Capítulo 11: La victoria sólo es para unos

Mary y Ezequiel terminaron por regresar a Presegelio, sin embargo bastante lejos de ahí... El caos estaba por desatarse....

...

En una prisión de razas de las sombras, estaba en una celda especial, Gavrel. Con cadenas especiales y con dos guardias custodiando sus celda. Desde el incidente en Presegelio no tuvieron de otra más que dejarlo ahí, pues atacar a una alumna era simple señal de que era peligroso.

Mientras todo se mantenía tranquilo... de repente se sintió una extraña vibración, los techos se agrietaron.

— ¿Que fue eso?— Preguntó uno de los guardias.

— Quizá alguno se escapo y está haciendo desastre — Dijo el otro.

— Deberíamos ir —

— No, debemos mantenernos en nuestras posiciones sin importar que —.

Pasando unos cortos minutos en el pasillo se escucho un extraño grito. Ambos guardias salieron para ver que sucedia y su sorpresa fue notoria al ver el cuerpo de otro guardia en el suelo. Su cabeza estaba echa pedazos.

— ¿Que sucedió?...— Dijo uno de ellos. El otro únicamente hizo uso de su poder, era una gargona, por lo que uso su saco Dolokiba para prepararse a algún ataque.

En un de repente escucharon un sonido metálico en el suelo, agacharon la cabeza para ver de que se trataba y encontraron una extraña esfera metálica con varios agujeros. Al ver esto se confundieron bastante pero de repente aquella bola comenzo a soltar por esos orificios un extraño gas verde. Los hombres se cubrieron la nariz para no respirar aquello.

Justo en ese momento un paso se escucho por el pasillo del que provino la esfera, se escucho una detonación y con la reacción de aquel gas todo ese pasillo exploto.

Charcos de sangre quedaron por todos lados, y una enorme cantidad de humo también fue notoria. Justo en ese pasillo, de pie como si nada... estaba alguien.

Gavrel que seguía en su celda, estaba confundido, con desesperación comenzó a intentar soltarse de las cadenas pero fue casi imposible aun para la fuerza que el como vampiro tenía.

— No es necesario que hagas eso. — Dijo Sugo tras mostrarse frente a la celda mientras el humo se disipaba.

— ¿Sugo?....— Dijo Gavrel al verlo.

— No estas herido?. No te preocupes, te sacaremos de aquí — Dijo Sugo abriendo la celda para asi caminar hasta las cadenas mismas que con la llave mágica pudo abrir.

— ¿Sacaremos?... ¿Quién más esta aquí?— Preguntó Gavrel.

— Todo esta listo... No tardaran en venir más monstruos... así que apurense — Dijo Lion caminando hacia la celda con armas en mano. Gavrel lo vio algo confundido y fruncio el ceño de inmediato.

— Tú... ¿Que haces aquí?— Preguntó Gavrel.

— Eso no te incumbe — Dijo Lion.

Gavrel y Lion se miraron con claro desprecio, Sugo interfirio colocándose frente a ellos y bastante calmo les hizo calmarse.

— Hay que salir de aquí — Dijo Sugo.

— Vamos — Dijo Lion caminando.

Gavrel no tuvo más que entender y pronto, los tres se encontraron saliendo de aquel lugar.

Para cuando llegaron a la salida de aquella enorme prision, tuvieron una nueva amenaza.

— ¡Alto ahí!. ¡Cualquier movimiento será su pena de muerte!— Dijo uno de los muchos guardias que estaban afueras.

Todos variaban en poderes y razas y por supuesto podría ser una amenaza. Pero no ese día.

— Es una pena...— Dijo Lion sacando su pistola de un rápido movimiento a la vez que hacia un disparo con una bala dorada al cielo. — Liberación de Poder... — Susurro a la vez que sus ojos se tornaban de un color dorado.

— Gavrel... quédate cerca — Dijo Sugo sujetando la muñeca de Gavrel.

Todos los guardias no lo dudaron y corrieron hacia ellos para atacarlos... pero en muy poco tiempo un enorme agujero dorado se había abierto en el cielo y de ahí comenzaron a llover cientos de balas gigantescas.

— Exterminio... — Dijo Lion por ultimo.

Las balas cayeron aplastando a muchos de los guardias pero lo peor vino cuando estas detonaron creoando una explosión descomunal. ...

...

Pasando varios segundo, la explosión termino y pronto no quedó ni un guardia vivo.

— Eso fue magnífico...— Dijo Sugo. — Vamonos... Ya — Les dijo a Gavrel y Lion mientras que caminaba para alejarse del lugar.

Lion miro una última vez los cuerpos sin vida, sin remordimiento alguno disparo a la cabeza de uno de los que aun se movía y después siguió su camino....

...

De regreso a Presegelio, la noche había caído por completo. Mary ahora estaba en la enfermeria. Pues Ezequiel la dejo ahí a la fuerza.

El medico de la escuela uso su don para calmar el dolor y pronto dejo a Mary acostada en la camilla de enfermeria para que duerma. Para cuando la hora de trabajo para el acabo, salio de la enfermería pero casi de inmediato Priscilia entro a la habitación.

— Mary, ¿como te sientes?— Pregunto ella caminando hasta una silla en donde se sento.

— Pues mejor... aun no puedo ir a mi habitación?— Preguntó Mary.

— No, el medico dijo que seria bueno que te quedes aqui, sano la herida por fuera pero por dentro sigue abierta. — Dijo Priscilia.

Mary solo suspiro y se recostó en la camilla para dormir...

...

Pasando alguna horas, Priscilia se había quedado dormida en la silla, pero Mary seguía despierta mirando a la ventana. La luna llena se veía de un color bastante puro. Era hermoso.

Al final, Mary termino por quedarse dormida, en total tranquilidad...

Mientras dormia, la puerta de la enfermería se abrio, y con ella varios pasos silenciosos se lograron escuchar. Aquella persona cubierta de una capucha camino hasta la camisa donde Mary estaba, apenas se acercó lo suficiente saco un pequeño tubo con una aguja mismo que con mucho cuidado llevo hasta su cuello.

Con bastante calma introdujo la aguja en su cuello y de inmediato el tubo de sangre. Mary se quejo un poco por el dolor pero manteniéndose dormida.

Priscilia por el contrario se despertó algo confundida a lo que esa persona encapuchada hizo brillar su mano lanzando un pequeño humo hacia Priscilia terminando por hacerla dormir de nuevo.

Apenas el tubito se lleno de sangre el hombre la guardo en un contenedor especial y después de la misma manera que entró... se fue sin dejar rastro alguno...

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