Heroinas defectuosas (2)

—¡Gaaaaah! ¿Una maldición? ¿Quieeeén...? ¡No! d-debo mantener esto ¡No lo dejaré así ahora que tengo a los príncipes! —Write gritó como un animal herido, mientras que algunas de las personas que nos perseguían cayeron de inmediato (pude oírlos). Shirogane se estremeció levemente, estoy segura de que él no esperaba que una maldición tan inofensiva cómo "cegar" le causara tanto daño a alguien... O quizás se estremeció al oirla decir que unos principes están bajo su poder, seguro le traería recuerdos horrendos.

Pero volviendo a lo de la maldición, yo no usé una tan dañina, la cosa es que tiene un efecto diferente si la usas en alguien que ha usado alguna "magia negra prohibida", ya que el alma de estas personas se marchita con cada uso y aquí, mientras más débil esté tu alma, más débil será ante una maldición.

Un plus de esto, es que ya que fui quien les lanzó una maldición a Write y Himeko, pude sentir el estado de sus almas y así supe que el alma de Write está tan débil que parece cerca de desaparecer, a diferencia del alma de Himeko que solo está un "poco" débil y puede usar magia oscura prohibida al menos unas tres veces más (pero no creo que se atreva, porque, si te quedas sin alma te conviertes en algo horrible y ella odia las cosas feas).

—Fue bueno que tuviéramos dos cartas que jugar, aunque fue pura suerte que se enfocara en el perturbador de maná, ella realmente no se esperaba que pudieras usar maldiciones —Kurogane se oía aliviado.

—Si es una heroína, es normal pensar que no usara cosas tan oscuras— mencionó Yong, estaba pensativo por alguna razón.

—¡Ja! Ni siquiera se dió cuenta que el perturbador de maná dejó de funcionar a penas salimos de la mazmorra ¡Y me vio usando la magia del viento! —Shirogane se oía alegre, aunque su mano tembló ligeramente.

Magia del viento, huh. Write estaba sorprendida con ello y la verdad es que yo también lo estuve cuando supe de sus habilidades. Mi hermana amaba esa magia, así que no dejó que cualquiera en el juego la usara, es divertido que, el que está más resentido con ella, sea quien tenga esta magia.

—¿Sora? ¿Qué estás... ? —escuche a Yong hablar, su tono tenía urgencia.

—Bueno, parece que se me adelantó —Kurogane dijo aquello con suavidad.

—Parece que tomó una decisión. Me parece bien, asi atendemos dos cosas a la vez, y no perdemos a Himeko de vista —la fría voz de Sakuya me sorprende un poco.

—¡¿Enserio piensa irse sola?! —La voz de Eris salió furiosa.

—Oh, también se fué Eris. ¿Hmm? ¿Yong? — Shirogane sonó genuinamente sorprendido —Bueno, son un buen número, supongo que así estarán bien—.

No pasó mucho antes de que se oyeran algunas explosiones a la distancia. El temblor en las manos de Shirogane disminuyó y el silencio se mantuvo en nuestro grupo por un largo rato, al menos hasta que llegamos al lugar de Himeko.

—¡¿Qué es esto!? —gritó Hineko mientras que algo cayó al suelo, cerca de nosotros. — Himeko no entiende, ¡Ustedes deberían haber sido emboscados por Write! ¡Ella... !— la rubia deja de gritar de repente.

El alma de Write había desaparecido, no se había transformado en nada más, simplemente desapareció de mi radar.

¡Pling!

¡Una heroína ha eliminado un cabo suelto!

A pesar de no poder ver nada, un cuadro de texto apareció frente a mi. No pude creer lo que ví ¿La amable Sora hizo lo que creo que hizo?

¿Sora eliminó a Write? ¿Cómo podría ella? Mi percepción de Sora nunca fue tan brutal, ¿Quizás solo haya sido el soporte de Eris y Yong?, pero no fue lo que leí.

—Bueno, ya estás sola, qué divertido, ¿No se te hace familiar está situación?—la voz fría de Shirogane sonó.

—Pero este si es el final de tu camino, maldita —Kurogane sino muy emocionado, había una mezcla de emociónes violentas en su voz.

—Te lo dije la última vez ¿No?— una risa suave y escalofriante salió de Sakuya —Desaparecerás sin dejar rastro y nadie te recordará, ni te llorará ¡Destruí todo lo que tuviera que ver contigo! Y ahora solo falta que tú desaparezcas. Lo que más temes ya no está lejos—

—Ja, ja, ja, ja, ja ¿Eso hiciste? Debí eliminarte cuando pude, pero... te veías tan adorable, cuando actuabas como un cachorrito... Que buena sensación me dió el dominarte. Realmente quería volverte a hacer mío. Mi pequeño perrito. Ja, ja, ja, ja, ja.— Himeko habló entre risas, se oyó como una loca. Sentí repugnancia por la forma en la que estaba hablando, además su alma estaba tomándose cada vez más repugnante.

—¡Himeko!— Kurogabe y Shirogane gruñeron con rabia. Sakuya respiró de forma pesada, sonaba como un ataque de ansiedad.

¡Bruuum! ¡Bum!

Un sonido fuerte hizo eco por toda la ciudad. Supe de inmediato lo que Himeko estaba haciendo —¡Invocó a una criatura malvada! Ugh, no la creí capaz de usar más magia oscura prohibida, pero supongo que no se debe subestimar a un animal acorralado y chiflado—. La ráfaga de magia oscura que llegue a percibir fue suficiente para hacerme temblar. Sentí mucho frío.

—Demonios... Esta loca nunca se rinde— Shirogane no pudo evitar en temblor en su voz.

—Está a unas tres cuadras, no tardará en llegar aquí— advierte Kurogane.

—¡Aaahhh! Si voy a desaparecer, ¡Los arrastraré conmigo! —Himeko seguía riendo— Entonces este loco juego se reiniciará y está vez no fallaré ¡Seré la heroína y todos serán míos! ¡Nadie volverá a desafiarme! Dejaré de ser ese personaje del que se burlan por su sentido de la moda y la forma en la que habla... —

—Vaya ¿Ella también lo sabía? — escucho una voz conocida — Uh, ¿Le pasó algo a Kuroha? —pregunta como si se tratara del clima.

—Ah, el chico despertó —dijo Kurogane

—Mi nombre es Marcus, es un gusto, chicos —se presenta él con un tono elegante.

—Ah, si, un gusto, mi nombre es Sakuya—.

—Y yo...—

—Shirogane y Kurogane ¿no es cierto? —pregunta Marcus.

¡Kuaaaaa! ¡Hiiiiik!

—Dejando las presentaciones y eso... Himeko ha invocado algo peligroso y viene para acá —no puedo evitar sonar preocupada. El monstruo que ha invocado... —dije mientras me aferré a la chaqueta de cuero Shirogane por el frío.

El alma de Himeko se volvió cada vez más oscura y por ende, más débil, pero aún seguía resistiéndose al dolor y a desaparecer. Sentí miedo de verdad. Ella iba en serio con eso de acabar con todo, aunque ¿Realmente reiniciaría todo?

—Si... Ya lo veo— Marcus sonó nervioso.

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