Eres su mujer

Episodio 1 

El dia en que todo comenzó fue un dia lleno de oscuridad, en medio de las penumbras mi corazon solo se hacia mas y mas pequeño, solo era una pequeña niña pero lo que paso ese dia realmente me marcó para siempre, un cambio en mi vida, o quizá mi vida estaba erronea todo este tiempo, ¿Vivía en una farsa?. 

Mi familia celebraba una reunión de negocios en el viejo salón de la casa, todos bebían y reían sin parar, mientras yo solo me divertía haciendo cosas de niños. 

Yo jugaba con mi hermana cuando la lluvia comenzó a caer con gran ferocidad, mi corazón latía sin parar, quizá por el temor, siempre que llueve la luz se va en todo el lugar, dejando a todo  en pueblo sumido en una total oscuridad, apenas la toma eléctrica fue inventada hace unos años, asi que aun tenia algunas fallas, me asome por la ventana principal que da al patio trasero era un ventanal enorme en el cual se miraba todo hacia fuera, la vista poco a poco se oscurece por las negras nubes que abarca en todo el lugar oscureciendo el panorama. 

–Hermana se irá la luz de nuevo?-- pregunte a mi hermana mayor quien solo suspiro sin decirme nada, solo me abrazo, todos en mi familia saben que le temo a la oscuridad, que le temo a el negro arrollador y a las voces que figuran entre las penumbras. 

No soy muy fan de lo sobrenatural, nunca he creído en nada de eso, pero en menos de que lo pensara la luz se fue. Me dolió el corazón.

–No te muevas de aquí- dijo mi hermana. 

–Si– asenti

Ella se acerco a mis padres que no paraban de correr de un lado a otro, los invitados al igual se comenzaron a ir, uno tras otro, una pérdida de luz eléctrica sería demasiado, para el negocio familiar he incluso paro lo amigos de mis padres, mi padre salió de la casa, cubriendo su cabeza con una chaqueta, mientras yo volví a dirigir mi cabeza al patio trasero, pero de un de repente solo mire la sombra de una persona en medio de la oscuridad, mis piernas comenzaron a temblar y al sentir su profunda mirada solo di unos pasos hacia atrás, cayendo de trasero contra el piso. 

Mi corazón no paraba de latir demasiado a prisa, me dolía incluso sentía una gran desesperación dentro de mi interior. 

‘’Leila’’ escuche como un susurro mientras la sombra se hacía más y más fuerte acercándose a la ventana, cerré los ojos con fuerza, cuando sentí una mano en mi hombros. 

–¡aaah!-- grite. 

–Tranquila hermana soy yo– dijo mi hermana, dirigí mi vista hacia la ventana y la sombra ya no estaba. 

–Había alguien ahí– apunte pero ella solo suspiro, se acercó a la ventana y yo como niña pequeña, aunque era una niña aun, solo tenía 10 años, me aferre a su brazo con fuerza como un cachorrillo asustado. 

Cuando estuvo justo frente a la ventana, no había nada, solo el patio trasero y algunas sombras que proyectaba la luna y las estrellas dando directo a el enorme árbol que se proyectaban en el patio. 

Era mi árbol favorito, así que ahora solo me produce muchísimos miedo de solo recordarlo. 

Después de eso mi hermana me guío hacia nuestra habitación, o bueno la mía, ya que ella siempre me hacía compañía en día como estos que en esta temporada del año ya eran muy normales.  Dormir junta era siempre acogedor, y lograba liberarse del temor cuando me despertaba a media noche, y miraba las sombras de mi habitación.

No sé en cuánto tiempo me quede dormida, solo hasta que esas ganas enormes de hacer chis me inundaron todo mi ser. 

A pesar del temor me levanté de mi cama, tomé la vela que estaba justo al lado de mi cama y comencé a caminar lentamente por el pasillo. 

Pero una corriente de aire apagó la vela en mis manos, era muy extraño en el pasillo no hay forma de que entre esa corriente, ya que no hay por donde el aire entre, mas aun asi estaba presente.

Corrí a más no poder, por el pasillo, hasta llegar al baño, cerré la puerta con fuerza y me senté, hice mis necesidades, y tenía miedo de salir del baño, era irónico, ese lugar era para mi el más seguro. 

Luego de suspirar tranquilamente, me puse en pie y salí del baño, lo más lento posible con el corazón y una vela inservible en mi mano. 

‘’Leila’’ y ahí estaba de nuevo esa voz. 

Cuando gire mi cabeza, lo vi, era una figura de una persona, un hombre quizá, vi un hombre  vestido de noche, era como un mensajero de las penumbras, misterioso y aterrador. 

Me quedé congelada, mis pasos no daban ni para enfrente ni atrás. 

‘Tu eres mia’ dijo ese hombre mientras de mi voz salió un grito ensordecedor y al instante vi salir a mi padre con un arma en las manos y a mi madre con una lámpara en ella, mi hermana corrió y me abrazo, pero yo aun miraba esa mirada profunda sobre mi, no se ni en qué momento perdí el conocimiento, solo que que cuando desperté el sol abrasador ya estaba dando sobre mi rostro. 

Esa misma mañana mis padres me llevaron a la cabaña de un chamán, no soy de creer en cosas sobrenaturales ahora en el futuro, pero ese día ese chamán le entrego a mis padres un collar que según era de protección. Y después dijo que eran 5 monedas de plata,mi mente infantil solo dijo que ese hombre solo le estaba robando a mis padres.

El chamán estaba muy asustado después de que le conté lo que vi, describir a ese hombre de las penumbras y el solo dijo -Eres su mujer, él al fin te ha encontrado, no vuelvan aquí nunca- ¿Cómo se supone que yo sería su mujer si solo tenia 10 años?

Lo más curioso es que después de ese dia mis seres queridos, amigos y familiares, uno a uno fueron muriendo, yo no era de usar mucho esas cosas de proteccion mística pero, el dia que mi padre murió él me entregó un dige que era en forma de media Luna, en el tenia una pequeña mancha roja casi inexistente, pero me ha seguido desde entonces colgando en mi cuello. 

Después de que mis familiares murieron ya nadie se acercaba a mí y decían que estaba maldita, hasta el punto que yo también llegué a creerlo, como aún era menor de edad, me llevaron a un orfanato, solo pensaba que las muertes se detuvieron después de la última que fue la de mi padre.

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