...DANNA Y ALMA...
Nos privamos de tantas cosas, de tantas experiencias por seguir nuestra estructura de vida que decidimos alterar nuestros planes y divertirnos un poco cuando acabamos la universidad.
Aún teníamos 21 años y mucho por vivir. Nos involucramos en las empresas poco a poco y fuimos alternando para saber en cual nos sentíamos más cómodas trabajando y que los empleados se familiaricen con nosotras así también participamos en juntas importantes.
Seguimos siendo responsables e intachables. Siempre nos levantábamos temprano y nos veríamos acordes a la oficina. Éramos buenas trabajadoras y aunque éramos muy jóvenes ya teníamos el apoyo de varias personas para tomar nuestro lugar.
Nos sentíamos un poco nerviosas por no decir que estábamos más que asustadas de dirigir algo así solas. Nuestros padres eran realmente excelentes en lo que hacían por lo que ayudarlos era sencillo pero ocuparnos solas muy complicado.
Cuando nos sentimos preparadas debimos tener una conversación entre nosotras para que decidir en qué ambiente estábamos más a gusto trabajando. (Danna ocupó el lugar de su madre mientras que Alma el de su padre).
Estuvimos sometidas a mucho estrés, fue súper difícil adaptarnos y los horarios que estábamos dentro de la empresa eran realmente extenuantes.
Recién al terminar de adaptarnos fue cuando caímos en cuenta de que no teníamos vida social y que vivíamos exactamente como nuestros padres, del trabajo íbamos a casa y allí acababa nuestra vida. Pero había una gran diferencia, nosotras no teníamos un esposo que nos esperara al llegar, ni novio ni pareja, no teníamos nada.
Aún nos quedaban años para cumplir nuestra promesa pero si no salíamos solo reduciamos nuestras oportunidades. Aunque a decir verdad tampoco teníamos idea de dónde podíamos buscar al hombre ideal.
Una amiga encontró su pareja en un club donde fue a bailar. Los dos sintieron amor a primera vista, desde que bailaron e intercambiaron números no volvieron a distanciarse y poco tiempo después ya formalizaron su relación.
Decidimos salir a bailar pero allí no vimos nada bueno más que mujeriegos buscando con quién pasar la noche. Luego de varias salidas y muchas canciones bailadas con diferentes personas nos desanimamos un poco.
Luego cometimos una estupidez, nos registramos en una aplicación de citas, un fracaso total. Tuvimos citas realmente inolvidables. Un hombre casado, otro que tenía varios años más que en su foto, otro que no fue capaz de pagar ni su parte de la cena.
Nada funcionó, éramos jóvenes, hermosas, adineradas, inteligentes y con planes concretos a futuro, ¿Que tan difícil podía ser encontrar al hombre ideal? Tal parecía que imposible. Así que por un tiempo dejamos de buscar y solo salíamos a divertirnos.
Allí fue que en una noche donde se nos pasaron un poco las copas y el alcohol se nos subió a la cabeza tuvimos una idea que creímos más que brillante pero que sin pensar nos traería varios problemas y un periodo de desesperación importante.
Tenemos un amigo que es abogado, su padre tiene el mejor bufete y él es su mano derecha. Sabemos que es confiable y serio en su trabajo, además de discreto como ninguno.
Estando un poco tomadas le pedimos que nos realice un acuerdo que nos pareció estupendo. Nosotras aceptabamos desposarnos a los 27 como edad máxima o en caso contrario perderíamos la dirección de las empresas familiares.
Creíamos que podríamos cumplir, que seguramente todo sería fácil y que lo haríamos antes de tiempo pero lo más importante era lo que nosotras mismas nos prometimos. Para agregarle seriedad al tema hicimos algo, pedimos que fuera agregada una cláusula para que nuestro acuerdo sea irrevocable.
Todo aquello ocurrió el día sábado y el domingo con una gran resaca no recordabamos demasiado. Al recibir la llamada de nuestro amigo fue cuando nos acordamos y reímos, con acuerdo o sin él lo haríamos.
-¿Están seguras de seguir adelante con ésto?- preguntó él dudoso creyendo que era una pésima idea
-Si lo estamos- le dijimos
Él hizo las modificaciones que debía y el día martes nos llevó los documentos listos para firmar. Lo hicimos con felicidad, los acuerdos matrimoniales traían buena suerte siempre y a nosotras no nos resultaría para nada diferente.
Nuestro querido abogado creyó aún que era una locura y nos preguntó varias veces si de verdad estábamos seguras porque cuando el documento estuviera certificado ya no podría anularlo así lo quisiera pero seguimos adelante.
Si creíamos que con ese acuerdo tendríamos buena suerte y el hombre ideal llegaría con un anillo de diamantes listos para profesarnos su amor y dispuesto a casarse estábamos soñando despiertas. No conocimos príncipes, más bien nos encontramos con muchos sapos a quienes no queríamos ni besar.
Lo que nos preocupó fue el tiempo que teníamos para encontrar al hombre ideal pero con cinco años creímos que era más que suficiente. Incluso creímos que para cuando llegara la fecha límite estaríamos casadas y además esperando nuestro primer hijo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 73 Episodes
Comments
Graciela Peralta
que pasara ahora con el acuerdo que firmaron
2023-06-26
4
Adela Rojas Gimenez
de inteligentes nada
2023-06-14
1
Rosa María Corrales Pèrez
Esas gemelas se pasaron de ingenuas 🤔🤔
2023-06-04
0