secuestro?

estaba tan aburrida en la casa de la playa, había insistido muchísimas veces en irnos, pero max, solo me ignoraba, había enviado a Fabián a la casa, para que no pudiera usar cualquier influencia a mi favor para que me llevará a la ciudad.

+hola Adriana, como van las cosas?- le envié a mi amiga, después de unos minutos me escribió.

-hola amiga, todo en marcha mañana haremos la cena de compromiso oficial- me informo.

+trataré de ir.- textee rápido en mi celular

-max que sigue raro?

le había estado comentando a las chicas sobre la actitud de Maximiliano, incluso le pedí a Sabrina que fuera a ver a adelaida y se asegurara de ver cómo estaba Samuel, no es que me importará lo más mínimo la situación de ellos, pero sabía que algo pasaba, la actitud de max, era diferente y eso me preocupaba.

mas sin embargo, todo estaba normalmente como debería, Adelaida estaba trabajando en el psiquiátrico, le habían asignado un paciente un poco complicado, que le estaba haciendo la vida un tanto difícil, y en cuanto a Samuel, había recibido una puñalada no hace mucho por buscar problemas con la persona equivocada, pero estaba fuera de peligro; así que no entendia por qué su maldita actitud y confinamiento.

había intentando preguntarle Miles de veces, pero el esquivaba el tema, así que había dejado de molestarlo, sin embargo, desde hace días había salido de la casa a la oficina, un par de veces, aunque no tardaba mucho tiempo fuera, me parecía injusto que el pudiera salir y yo estaba en un total confinamiento.

tome una larga ducha me coloque un hermoso vestido y llame a un taxi, si el podía salir, yo también podría hacerlo, asi que aproveche que el no se encontraba y salí a escondidas de la casa de la playa.

me sentía como una fugitiva, pero el no me estaba dejando más opciones, tome el taxi y me aleje lo más rápido que pude de ese lugar, sería libre un par de horas, con eso sería más que suficiente.

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MAXIMILIANO

estaba todo listo para que atacarán la cárcel, y junto a ello, la muerte de Samuel, había tenido que salir estos días de la casa, para finiquitar algunos detalles por mi propia cuenta, y una vez todo listo Victoria y yo estaríamos felices y tranquilos para siempre.

-todo esta listo para esta noche señor -informo Nicolás mientras se acercaba a mi auto.

-muy bien, me informas cualquier novedad - le informe y salí del lugar de regreso a la casa de la playa con mi bella y hermosa esposa, antes de regresar, compré un ramo de rosas Rosadas, un helado de vainilla, un chocolate unos bombones, una pizza y una porción de pollo broster, lo que victoria encantaba comer.

había llamado a Leila, para que hiciera una cena especial para nosotros, con algunos platillos que Víctoria quisiera.

la amaba tanto, que daría mi vida solo porque ella viviera, desde que llegó a mi vida, he vivido por ella y para ella; estacione el auto afuera de la casa, tome una tarjeta y le escribí.

...cada te amo es un pétalo de estás rosas multiplicado por 10, quizás así tengas una idea de cuánto te amo....

...M.S...

baje del auto con las cosas que había comprado para victoria, y subí directo a la habitación de nosotros, cuando me fui está mañana habíamos tenido una pequeña discusión, ella ya no quería estar en la casa de la playa, y después de hoy, volveríamos tranquilamente a nuestra vida.

abrí la puerta de la habitación, pero está estaba vacía, busque en las habitaciones contiguas, pero no estaba victoria, mi corazón comenzó a acelerarse, baje y le pregunté a Leila, si la había visto.

-señor la última vez que ví a la niña Victoria estaba sentada viendo el mar.- me informo con preocupación al ver lo alterado que estaba.

llame a mi personal de seguridad y mandé a hacer un recorrido a la playa, pero no hubo señales de victoria, la llame Miles de veces pero jamás contesto.

en mi pecho comenzaba a crecer un desasosiego, llame a Adriana, pero tampoco sabía nada de Victoria desde hace unas 2 horas.

-maldicion Víctoria dónde estás?- grite con frustración a la nada.

comencé a pensar lo peor, alguien pudo llevársela y hacerle daño, solicite un cuerpo policial para que comenzarán la búsqueda cuánto antes.

las horas pasaban y aún no teníamos respuesta de victoria, ni su ubicación.

-señor, hemos vigilado a Samuel toda la tarde, pero no ha hablado con nadie- informo Nicolás mientras entraba a la sala de la casa.

-mantenme informado de cada paso que de ese infeliz.

-si señor.

-una cosa más- lo detuve- apenas mi esposa aparezca, quiero que mandes a acabar enseguida con Samuel.

-como ordene señor.- dijo y se retiró.

-niño max, tómese este té para que se calme un poco- ofreció Leila.

no había comido nada en todo el día, pero por alguna razón tome el té, sabía en el fondo que esto era mi culpa, si no la hubiese mantenido aquí en contra de su voluntad, no se hubiera ido a escondidas exponiéndose así.

-ella está bien- dijo Leila alentándome.

-si le pasa algo no me lo perdonare- me lamente, tratando de retener mis lágrimas, para que Leila no me viera llorar.

debo admitir, que tenía mucho miedo en estos momentos, no quería que nada le pasará a mi mujer, ni a mí hijo.

-maximiliano, ya la encontraron?- dijo mi padre mientras entraba a la casa de la playa.

-aun no!- dije abatido.

-y ya buscaste, en algún lugar familiar?- las palabras de mi padre eran como una luz en ese momento.

lo único que victoria se la había pasado diciendo era que quería volver a la casa, quiera alistar las cosas del bebé, ya se estaba acercando su último periodo de embarazo, y deseaba tener todo listo para cuando el bebé llegará.

me levanté de mi asiento y corrí hasta mi auto, conduje como un loco, hasta nuestra casa, subí hasta nuestra habitación para encontrarla totalmente vacía.

quería llorar en ese momento, tenía toda la esperanza de poderla encontrar aquí.

-señor- me interrumpió Rosa, que venía subiendo con un vaso de leche y unas galletas.

-la señora, se ha quedado dormida en la habitación del bebé, si quiere le puede entregar esto.- coloco la bandeja en mis manos y se alejo a toda prisa.

me dirigi apresuradamente a la habitación del bebé y ahí estaba como un pequeño gatito, acurrucada en la mesedora, con un montón de ropa y bolsas a su alrededor.

me acerque y la abrace con mucha fuerza.

-no te vuelvas a alejar de mi.- le susurre

-jamas me iría de tu lado, aunque seas un esposo controlador- rio con descaro.

-me has asustado mucho victoria pensé... pensé que lago malo te había pasado.- confesé mientras dejaba escapar el aire de mis pulmones.

-lo siento, no quería estar encerrada, quería salir.... iba a encontrarme con Adriana pero entre en la tienda de bebes y Vi tantas cosas, compré muchas, así que decidí venir a dejarlas, pero me recosté para descansar y me dormi- su carita brindaba inocencia, esa que me derretia por completo.

-si no quieres estar más en la casa de la playa, mandaré a qué traigan todo aquí, pero por favor no me des este susto de nuevo Vico.

-lo siento max, pero deberías saber que jamas te libretas de mi tan fácil.- me dió un suave beso en los labios y con eso sentí que mi corazón volvió a latir.

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