LA PUREZA DE UNA ALMA ROTA

BIENVENIDA LUZ MIA

-Ahora ya tienes una razón para aferrarte a este mundo y buscar la felicidad que te arrebataron, felicidades Lucita, eres la madre más hermosa que he visto- esas fueron las palabras de Thomas al ver a su amor imposible sosteniendo en brazos a su pequeña hija recién nacida

-gracias Thomas por todo, no sé qué habría sido de mí sin ti ahora me has dado la mejor dicha, ser madre, y si, te prometo que lucharé por mi hija y seré la mejor madre igual que mi padre fue conmigo-

¡vamosss a ser los mejores padres!, agrego Thomas luego deposito un beso en la frente de Lucia y así mismo lo hizo con su hija recién nacida

– yo no tuve padre así que no sé cómo ser un buen padre, pero te tengo a ti que tuviste al mejor padre de todos así que tú me enseñaras como serlo, quiero que cuando mi hija crezca hable con tanto amor y admiración como tú hablas de tu padre, sabes de sobra que tu padre es el hombre que más admire y siempre será así- lágrimas comenzaban a rodar de los ojos de Lucia

-Y bueno ya pensaste como se llamará nuestra hija dijiste que lo sabrías cuando la vieras por primera vez- agrego Thomas

- si se llamara “LUZ MIA” ella es muestra luz para salir los dos de esta oscuridad, ella no había llegado aún y nos dio una razón para seguir y ser mejores y MIA porque es amada por DIOS y por nosotros-

-¡me encanta, lindo nombre!- Agrego Thomas sonriéndole a sus dos chicas

– estas listas, ¿te sientes bien?, debemos salir de aquí antes que nos encuentren, Gustavo te revisara y cuidara en casa, nos espera un largo viaje, debemos salir al registro primero para darle nuestros apellidos a esta princesa y ahí debemos viajar a casa-

Y así ambos salieron a escondidas como dos fugitivos del hospital, llevando en brazos a su más preciado tesoro, su hija. Lucia en ese transcurso de seguir a Thomas en su plan de fuga solo pensaba en qué momento su vida cambio tanto, si alguien le hubiera dicho todo lo que iba a vivir, hubiera salido huyendo antes de que todo eso pasara, pero ya estaba hecho todo, no había vuelta atrás y al mirar a su pequeña hija una sonrisa amarga se iluminó en su rostro, su pequeña hija era lo único bueno de todo lo que había vivido esos años.

Años atrás la vida de Lucia

Lucia era una chica muy educada, amable, cariñosa y lo que más destacaba de ella era su bondadoso corazón siempre dispuesta a ayudar a los demás, ella tuvo una buena infancia junto a sus padres, bueno su madre la señora Elena García era una mujer muy hermosa de piel blanca, hermoso rostro con sus rasgos bien definido y un hermoso cabello negro, lacio que le llegaba hasta sus caderas casi siempre estaba ausente en la vida de su hija, pasaba en el club con sus amistades fingía ser amigas, pero la verdad es que todas eran un nido de víboras que competían por quien tenía lo mejor y vivía mejor.

Pero su padre el señor Francisco Duarte era otra cosa siempre estaba con su hija, cada vez que llegaba de trabajar corría a buscar a su hija y pasar el mayor tiempo posible, a Lucia nunca le afecto la ausencia de su madre solo la veía pocas horas en el día, pero no le importaba su padre le daba el doble de amor y eso era lo que ella siempre quiso.

Francisco Duarte era una de las personas más influyentes de la ciudad era un hombre guapo de piel bronceada, alto y tenía el cabello ondulado canoso, él tenía dos embarcaciones pesqueras, tenía tres casas, una en la que vivía desde niño con sus padres era una casa humilde, pero él no la quiso cambiar, pues, le traía buenos recuerdos de su infancia, otra casa en las afuera de la ciudad en la zona costeras más cotizadas, solo las personas más acaudaladas tenían el gusto de tener una casa a orillas del mar en esa zona tan prestigiosa, era una casa moderna con finos acabados y ventanales enormes de vidrios en su fachada frentera tenía un hermoso jardín con todo tipo de flores y en el patio trasero una hermosa piscina, comedor con barbacoa y mesas de billar, una sala de cine y salida al mar donde la playa era privada y su tercera casa era en una hacienda esta casa era rústica con finos acabado, potreros con caballos, piscinas y cultivos de viñedos. También poseía 3 coches últimos modelos pocos en la ciudad tenían el lujo de subirse en un coche de estos, aparte de sus bienes y su próspero trabajo en sus barcos, también era un prestamista e inversionista exitoso.

Francisco siempre le dio lo mejor a su familia, estaba forrado de dinero y lo que más lo enorgullecía era que todos sus negocios eran legales, pues cabe recalcar que siempre fue un hombre intachable que respetaba la ley no le gusta el dinero mal habido ni los negocios del bajo mundo, él era un hombre honorable en todo el sentido de la palabra, respetaba y amaba a su familia, era un jefe ejemplar y muy bondadoso todos sus empleados lo querían y admiraba por ser tan buena persona, era un buen hijo ya sus padres habían fallecido, pero en vida le dio lo mejor y los cuido hasta el final, y a su hermana Cristina siempre la apoyo y cuido, cuando se casó con Jaime que era un hombre de bajo recursos y sin ningún beneficio que darle a la sociedad ni a su hermana lo apoyo comprándole un barco a su hermana y así para que ella empezara igual que él y progresara junto a su esposo.

Lo que caracterizaba a don Francisco era que siendo uno de los hombres más ricos de la ciudad siempre tuvo los pies muy bien puesto en la tierra y eso era algo de lo que Lucia aprendió muy bien de él, y don Francisco se le inflaba el pecho de orgullo al ver la clase de mujer que se estaba convirtiendo su hija.