Capitulo 4 - No lo dejes solo

Después del desayuno fui con los niños al patio trasero de la casa para que jugaran un rato, pude notar que había un parque para niños allí, así que sería sencillo entretenerlos un rato hasta la hora del almuerzo.

Los niños estaban jugando de lo más alegre cuando noto que Estefan se esconde detrás de mí y al voltear veo a la mujer con la que discutía ayer el Sr. Eleazar, aunque puedo decir que hoy se ve mucho más hermosa aunque luce un rostro bastante cansado.

-Estefan mi amor ¿Cómo amaneces mi ángel? – su voz sonaba tan dulce, nada que ver con aquella que me gritó la noche anterior

-Mami, mami - el niño la escuchó y al ver su sonrisa se acercó a ella emocionado

Ella lo abrazaba, parecía una persona totalmente distinta y creo que el pequeño lo sabía por lo que se le acercó y comenzó a jugar con ella, se veía tan contento que no podía quitarle los ojos de encima, mi pequeña se acercó a jugar con ellos y ella la aceptó como si la conociera de toda la vida.

Al llegar el mediodía le avisé que debía bañarlo para que comiera y descansara, ella accedió y llevé al niño a su habitación, bañé a los dos niños y les cambie la ropa para luego llevarlos a almorzar, durante el almuerzo ella me ayudó con el niño y podía ver como él lo disfrutaba.

Llegó la hora de la siesta y ella se me acercó para decirme que luego de que los niños se durmieran necesitaba hablar conmigo, así que los dormí y rápidamente fui a donde ella estaba, la conseguí en el jardín viendo las flores.

-He visto lo bien que Estefan se lleva contigo, creo que vas a poder ser una excelente madre suplente para él – su voz sonaba triste

-Yo no entiendo que me quiere decir, ya él tiene una madre y es usted, así que no le hace falta una suplente, yo sólo soy una empleada – sus ojos estaba llenos de lágrimas

-Yo no soy una buena madre para él, yo estoy enferma y sé que no estaré mucho tiempo a su lado, además ayer lo perdí y por suerte tu lo encontraste, pero que hubiera pasado si hubiera cruzado una calle o lo hubiera encontrado alguien de mal corazón – sus lagrimas comenzaron a caer y sabía que lo que decía era cierto

-Todo tiene una solución, de ahora en adelante yo la ayudaré con Estefan y usted podrá recuperarse de su enfermedad, ya verá como todo va a mejorar – trataba de darle ánimos

-No van a mejorar, por favor júreme que va a cuidar a mi hijo sobre todo las cosas, por favor júramelo, por la vida de tu hija – se veía desesperada

-No puedo jurarle eso, yo solo soy una empleada y si su esposo mañana decide despedirme yo no podría cuidar a su pequeño – de verdad que esa solicitud me tomó por sorpresa y no quería darle falsas esperanzas

-Pero mientras está con él podrá cuidarlo de todo, hasta de mí, por favor, sobre todo cuídelo de mí, no deje que le vaya a hacer daño a mi propio hijo – ¿de verdad habrá una madre que dañe a su propio hijo?

-Mientras yo esté con él lo cuidaré de la misma manera que hago con mi pequeña – pude ver una sonrisa en su rostro y me lo agradeció

Me indicó que podía retirarme y mientras iba a la habitación del niño seguía escuchando esas palabras en mi cabeza “cuídelo de mí, no deje que le vaya a hacer daño a mi propio hijo”, ¿en qué lio estaré metida?

Durante el resto de la tarde no la vi y cuando Estefan se despertó le di su merienda, luego de un rato se despertó Alexia y aproveché de darle de comer para después tratar de ver que tanto podían aprender los dos mientras estuvieran en casa.

Sabía que el pequeño Estefan comenzaría clases  en unos meses y quería ayudarlo a que esa etapa fuera más sencilla para él, por lo que comencé a enseñarle cosas sencillas, como los colores y nombres de animales.

Cuando su padre llegó estábamos en la habitación jugando para hacerle la enseñanza más sencilla, el señor llegó, se quitó el saco, se remangó las mangas y se desabrochó dos botones de la camisa para luego sentarse a jugar con el niño.

La interacción entre ellos era digna de ver y se notaba que eran muy unidos, por lo que no lo dejó solo ni un segundo.

-¿Ha visto a mi esposa hoy? – su voz sonaba seria

-En la mañana estuvo jugando con el niño en el jardín de atrás – respondí

-¿La dejó sola con él? –

-Yo siempre estuve con ella, hasta que llegó la hora del almuerzo, desde allí estuve con él y no la vi más – no sabía si decirle lo que me había comentado

-Nunca bajo ninguna circunstancia vaya a dejar a esa mujer sola con él niño, a donde usted vaya deberá ir con Estefan – su voz era fuerte

-¿Puedo preguntar porque? Ella es su madre –

-¿Le parece dejar al niño solo con la mujer que lo perdió en la calle? Recuerde que es mi empleada y debe atenerse a lo que yo le pida que haga –

-Soy su empleada, pero también soy una persona y una madre, me preocupo por el niño y solo era una pregunta – no soy un robot y debe entenderlo desde un principio

Llegó la hora de la cena y yo fui a darles la comida a los niños, para luego acostarlos a dormir, la noche estaba fluyendo normal, los niños se durmieron rápido y aproveché para acostarme yo también.

No sé qué hora era pero me tenía sed y aproveché para revisar a Estefan quien estaba profundamente dormido, bajo a tomar un poco de agua y puedo notar que todo se encuentra apagado, empiezo a revisar toda la cocina y consigo lo vasos para luego dirigirme a la nevera para servirme agua.

Estoy tomando el agua cuando escucho que alguien se queja y me asusto terriblemente, cuando voy a ver quién es puedo ver a la señora de la casa tirada en el piso con una borrachera terrible.

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