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Rodrigo miró a Peter con desaprobación. - No creo que sea buena idea, ella es una mujer normal ¿Qué va a saber ella de actuación?

- Si hubieras visto lo que yo, simplemente no tendríamos está conversación. - dijo Peter sin importarle la opinión de su jefe.

Rodrigo suspiró, este subordinado se tomaba muchas libertades. - Bien, haz que haga una de las tomas, si no me convence automáticamente quedará fuera, no podemos quedar mal con el cliente ¿Entiendes?

- Entiendo, señor. - dijo respetuoso.

Rodrigo pusó los ojos en blanco ante el acto descarado de Peter.

Peter fue corriendo hacía Mary, le explicó con seriedad todo lo que tenía que hacer y como hacerlo, Mary asintió una y otra vez.

Rodrigo al ver la expresión indiferente de la mujer sintió una gran decepción, la chica actuaba como si fuera un robot, simplemente ella no era buena para el papel, la idea de Peter no iba a funcionar, quería que en su comercial apareciera una mamá sonriente y amorosa, para él está chica no daba la talla que buscaba.

Mary se preparó.

Se escuchó el tres, dos, uno.

Mary inició la escena, tal cual había sido informada.

Ella sonrió radiante, su expresión mostraba amor maternal, llevó al pequeño de la mano hacía dónde estaban los juguetes, los dos se pusieron a jugar, Matthias se veía entretenido y emocionado, Mary soltó una carcajada debido a la ternura, Matthias pusó sus manitas sobre la cara de su madre, los dos veían tan animados y divertidos, daban ganas de ir y hacerles compañía.

- Corte. - se escuchó la voz interrumpiendo el buen momento.

Mary cargó al pequeño, no dejó de sonreírle, eso hasta que estuvo frente a Peter y Rodrigo, su expresión se volvió indiferente.

Peter se veía orgulloso y un tanto petulante.

Rodrigo en cambio, él no podía describir su estado de ánimo, solo sabía que sentía un calor infernal y que su corazón se aceleraba excesivamente.

- Está bien, preparen todo, comienza el rodaje real. - ordenó Rodrigo.

Alfredo llegó a casa por la tarde, encontró a Joaquín y a Lucas viendo dibujos animados, miró a su alrededor con disimulo ¿Dónde estaba esa mujer?

- ¿Llegaste? - preguntó Joaquín divertido, podría imaginarse fácilmente porque su hermano no había llegado en toda la noche hasta ahora.

Por alguna extraña razón, Alfredo no encontró esto divertido, al contrario sintió una sutil molestia. - ¿Dónde está esa mujer? ¿Por qué no está contigo? - trató de no sonar interesado.

Joaquín levantó una de sus cejas. - Hermano, hoy es domingo, es lógico que Mary tenga el día libre.

Alfredo asintió cómo si no le importará.

Mary salió del set de grabación con una enorme sonrisa, no solo le pagaron muy bien, si no que le dieron dos cajas de juguetes, uno para su hijo y el otro para Lucas, cómo tenía un regalo para Lucas no quería regresar a su propia casa, si no ir a verlo ahora y pensando en eso se dispuso a ir ahí.

- Señorita Mary ¿A dónde va? ¿La llevó?. - salió Rodrigo de repente dentro de un auto.

- No es necesario, gracias. - negó sin interés.

- ¿Tomarás un taxi?

Mary asintió.

- Lamento decirlo,.pero en esta área no hay taxis.

Mary se crispó. - Entonces le tomaré la palabra, gracias.

Rodrigo asintió.

Durante el trayecto nadie habló, Rodrigo quería entablar algún tema de conversación o preguntar algo, pero como no conocía a la otra parte era difícil hacerlo, por lo que resignado se mantuvo en silencio hasta llegar a su destino.

Al llegar Rodrigo se sorprendió, el lugar era uno lleno de mansiones lujosas, justo había quedado en frente de una, solo que está era mucho más grande y bonita.

- Gracias por traerme. - dijo Mary mientras salía del auto.

- ¡Espera! Creo que sería buena idea intercambiar contacto.

Mary lo miró sin expresión, no entendía que era a lo que se refería el hombre. - ¿Qué es eso? - preguntó confundida.

Rodrigo se sorprendió. - ¿No tienes un teléfono celular?

- Parece que si, pero olvidé dónde lo dejé, no sé usarlo de todas formas. - dijo indiferente.

- Que lastima. - dijo Rodrigo. - Quería contactarte por si quisieras trabajar con nosotros otra vez.

Si que lastima, Mary pensó, a ella le gustaba el dinero y este se alejaba sin ni siquiera haber llegado.

- Puedo darte por lo menos mi tarjeta de presentación, puedes comunicarte conmigo una vez que encuentres tu teléfono.

- Está bien. - acepto enseguida la tarjeta.

Los dijieron algunas otras palabras y se despidieron.

Mary entró a la mansión, estaba ansiosa para ir y entregarle el regalo a Lucas.

- ¿Quién era ese hombre? - apareció Alfredo de repente.

Mary lo miró con el ceño fruncido, este hombre comenzaba a cansarle. - Es una amigo, señor.

- ¿Enserio? Por un momento creí que él era el padre de tu hijo. - se burló.

- ¿Qué quiere decir, señor?

- No esperaba que fueras una mujer así. - dijo con cierto grado de desagrado.

- ¿Así cómo?

- ¿No es evidente? Puedes hacer lo que quieras, solo no lo hagas frente a mi casa.

Mary se estaba impacientando, su molestia ya casi no podía ser reprimida. - No volverá a pasar. señor. - con renuencia le dió por su lado y se fue entrando directamente a la casa, ahí estaban Joaquín y Lucas.

- Buen día. - saludó Mary.

- Creí que vendrías hasta mañana. - sonrió Joaquín.

- Terminé pronto mis asuntos, por eso regresé antes, me tomé la libertad de traerle algo a Lucas, espero que no haya problema. - dijo Mary avergonzada.

- No hay problema, gracias. - contestó Joaquín recibiendo el regalo.

Lucas completamente emocionado abrió la caja, al ver de qué se trataba Joaquín fue el que se sorprendió. - ¿De dónde lo sacaste? - la miró con extrañeza.

- Se lo diré, solo no sé si me creerá.

- Adelante.

Mary le explicó la loca historia de lo que había pasado, del hombrecito emocionado pidiéndole filmar un comercial y como se llevó acabo todo eso y sobre todo recalcó que solo estuvo de acuerdo por la paga.

Joaquín se rió a carcajadas. - Resulta que eres una chica ambiciosa.

- ¿A quién no le gusta el dinero? - lo admitió sin vergüenza.

- Tienes razón.

Ambos platicaron por un rato, después Mary se fue a descansar.

Joaquín se rió al verla marcharse, resulta que Mary había trabajado para su empresa y ni él, ni ella estaban enterados, bueno ahora solo él lo sabe.

- ¿Por qué sonríes como tonto? - dijo Alfredo con burla.

- No es nada, creo que Mary me cae bien, ella me pide o necesita ayuda, la ayudaré sin dudarlo.

Alfredo no sabía porque, pero al escuchar esto, su corazón se llenó de fuego, algo no estaba bien con él mismo y esto no le gustaba nada.

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