Al aire libre.

Despues de horas de discusión con su esposa cristian logro llevarla a un parque al aire libre, a ella le daba pena pues su cabello se habia caido totalmente al igual que sus cejas y pestañas.

La tristeza se reflejaba más en su rostro, pues no tenía una cabellera muy larga pero si era abundante, se sentía extraña el pensar que su esposo ya no la veía igual, es que ni ya había intimida entre ellos solo besos y abrazos, empezó su autoestima a bajar y a pensar que su esposo pronto le pondría remplazo y una madrastra a su hijo, perdida en sus pensamientos sentada en una banca del parque donde tiraba alimento a las palomas, Cristián se acercó con unos helados y unas fresas con crema las favoritas de elizabeth haciéndola reaccionar, Pasaron una tarde agradable en un parque grande algo retirado de donde vivían hacia un día soleado y hermoso, pero pronto empezó a nublarse así qué regresaron a casa cenaron y se fueron a la cama junto con su hijo eithan.

_ Amor mañana tengo un viaje de negocios únicamente es, dos días regresaré lo antes posible, aunque no quiero dejarte sola _ confiesa Cristian.

_ esta bien no importa tienes que hacerlo estaré bien, solamente seran dos días_ ella sabía que su enfermedad no tendría que interferir en los planes de su esposo y sus deberes.

_ si cariño, tenemos que contratar otra empleada con Sonia no es suficiente, ella cuida de nuestro hijo y quien cuida de ti _?

_ bien dejámelo a mí contrataré a alguien más aunque no te es suficiente con los 9 empleados de más que hay_!

_ cariño ellos no cuentan son de la limpieza, chofer, cocina, jardineria, ama de llaves y niñera que sonia te ayude a ti y contrata otra mas para que cuide a eithan_. Le propuso cristian.

_ya duermete que mañana tienes que tomar un vuelo muy temprano_. Le respondio elizabeth _yo me encargo de eso tranquilo cariño estaremos bien aqui _.

Al otro día...

Cristian se levantó temprano se fue a duchar sin hacer ruido para no levantar a su esposa, pero el celular que estaba en la mesita de noche no dejaba de sonar llegaban y llegaban mensajes de texto.

La curiosidad mató al gato, Elizabeth se le dio por leer los mensajes cosa que nunca había hecho.

Era la secretaria le estaba diciendo que ya estaba lista le hablaba muy en confianza, era una mujer muy confianzuda, sabiendo que su jefe estaba casado pensó Elizabeth, recordando la secretaria de su esposo ella la había visto solo un par de veces, pues ella casi nunca había ido a la empresa menos desde que empezó con su enfermedad.

Dejo el celular antes de que su esposo se diera cuenta y se hizo la dormida, él se alistó rápido y le dio un delicado besó en la frente no quería despertarla, ni a su hijo sabía que a su esposa se le dificultaba a veces dormir.

Bajo a la cocina dio específicas órdenes de que cuidaran bien de su esposa y su hijo mientras él se ausentaba esos dos días, salió corriendo al aeropuerto.

En el aeropuerto lo esperaba su secretaria, bien atrevía y coqueta lo recibió se tomaba muchas atribuciones.

_Cristián por fin llegas, Ven tienes la corbata torcida_ acercandose y acomodando su corbata.

Aprovechaba cualquier ocasión para ofrecérsele como cebó, hacía meses que no veía a su esposa así que ella pensaba que él se había divorciado de ella, y que era su gran oportunidad de conquistar a un hombre rico y apuesto. Era joven y atractiva gracias a las cirugías y a al salón de belleza, interesada y mala a la hora de apoderarse de algo, no había quien la hiciera cambiar de opinión, así que este viaje para ella era muy importante para lograr su objetivo conquistar a Cristian metiéndosele en la cama.

Cogieron a tiempo el vuelo llegando a si en 6 horas a su destino donde firmarían contratos millonarios.

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