Capítulo 20

Corrigió con enojo. Está obvio que no se puede recolectar el sudor. Es absurdo esa tontería. El cuerpo desprende el sudor y luego termina evaporándose. Si tuviera que recolectar el sudor, tendría que usar un traje especial, pero se sentirá calor... No, para nada. Nunca va a recolectar sudor como abono orgánico para plantas. Eso no funcionaría.

– ¿Saliva?

Volvió a interrumpirla.

– ¡Tampoco! ¿Tú que utilizas para tus cosechas? ¿No me digas que has utilizado esa clase de métodos tan raros?

–Hago trueque con trigo a cambio del estiércol de los borregos. ¿Por?

Nadea se siente confundida. ¿Por qué le habrá preguntado algo como eso? ¿Tiene algo que ver con lo del tamaño de esas verduras? El estiércol de los borregos hace producir la cosecha, más nunca se obtiene resultados tan exagerados como esos.

– ¿No entiendo por qué todos los humanos se complican tanto la vida? ¿Por qué conseguir algo que no se necesita? Todo está ahí, pero todos lo ignoran. Sé que tiene una pésima apariencia, huele terrible, pero si se agrega ceniza blanca, pierde ese aroma y se convierte en abono orgánico. También el líquido funciona...

Se ríe como toda una villana, parece mujer malvada de película, esta mujer está loca. Se le subió la sabiduría en la cabeza. Ya parece como esos científicos que están llenos de emoción, llenos por haber encontrado la cura de algo maligno.

– ¿Un líquido?

Nadea se pregunta a que líquido hablará. Nunca había escuchado que existía un abono en modo líquido. Esto suena interesante.

–Aún no he descubierto el cómo borrar ese pésimo aroma, pero algún día lo lograré, haré que ese fertilizante deje de oler tan mal. Lo interesante es que ambos fertilizantes hacen que la tierra vuelva a ser nutrida, igual que los viejos tiempos antes de que llegara al humano a gobernar estas tierras.

Su mirada se cayó al suelo, era como si algo triste hubiera ocurrido en su pasado, como si deseara recuperar aquello que se ha dañado por la mano del mismo hombre.

–Guauuu... No sabía de esto.

Nadea comenzó a sentirse un poco asqueada. Se siente mal. Están deliciosas, tienen buena vista, pero el pensar que usó popó para hacer crecer estas plantas, da ganas de vomitar. No sabe a eso y menos huele a eso, pero el imaginarlo le hace desaparecer el apetito, le hace desear nunca haber preguntado. Todo su estómago quedó revuelto.

–Usted es muy inteligente...

Decide mejor ya no comer, ya no más, ya no más verdura.

–Ten, échate sal.

Le pasó la sal y Nadea la tomó.

–Ah, claro. ¿Así?

¿Por qué me tengo que echar sal? ¿Ayudará a limpiar la piel?

–Más.

– ¿Qué tal así?

–Un poco más. ¡Espera, no tanta!

Le quitó el salero de sus manos. Nadea se puso triste. No se puso triste que le haya quitado el salero, más bien está triste de otra cosa.

–Usted sabe muchas cosas que yo desconozco. Nunca había conocido una persona que supiera cosas tan interesantes sobre las plantas. La admiró mucho.

Recordó a su lobo... Luego a su madre...

–Al ser una persona que sobrevive al tomar nada más lo que necesita sin dañar a la naturaleza, debe ser una persona de buen corazón.

Esto la sorprendió. Nunca esperó algo como esto. Es demasiado exagerado. Nunca esperó que este hombre le iba decir algo así. ¿Por qué dice algo que no lo es? Ella no es una buena persona, nunca lo ha sido. Es demasiado tonto que diga que es buena persona, cuando no lo es. Nunca ha sido una buena persona, nunca lo será.

–Es obvio que no lo soy.

Susurró toda molesta.

– ¿Por qué no?

– ¡Porque no lo soy! ¡Nunca seré buena! ¡Nunca seré lo que todos esperan de mí! ¡Y mucho menos seré lo que esperas de mí!

Está bien desesperada, tiene tantas de ganas de llorar. No sabe lo que le pasa, pero este hombre ha hecho mover sus emociones de una manera que hace doler. Quiere correr, quiere olvidar este dolor que la atormenta. No puede. Es difícil.

–Pero yo no espero nada.

–Ni con eso te vas a salvar. Todos modos te voy a comer.

Señaló a Nadea sujetando la cuchara todo enojada. Picó más verduras.

