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Alfredo estaba preocupado por su hermano, así que al día siguiente trató de entablar conversación con él, pero Joaquín se portó evasivo, se mostraba avergonzado por alguna razón. - Solo te diré que no pasó nada y eso es todo. - y así era como terminaba la platica sobre ese día.

Alfredo no lo obligó a que le contará, pero se volvió más sobreprotector, le prestaba más atención, al salir a comer tenía que ir Joaquín con ellos, ya habría más momentos para estar a solas con Mary, cuando salían de la empresa tenía que ser juntos.

- Creo que estás exagerando. - dijo Joaquín cuando casi se sintió asfixiado.

- Solo te vigiló para que no te pase nada. - fue sincero\, sin importarle que pensará su hermano.

- ¿Para qué? - se puso a la defensiva.

- Eso que te paso ¿Fuiste obligado? - preguntó incómodo.

Joaquín se avergonzó y enojó al mismo tiempo. - ¡No!

- ¿Entonces fue consentido? - no preguntó por curiosidad\, si no porque estaba preocupado.

- Si. - dijo esquivando su mirada.

- Entonces ¿Por qué te ves tan mal? ¿Te arrepientes? - preguntó angustiado.

A  Joaquín se le enrojecieron los ojos. - No, no me arrepiento. - fue sincero, pero con algo de pesar en su voz.

- ¿Qué te tiene tan mal entonces? - preguntó desesperado.

- Lo que esa persona y yo hicimos fue un error\, no me arrepiento\, pero eso fue solo de una vez y no tiene porque volver a repetirse. - su expresión era sería y fría\, pero su voz se llegó a quebrar en algún momento.

- ¿No será qué? - lo miró sorprendido. - ¿Es ese hombre del qué hablabas?

- Si. - dijo con expresión culpable.

- ¿No es eso algo bueno? O ¿Él es quién realmente se arrepintió? - preguntó casi enojándose.

- ¡No es eso! - ya no podía seguir manteniendo su rostro impasible por más tiempo.

- ¿Puedes ser claro y sincero conmigo? Soy tu hermano y estoy preocupado por ti. - soltó frustrado.

- Lo que realmente pasa es que\, él ya tiene su vida hecha\, él tendrá un hijo muy pronto y yo no quiero arruinar eso. - sus lagrimas rodaban\, aunque su rostro estaba endurecido por la expresión fría y sería de siempre.

Alfredo no supo que decir, verlo así, con esa expresión que no le había mostrado en solitario, se dio cuenta que a su hermano realmente le dolía por más que quisiera esconderlo, estaba enojado con aquel tipo que había jugado con los sentimientos de su hermano, pero no dijo nada, no encontró las palabras adecuadas que uno debe decir en estos casos...

Los días pasaron, todos en casa creyeron que ya no habría problemas por un tiempo, pero si que estaban muy equivocados, esta vez se trataba de Lucas, el pequeño se había metido en problemas en la escuela con otro compañerito.

Al estar ocupados Alfredo y Joaquín, Mary se ofreció a ir, ya si era algo más grave los dos hermanos no dudarían en ir de inmediato y Mary avisaría si ese ere el caso.

- Hola vengo por Lucas. - dijo Mary tratando de escucharse lo más gentil que pudo.

- ¿Eres su madre? - dijo la directora con una sonrisa que no parecía sonrisa.

La directora Lorena, miró a la joven que llegaba, la miró de pies a cabeza y sintió cierto desprecio por ella, no llevaba nada de marca sobre ella, es más se veía más simple  que otras de las mamás de aquí.

- No soy su madre\, pero tengo autorización del padre de estar aquí en su lugar. - Mary no perdió los estribos\, aún dándose cuenta la clase de mirada que le dedicaba la directora.

- Lo siento\, pero si no eres la madre te voy a pedir de favor que te retires\, es necesario que estén lo padres presentes. - su tono para nada era amable.

