumento de mujer, heme aqui pensando en esa mujer nuevamente, no se porque diablos no puedo sacarla de mi cabeza.

Elle toma mi miembro en sus manos, ya está erecta lo que no sé, si es por ella o por estar pensado en cierta persona, sin que lo prevea ya que otra vez divagó en ella, se acuclilla quedando a la par de el, lo masajea suavemente, me mira pero yo cierro los ojos porque aunque no lo quiera aceptar deseo que los ojos que ahora mismo me están mirando sean color café.

La dejo complacerme, se que ella hace el esfuerzo por hacer las cosas como a mí me gustan, pero es que no sé, siento que le falta algo.

Salgo del baño después de tener sexo con ella.

Elle se enrolla en la manta quedando rendida, se que soy una mierda, hace menos de dos horas estaba comiéndome a mi chocolate y ahora estuve con Elle, pero en mi defensa yo no la busque ella llego solita, que se esté queriendo quedar en casa todos los días no me gusta para nada, no se que se traen mi mamá y ella, pero de esta manera no voy a poder estar con mi negra.

Voy a la cocina por un poco de agua, no quiero ir a la habitación y tener que dormir con Elle, me siento como asfixiado.

Salgo por la puerta de servicio camino un poco, me paro dónde puedo ver la casa en la que se queda ella con su mamá.

La luz de su habitación está encendida, está despierta, unas ganas horribles de ir y tocar su ventana me invaden pero me contengo, no se que me sucede con ella pero no puedo dejarme llevar por eso.

Me voy a una de las habitaciones no quiero ir a la mía, me quedó dormido, me levanto al escuchar los murmullos de las chicas de servicio.

—Buen día señor Cameron—Me saluda Matilde, la chica que está en la cocina con Jackie.

—Buen día—Ella se sonroja, no entiendo porque, pero cuando ella baja la vista a mi pantalón me doy cuenta, tengo una erección matutina.

—Disculpe señor—Dice antes de salir casi corriendo, se asustó, lo que me causa risa.

Me doy un baño me arreglo para ir a la empresa, mis padres y están desayunando cuando llegó al comedor.

—Buen día—Saludo a todos.

—Buen día hijo, estaba comentando a tu padre que el próximo viernes es mi cumpleaños, así que haré una pequeña reunión—Puedo imaginar lo pequeña que será.

Mi madre es una mujer muy estricta controladora, desde que tengo uso de razón ella siempre ha querido llevar la batuta en la casa en todo, ella es exagerada, a veces pienso que es mala, pero supongo que es propio de su carácter, ella y mi padre no se llevan muy bien, siempre discuten por todo, a mí padre no le gustan los problemas así que la deja discutir sola, mi abuela y mi mamá son como el agua y el aceite, tan diferentes.

Mi padre posee un color de ojos que es raro, es azul pero diferente a los demás, el cual ha Sido heredado de mis antepasados, todos los hijos o la mayoría de ellos van a tener este tipo de color, por ejemplo yo los herede, lo que me hace pensar en algo, mi hermana Mia tiene los ojos color avellana y no entiendo porque, mi mamá siempre nos ha explicado algo raro, al respecto pero es que no le he prestado atención.

Miro a mi abuela tiene los ojos azules, los de mi madre también lo son.

No pienso en ello porque comienzo a sacar conclusiones que no me van a gustar.

Siento el olor de Jackie lo que me hace levantar la vista para que nuestras miradas choquen causando algo extraño en mi interior.

—Buen dia— llega Elle, dañando el momento, está con una pijama, trajo ropa que pretende quedarse a vivir aquí.

Jackie sale huyendo de una vez, se que esta molesta aunque no debería porque siempre he Sido sincero con ella, siempre le he dejado los puntos claros.

En la empresa trabajo en en las indicaciones que el ruso me envió para el auto exclusivo que le quiere hacer a su hija para su cumpleaños, la verdad es que el diseño que quiere es exigente, solo espero cumplir con lo que me pide, Aunque me siento capaz de eso y más.

