Regresamos pt 1

\=El pequeño se encontraba ya registrado, la fiesta fue muy tranquila y de hecho no tardó nada en acabar.

\=Habían pasado ya unas cuantas semanas y los Shirokawa estaban planeando un nuevo paso.

Takeshi \=

—Creo que sería lo mejor.

—No lo sé, bueno los niños estarían más cómodos si tienen un hogar estable.

—Efectivamente. Akiro, Akira y Eidan no pueden estar viajando todo el tiempo, necesitan algo estable.

—Tienes razón, es preferible para ellos estar en un lugar cómodo.

—Hay que preparar todo, por cierto, ¿cómo va la búsqueda?

—Aun nada, ya han pasado varias semanas, espero que Elda esté bien...

Elda \=

Han pasado ya varias semanas desde que estoy en este cuarto. Me siento aprisionada, al caminar siento las miradas de todos los trabajadores.

Mis últimas semanas aquí, son el mismo infierno, no salgo a comer a la mesa principal, siempre como en esta habitación. Para dormir se me hace muy difícil.

No estoy cómoda en este lugar.

—Buenos días

Susurre a la trabajadora qué entro, ella no me saludo, solo tomo la bandeja y se la llevo.

En estas semanas que habían pasado solo podía pensar en mis hijos, mis pequeños. En las noches lloraba, los extrañaba, mi bebé necesitaba de su madre, de mi leche materna y yo no podía ni verlo.

Esto estaba haciendo que no quisiera comer y perdiera el apetito, pero en mí había un rayo de esperanza. En pocas palabras me encontraba en una situación emociona muy triste.

—Debes de bajar a comer.

Había entrado Sinhué, cerrando la puerta detrás de él. No lo mire y me recosté nuevamente en medio de las dulces y suaves cobijas ignorándolo por completo.

—No lo diré dos veces. _ hablo firme. Me adentré más al calor de las cobijas.

No logro sacarme de ahí, abandono la habitación unos minutos después y yo salí de mi escondite. Últimamente, Shinhué había tratado de sacarme de la habitación sin conseguir nada.

Al principio, trato de ordenarme y después amansarme con dejarme sin comer. En las últimas semanas, mi bandeja traía muy poca comida y era su forma de darme un aviso.

Me quede en la cama, esta habitación tenía todo lo necesario para vivir cómodamente, aunque las porciones de comida iban disminuyendo poco a poco.

Al la mañana siguiente la bandeja solo traía un pan, no traía agua.

—Es un desgraciado.

Tome el pan y empece a comer de él, cuando termine me recosté en mi cama y él entro.

—Debes de salir para poder comer, Elda.

Solo le daba la espalada, el suspiro y salió de la habitación, mi cuerpo pedía más comida, aunque mi orgullo me lo impedía.

En todo ese día solo sobreviví con ese pan y a la mañana siguiente en la bandeja no había nada. Me acosté, había pasado ya 3 semanas, tenía que comer pero demostraría qué el había ganado.

Me dormir para aguantar el hambre hasta que llego el siguiente día.

—Debes de comer, baja al comedor.

—Jamás.

Fue lo último que dije antes de quedarme dormida.

—Que orgullosa eres.

Salió de la habitación molesto y unos segundos después entró con un basó de agua.

—Toma, puedes sobrevivir sin comida pero no sin agua. _ lo le respondí, el dejo el vaso en el cajón de alado. —Lo dejaré aquí tómalo cuando tengas sed.

Me levanté y tomé él basó, el agua me supo realmente deliciosa y refrescante y volví nuevamente a la cama, a dormir antes de que me diera hambre.

Tres semanas que habían pasado y ya iba a pasar otra más, pronto se cumpliría un mes y entré más pasaba el tiempo más perdía las esperanzas.

Al siguiente día el hambre me estaba matando, tenía tanta hambre que baje a la cocina a buscar comida. Por suerte no había nadie en la mesa, corrí hasta la cocina para comer algo.

Así lo hice, la comida estaba exquisita, eso me imaginé, ya que al dar un paso caí.

Desperté después, estaba conectada a aparatos de hospital pero seguía en la misma habitación.

—Debe de comer, su caso es especial, su parto fue complicado y el estrés solo lo está empeorando, deben de mejorar su entorno, si no podrá terminar muy mal.

—¿Has escuchado al doctor?

Shinhué me miró y yo solo desvié la mirada... El doctor salió y él se acercó a mí.

—Dios, que haré contigo, casi te mueres sabes, podrías agradecer qué te estaba vigiando.

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