Me desperté con el grito de Antonella en la puerta, me levanto para abrirle y solo me da una bofetada tan fuerte que me parte el labio inferior.
-porque carajos cierras la maldita puerta; -no digo nada ante sus gritos- arréglate que iras a la mansión; te quiere Cipriano- asiento y ella sale de la habitación.
Me di un baño, al salir me comencé a arreglar el cabello, después me maquillé al terminar me puse la lencería que aunque no quisiera era lo único que tenía, abren la puerta intempestivamente y corro de inmediato a taparme, era uno de aquellos hombres con un vestido de gala color Azul eléctrico, lo dejo sobre la cama y no deja de verme ladeado su sonrisa.
-ya veo porque el patrón está obsesionado contigo -niega saliendo de la habitación.
Al ver el vestido claro esta que seré carnada para tanto lobo hambriento, me lo puse junto con mis zapatillas y camine hasta el espejo y al verme reflejada pude detallar todo el vestido; iniciaba con una gargantilla pegada al mismo de encaje azul, de este salían dos telas que su trabajo eran solo tapar mis senos era con transparencia y el decorado era el alto bordado con pedrería en tonos azules mi espalda en total desnudez, bajando hasta mi cintura estando unido a un faldón ajustado en mis caderas y suelto de abajo con una gran cola en tono azul con glitter y una gran apertura en mi pierna y parte de la otra, dejándolas al descubierto; definitivamente esto es demasiado revelador, era mejor ir desnuda.
Mi cabello estaba completamente recogido, lo solté para hacerme solo una coleta y que al menos mi largo cabello difuminara un poco mi espalda desnuda, me coloque el perfume que me indico Antonella y sus gritos nos indicaban que teníamos que salir ya; de la habitación.
Al bajar solo noté que no éramos todas las chicas y aún más los vestidos de ellas eran muy diferentes al mío, eran cortos demasiado cortos y casi transparentes, un terror invadió mi mente y mi cuerpo, de él ¿por qué yo voy diferente?, ¿con qué fin?, Antonella nos esperaba dándonos el último vistazo, llevándonos a la camioneta, cuado iba a subir me detiene uno de los hombres y para mi sorpresa yo iría en otra camioneta, al verla era otro modelo a las que ya tengo más que vistas.
Abrieron la puerta subí y de inmediato encendieron el motor yéndonos a la mansión de Cipriano Rinaldi, pero mi sorpresa fue que al bajar él me esperaba me ayudo a bajar y caminamos hasta su despacho al entrar era igual de tenebroso que él.
-con este negocio hoy; habrás pagado la deuda de tu padre -al escucharlo sonreí pensando que por fin sería libre, hasta que volvió a hablar.- en la fiesta conocerás a tu nuevo dueño, sé obediente porque si llega a querer regresarte, ¡créeme!, que te mato ¿entendiste preciosa?- asentí con un gran nudo en mi garganta y una pequeña lágrima amenazando salir de mi ojo.
Él me ordenó levantarme y salir a caminar por toda la mansión, así lo hice encontrándome a África al verla la abrazo sollozando en bajo, nos separamos y la veo más que preocupada.
-¿que sucede corazón?-volteo a los lados y la llevo hasta el baño apenas cerrando aquella puerta lloro en sus brazos.- nena dime ¿que pasa?, me estás asustando.
-ica; Cipriano me vendió a no se quien y hoy me iré con ese hombre, tengo miedo- vuelve abrazarme más fuerte, alisando mi coleta, nos separamos y me limpia un poco las lágrimas.
- que te puedo decir nena.-vuelve abrazarme, hasta que abren la puerta de golpe entrando uno de los hombres.
- ¿que hacen aquí?, ¡afuera! y tú arréglate que se nota que has llorado- asentimos e ica sale dejándome en el baño, intento retocarme para que no se note mi tristeza.
Salgo y veo que comienzan a llegar hombres y una que otra mujer, solo siento sus miradas casi atravesarme, camino hasta la mesa de comida para al menos probar algo y aminorar mi agonía, estoy tan concentrada decidiendo que bocadillo pondré en mi plato cuando una voz me hace estremecer.