–Espera, ¿qué? ¡¿Entonces soy la cena?!

Nadea por fin lo entendió, ya entendió los términos de ser la cena. Luego dejó de estar sorprendida. Aceptó que aquí llegó. Es mejor rendirse. No quiere luchar. No merece vivir. Nunca ha sido útil en toda su vida.

–Tengo mucha hambre. No he comido hace días.

–Espero que lo disfrute.

Nadea ya no le importa. Lo que pasó en ese bosque no lo ha podido superar. Se siente culpable por lo que pasó ahí. Ese lobo no merecía morir. Si ella hubiera podido hacer algo, él nunca habría muerto.

– ¡¿Qué?! ¡¿No tienes miedo que te coma?!

Esto sorprendió a la mujer. Esperaba más resistencia, todos los hombres se resisten a esto, pero este no. ¿Qué le pasa? ¿Se pegó en la cabeza cuando era chiquito? ¿O por si es tonto?

–Si tienes hambre y lo haces porque nos has comido en días. Es mejor que me comas, eres más inteligente que yo... Soy una inútil para protegerme, ni siquiera se llegar a la ciudad de los magos.

Sus palabras son tristes, da ganas de llorar junto a ella.

– ¿Por qué quieres ir a la ciudad de los magos?

Pregunta la mujer toda curiosa.

–Tengo que darle un collar a mi tío Carlos.

– ¿Un collar? ¿A él?

Preguntó totalmente molesta.

Detesto a ese hombre, la última vez casi me mata. Tuve suerte de escapar.

–Si.

– ¿Me puedes mostrar ese collar?

Probablemente sea una nueva arma, para atacar a todas las brujas. Debo evitar que eso llegue a sus manos, no me gustaría ver sangre derramada por la culpa de ese mago.

– ¿Por qué te interesa ver el collar?

–Me gustaría verlo antes de que te coma.

Contestó la mujer con una sonrisa sincera como si todo estuviera bien, como si ella no estuviera planeando nada malo.

– ¿Por qué?

–Sólo tengo curiosidad.

– ¿Curiosidad?

–Sí, quisiera saber qué collar le vas a dar.

– ¿Prometes que lo cuidaras con tu propia vida?

Puede que ella pueda entregar este collar a las manos de él, tiene habilidades que la hace ser admirada, ella es perfecta para entregarlo.

– ¿Eh?

¿Por qué me pregunta algo como esto? ¿Acaso el collar guarda un profundo poder más allá de lo que imaginé?

¿Un poder para cambiar todo con un respiro? Esto suena interesante.

–Prometes que una vez que me comas, cuidarás este collar con tu propia vida.

–Sólo es un collar, ¿qué daño podría hacer?

Contestó completamente feliz, pero no feliz de buena persona, más bien feliz de malas intenciones.

–No lo sé. Este collar se me dio para entregarselo a mi tío. De seguro que él te recompensará una vez que entregues esto en sus manos.

–No creo que...

Esto la sorprendió, la gema del collar es lo que la sorprende. No puede creer que haya cargado esto en sus manos. Esto es una locura. Nadie debería cargar algo así en lugares como estos. Si ellos se enteran de esto, vendrán a su casa y querrán matarla por tener esto aquí.

No, no es eso. No lo es. Ya lo habrían detectado. Nadie puede tener el corazón en sus manos de un Legna, solamente ellos mismos y sus enemigos naturales. Ya que si lo hace un simple humano, se convertirá en cenizas por el poder tan poderoso que guarda. Ni siquiera ella podría tocarlo, solamente la raza pura de esas dos especies puede.

– ¿Qué es esto?

Recibió el collar en sus manos, pero no pasa nada. No hay nada, ni siquiera una chispa. No detecta ni una gota de magia. Es lo que ella pensó, es falso. Luego de unos segundos se dio cuenta de algo: los colores cambiaron y luego volvieron a ser los mismos. Esto parecía tonto, era el mismo collar, pero parecía que había cambiado de color por un instante.

Tomó sus lentes por pura curiosidad. No es una simple gema. Una vez que te das cuenta del truco, verás que cada rato cambia de color. Su verdadero color del collar es negro, mientras la gema es ovalada de color rojizo similar al rubí. No es fácil notar esto sin unos lentes mágicos. Debería sentir energía, poder, magia, pero no es así. Es extraño.