Mary sonrió. - No hay problema. llamaré a su padre ahora mismo.- aunque ella no vistiera nada de marca, demostró que tenía mucha más clase que la directora.

Al terminar la llamada. - Vendrá en un momento.

- ¿Cuánto tiempo tengo que seguir esperando? -  se quejó una mujer.

Mary no se había dado cuenta de su presencia y para ser sinceros no le importó, así que la ignoró.

- No se preocupe\, Señora López\, ¿Le ofrezco una taza de té mientras espera? - el cambio de actitud era obvio.

Mary no les dio importancia a ninguna de estas dos señoras.

- Directora\, espero que no le molesté\, pero creo necesario llamar a mi esposo\, escuché que vendrá el padre de ese niño\, entonces creo que mi esposo debe saber de esto. - dijo con su voz completamente desagradable.

- Haga lo que usted crea necesario.- Lorena la apoyo.

Mary pudo darse cuenta que la directora estaba de lado de esa mujer porque estaba llena de marcas lujosas, mientras que ella no.

Joaquín y Alfredo no tardaron mucho en llegar, Mary se sorprendió al ver a Alfredo también y algo en su corazón la movió aunque no podía especificar que era.

- ¿Qué sucede? Tiene que se algo grave como para que no te dejarán atender este asunto. - dijo Joaquín preocupado.

- No lo sé\, no me han dicho nada. - dijo Mary un poco fastidiada y no se molestó en ocultar esta emoción.

- Directora ¿Qué le ocurre a mi hijo? - preguntó un poco alterado.

- Le diré cuando llegué le señor López. - fue cortante.

Alfredo y Joaquín se disgustaron mucho con esta directora.

- Creo que me voy. - dijo Mary de repente.

- Espera un poco. - le dijo Alfredo.

Mary no tuvo más opción que asentir.

Poco después llegó un hombre, con un traje a la medida, un enorme reloj en su muñeca y unas costosas gafas oscuras. - ¿Qué es lo que le ocurre a mi hijo? - preguntó como si estuviera desperdiciando tiempo.

La directora fue muy amable con él al instante. - Señor tome asiento mientras le explicó.

El hombre se sentó con fastidio. - Dígalo.

- Pues verá\, el niño Lucas empujó a Dylan\, eso es un comportamiento inapropiado\, por eso cite a ambas partes\, para que los padres de Lucas se disculparán con ustedes los padres de Dylan.

Alfredo, Joaquín y Mary rechinaron los dientes de ira al escuchar a la directora decir tanta tontería.

- ¿Disculpe? - Mary estaba más que enojada. - ¿Qué es lo que pretende? - gritó un poco.

- Señorita\, este problema no le incumbe\, en esta institución se fomentan los valores y el niño Lucas los incumplió\, es responsabilidad de los padres hacerse cargo de los errores de sus hijos. - su voz era orgullosa.

- ¡Quiero ver a Lucas ahora! - gritó Joaquín enojado.

Lorena los miró como si fueran poca cosa y los ignoró. - Señor será mejor que se disculpe con el señor López, ya hagan este problema más grande.

Mary miró a las otras personas enojada, esta vez sintió algo de familiaridad al verlos, solo que no recordaba donde.

- Mandaré traer a los niños\, para que este asunto se solucione lo antes posible. - sonrió\, la sonrisa era sincera cuando se trataba de las otras personas\, pero cuando de trataba de ellos esta se volvía en cierto punto despectiva.

Los niños entraron a dirección, Lucas no dejaba de sostener su brazo izquierdo casi a la altura de su hombro, mientras el otro niño corría llorando a sus padres.

- ¡Ese niño me empujó! - gritó.

Tanto como Alfredo, Joaquín y Mary se sorprendieron, el niño era tan parecido a Matthias que podrían ser hermanos, entonces Mary recordó quienes eran estas personas, enojada e indignada fue hasta el hombre y le quitó las gafas oscuras. - ¡Eres tu! - gritó llena de rabia.

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