-hola linda, buenas noches-volteo y al sonreírme me quedo más que embobada viendo lo guapo de aquel hombre, pero recuerdo que si está aquí es solo con un fin, buscar una de nosotras para satisfacer sus fantasías- me presento soy Ugo Giordano- extendiendo su mano hacia mí.
Apenas iba a tomarla para presentarme, cuando un jalón me hace trastabillar, al ver quien es, su mirada inyectada de rojo sangre daba más que terror.
-alguien te espera, ¡camina!- asiento bajando mi vista al suelo,aún sujeta del brazo camino a la par de él.- tú ya no debes buscar clientes, eso no le gustará a Ezequiel
-lo siento, pero yo solo buscaba que comer- cuando termine de decir mi explicación solo sentí mi mejilla arder de la gran bofetada que me había propinado.
-¿te dije que hablaras?, ¿no verdad? así que guarda silencio -asiento con mi vista cristalizada.- sonríe que tu nuevo hombre viene hacia nosotros.
Al decir eso, mi vista se posó en un hombre alto, fornido se notaba que ya tenía sus años como de cincuenta y picó no lo sé, tenía la vista libidinosa desde kilómetros se le notaba la clase de hombre que era, estaba frente a nosotros y Cipriano solo ejercía más presión en mi brazo hasta que lo salude estirando mi mano pero mi, más grande sorpresa y tan desagradable fue que me abrazo posando su mano en mi trasero, la otra detrás de mi nuca dándome un beso con sabor a tabaco y coñac.
-hola Cipriano, si que es una hermosura- se saludan de mano sin soltarme de la cintura.
- te dije, que los valía-el hombre asiente sin dejar de verme, recorriéndome con su mirada.- bueno los dejo.
Antes de irse solo me mira de una forma de advertencia y se da la vuelta perdiéndose entre la gente, me toma de la mano llevándome hasta una mesa donde están sentados otros hombres y entre ellos se encuentra; el de la mesa de comida que no a dejado de verme, ni un solo instante.
Las horas pasan y es una total tortura ese hombre no a dejado de tocarme, besarme a lo que a veces lo esquivó, lo veo levantarse y sin más hago lo mismo se despide de todos, comienza a caminar yendo tras de él al salir por la puerta me jala del brazo con tanta violencia que me caigo al piso.
-levántate ramera, crees que no me di cuenta que mirabas a ese hombre, pero no se te olvide que eres mía de ahora en adelante maldita puta- me levanta del suelo jalándome escaleras abajo.
Caminamos hasta su auto, en total pánico de lo que ese hombre me podría hacer, comencé a llorar y eso lo enfureció aún más dándome una bofetada tras otra partiéndose mi labio, solo podía sentir el sabor de la sangre en mis papilas gustativas, me tomo del cabello aventándome contra el auto resbalando por el capo hasta volver a caer al suelo que este estaba empedrado, al tocar me lastime las rodillas y mis manos.
-¡anda!, levántate prostituta de mierda, que en casa espero que atiendas bien a mis hombres muévete-me intente levantar pero fui derribada por su fuerte patada en mi abdomen.
Me dolió tanto que me queje del fuerte golpe y fue mi peor error, ya que recibí no sé cuantos más, me faltaba el aire a consecuencia de los fuertes golpes, mi vista cada vez estaba borrosa en ese momento lo más que pedía era morirme antes de entrar a la casa de aquel hombre.
Solamente sentí alivio de no sentir más golpes, me dolía todo, tenía unas inmensas ganas de vomitar por el sabor a fierro en mi boca revuelta con la adrenalina, el miedo, mi brazo no lo sentía, solo mi último deseo era morir en este mismo instante, imploraba un milagro; pero para mí ya estaba más que claro que no existían.
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Updated 16 Episodes
Comments
Griselda Enrique
Dios quiera que di exista 🙏 ese tan deseado milagro
2024-06-10
3
Ana Castillo
que mal ojalá y pronto llegue su salvador
2024-05-12
1
Paula Álava Mendoza
de verdad como pueden existir hombres haci
2024-02-16
4