Los días avanzan Elle, cada día está en casa lo que me dificulta ver a Jackeline, me siento desesperado por tenerla, sueño cada día con ella sobre mi sudando y gimiendo mi nombre, no se que demonios me sucede pero es imposible sacarla de mi cabeza.

Mañana es el cumpleaños de mamá, así que menos podre tenerla, por eso decido ir a la Universidad donde estudia para estar con ella de lo contrario creo que voy a explotar, ya que mi humor es cada vez más pesado.

Salgo bien tarde de la oficina haciendo tiempo para llegar a la hora de salida, Jackeline y yo somos de los que, no nos llamamos, ni nos escribimos, ella lo entiende así que no lo hace.

Llegó a la universidad, la veo salir solo con un chico riendo a carcajadas y se ve malditamente bella riendo, nunca me había dado cuenta de eso, la verdad no le prestó atención a esas cosas, es más nunca la había visto reír de esa manera tan espontánea. Me excita verla así.

Pero me molesta que sea por ese chico con el que está, que este riendo así me quiero bajar del auto para ir a traerla y partirle la cara al imbécil ese, pero me contengo no voy hacer un espectáculo, tampoco voy Pelear por una mujer eso sería algo muy bajo, así que me mantengo sentado en el auto a ver qué sucede.

El tipo le abre la puerta del auto donde ella se monta, muy sonriente, decido seguirlos, necesito saber que hay entre ellos dos.

Los sigo pero el auto va directo a mi casa, me estaciono a una distancia prudente, ella solo se despide con un beso en la mejilla, alguna estupidez que el imbécil le dijo y se va.

Ella se queda parada en la entrada, casi muero cuando la veo avanzar en dirección a mi.

Toca a mi ventanilla.

—¿Ahora me espias?—Se cruza de brazos.

—Estas loca mujer, Cameron Dubois jamás espiará una mujer—Le digo muy serio.

—Eso no fue lo que yo ví, ¿que demonios te traes Cameron? ¿Que es lo que quieres?—En menos de nada me bajo del auto y la acorralo.

—Te quiero a ti, comerte toda—Le presiono el abdomen con mi erección—Siente como me prendes mujer—Paso mi lengua por su cuello.

—Estas loco Cameron me voy—Intenta alejarse pero no sé lo permito.

—No se que demonios te pasa mujer, pero déjame estar contigo de lo contrario voy a morir—Susurro en su oído como a ella tanto le gusta.

—Cameron—Dice mi nombre casi en un gemido que atrapó en un beso.

—Ve a mi habitación en un rato, te espero.

—No, que te pasa, no voy a ir a la misma habitación donde...

Se quedó callada y se perfectamente lo que quiere decir.

—Te espero en la de huéspedes—Vuelvo a besar sus labios—Te envío un mensaje en lo que este allá.

Si porque no se si Elle este por ahí, me desespera su presencia a cada nada en casa, se lo dejé bien claro no la quiero aquí hoy.

Cuándo entro a la casa está otra vez aquí, la miro mal porque no soporto que me vean la cara de estúpido, no lo puedo creer como mi mamá está metiendo de a poco a Elle a la casa, no entiendo que pretenden.

—Buenas noches—Los saludo—Elle creo haber Sido muy claro contigo está mañana.

—Pero amor pensé que solo era jugando—Se ofende.

—Hijo no seas grosero con Elle, ella solo se quedó a petición mía.

—Mama ya estoy suficientemente grande para decidir si quiero que se quede o no, y ya dije que no, toda la maldita semana la has metido a voluntad a mi cama, les advierto que no la dejaré quedarse hoy, muy bien puede quedarse pero no conmigo—Les dejo claro, ellas solo me miran con asombro, otra noche más que no la podré tener—Permiso—Me retiro a la habitación.

Entró y lanzó todo al piso, con rabia, hasta mi teléfono celular lo perdí de la rabia no se dónde está, para avisarle que no podremos vernos.

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