Es como si lo fuera y al mismo tiempo no. No está segura si esto sea el corazón de un Legna o tal vez de otra cosa más poderosa. Ya que esto no es una gema común y menos una gema mágica, esto es el corazón de una criatura poderosa. Es la primera vez que ve un corazón en persona, ya que en toda la información que ha investigado, no ha existido un humano que pueda contarlo. Lo misterioso es lo que cubre la gema...

No es oro ni plata, ni siquiera bronce, es un metal que ella desconoce. No está segura de lo que se utilizó, para crear el collar que sostiene la gema. Puede que el collar sea una clase de artefacto, un artefacto que ayude a tener control del poder de esta gema. No sabe el cómo lo hizo para lograr algo así, ya que tocar una gema mágica se necesita destreza con la magia, pero cuando se trata de un corazón ni la magia te ayuda, terminarías explotando toda una ciudad.

–Es el collar que se me dio.

– ¿Por qué tienes este collar?

Es muy peligroso tener algo así. ¿Dónde lo habrá conseguido?

–Sólo me lo dieron.

–Voy a guardarlo.

La mujer decide dejar sola a Nadea, decide esconder el collar. Probablemente sea buena idea investigar un poco más, ya que no es collar común. Este collar guarda muchos secretos que debe descubrir. Está claro que ese mago planea algo muy malo, ¿pero que planeará al desear este collar? No cree que matando simples brujas se detendrá, debe algo más.

–Ya llegué...

Se quedó mirando a Nadea, la mira de una manera extraña.

– ¿Qué pasa?

¿Por qué me mira así?

–Pensé que ibas a huir.

Él podría haber huido, retiré el hechizo para que tomara ventaja mientras escondía el collar. Pero no lo hizo... ¿Por qué?

–Tú me dijiste que me ibas a comer.

–Todos huyen cuando tienen la oportunidad de hacerlo.

La mujer miró de manera extraña a este hombre. Es el primero que no sale corriendo. Si hubiera huido, todos modos lo alcanzaría, lo descuartizaría para echarlo a la olla, pero no lo hizo... No salió corriendo como a todos los que ha perseguido. No sabe si sea buena idea comer a este hombre, tiene miedo que su torpeza se contagie por comer carne contaminada.

– ¿En serio?

Esto sorprendió a Nadea. No lo sabía. ¿Cuántos se habrá comido antes que ella?

– ¡No te diste cuenta que el hechizo de atadura ya no funciona!

– ¡¿Tenía un hechizo?! ¡Yo pensé que estaba pegada!

Que tonto es...

Se pegó en la frente con la palma de su mano. No puede creer que existan hombres tan tontos como este.

–Eres un hombre extraño, es la primera vez que conozco a alguien que no huye de mí al ver que soy alguien mala.

– ¿En serio eres mala? Pareces alguien buena.

Esto sorprendió a Nadea. La señorita Purpura no parece una mujer mala, más bien parece como si de algo sufriera. Debe ser su gordura, debe bajar de peso para sentirse mejor. Algo de ejercicio la haría sentir mejor.

– ¡Si lo soy! Todos dicen que soy alguien mala e incluso mis propios padres me lo dijeron, por eso me los comí a todos.

Está enojada y al mismo tiempo desesperada. Odia a todo el mundo, nadie la ha querido. Ni siquiera su familia humana, la aceptó cuando se dieron cuenta que ella era una bruja. Es tan difícil soportar las burlas, los maltratos e intentar fingir ser alguien que no eres, para que las personas puedas agradarles.

Tienes que fingir que todo está bien, que todo es así como lo hacen las personas comunes. No puedes investigar, descubrir, aventurarte a ese lado oscuro. Hacer más allá de lo que hacen los magos, investigar todo lo que temen hacer, superar ese límite de magia...

Eso te convierte una bruja, sinónimos del mal, descendientes malditos de los Oinomed. Al menos se siente bien comerse a todos sus enemigos, es mejor comerlos y ver como gritan de agonía suplicando estar vivos. Es la reina del destino, puede decidir si dejarlos morir o hacerlos sufrir un poco más.

–Para mí sólo eres una persona, eres igual que todas las personas que he conocido. Quizás si te conociera más, podría saber si eres mala o no. Bueno, seguiré disfrutando de está agua caliente.

En serio, el agua está muy calenté.

– ¿Por qué eres así? ¿Por qué no huyes de mí? Puedes salir por la puerta y tener tu libertad, ¡¿Por qué no huyes?!

Ella está llorando, no deja de llorar, mientras Nadea se sumerge en este baño de aguas termales. Cerró sus ojos.

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