Cuando tuvieron la oportunidad, solamente se encerraron en una de las habitaciones del primer piso. Más bien, fue Kazuki quien empujo a Vibi a la habitación, pues se encontraba bastante preocupado por la situación.
—Demonios… Gina, no dijo que nos encontraríamos con demonios mayores en este lugar, puede ser que las cosas se pongan complicadas.
—Fuerza! Fuerza!
—No podemos solo atacarlos Vibi —Dijo mirando el cuarto donde estaban, solo se asoma por el pasillo, no ve a nadie ni nada— Quizás debamos reagruparnos con Gina y que ella nos de mejores indicaciones… Pero, y si nos encuentran antes… Dios… Que estrés —Se tocaba la cabeza, sintiendo algo de mareo por tanta presión.
Vibi solo hacia ruidos que Kazuki le repetía múltiples veces “¡No tan alto!” en voz baja, para que ella solo frunciera el ceño, inconforme con el miedo del chico humano frente a sus ojos. Ella no era un demonio débil que deba ocultarse, podría matar a esos demonios si lo quisiera.
Mostrando sus manos, se notaba un extraño humo color morado brillante que cubre sus puños. Vibi, solo hace un gesto de confianza en sus propias habilidades, amenazando a Kazuki con sus puños. Pero, el no permitiría que ella saliera de la habitación.
— ¡Ahora se que estoy tratando con un puto animal! Dios… ¿Podrías calmarte un poco? —Dijo llevando sus manos a su propia barbilla, meditando la situación buscando si su mente, pudiera encontrar una estratégica salida— Nunca fui muy bueno en este tipo de cosas, me gustan los juegos de pelea, pero pensar una estrategia a estos niveles… Nos falta panorama… —Pensó abriendo las cortinas de la habitación donde se encontraban— No sabemos, si son los únicos demonios en este edificio, parece que ese fruto que desea Gina, es muy importante.
Kazuki solo se relajo sentándose en la mesa al lado de la cama de la habitación del hotel, recibiendo las incansables miradas, de la salvaje Vibi que solo esperaba ordenes, para desatar sus fuertes enfermedades sobre sus enemigos. Pero Kazuki nuevamente le muestra su mano abierta, en señal de paro.
Vibi era un demonio especializado en los ataques de efecto, podría provocar a sus enemigos una dolorosa enfermedad, que destrozara poco a poco su alma. Llevándolos a una desgarrador agonía.
Pero allí estaba el problema.
(Podría...)
Esta habilidad daba tiempo a los contrincantes de responder, Kazuki no sabe nada de demonios, ni tampoco tiene conocimientos sobre que tipos son, ni que clase de naturaleza puedan tener esas criaturas.
Lo único que conoce, es lo que esos comics japoneses populares le informan. Son su única red de confianza, lo que provoca que apriete sus puños, muy preocupado, por solo tener como manual de supervivencia, sus conocimientos de la televisión, comics y algo de internet.
—Maldita sea… Si tan solo pudieras hablar Vibi —Dijo frustrado buscando en esa habitación la solución a su problema.
En su gran frustración, se agarraba el pelo con ganas de arrancárselo de un solo tirón. Su cuerpo estaba sufriendo mucho estrés. Vibi sentía todas las sensaciones negativas que el cuerpo humano de Kazuki liberaba, ella es una chica demonio después de todo, las emociones humanas son algo que conoce en cierta medida.
Vibi siente la tristeza en Kazuki, que estaba a punto de llorar tirándose al suelo, parecía muy preocupado e indefenso. De cierto modo, pudo sentir la pena en el rostro de un joven que solo quería mantenerse con vida. Aferrándose a la vida, Kazuki solo se pone rodillas, como si quisiera implorar a dios que lo salvara.
(¡Quien sea! ¡No me importa! ¡No puedo hacer nada! ¡¡¡QUE SE SUPONE QUE HAGA!!! ¡QUE PUTAS QUIEREN DE MI!)
Lagrimas brotaban de sus ojos en una escena, que solo provoca un rostro frio y sin sentimientos en la chica demonio. Ella no puede sentirse completamente empática con Kazuki, Vibi vio la tristeza de Kazuki, pero siente que solo tirarse a llorar no resolverá nada. Pero al no comprender las necesidades humanas, solo deja que de rodillas se mantenga llorando, abrazándose a si mismo. Con un llanto vacío y sin ruido.
Un Kazuki que imploraba a fuerzas invisibles que lo ayudaran.
El logro escuchar unos pasos que se acercaron, pasos que generaban ruido, por el piso de madera del hotel de lujo. Levantando la mirada pudo ver las piernas pálidas de una chica. Siguió observando hacia arriba viendo a Vibi con unos ojos vacíos y sin alma.
Kazuki temía que estuviera mostrando demasiada debilidad y ahora la criatura demoniaca haría, aquello que era natural, entre demonios con respecto a los humanos.
— ¿Vibi? —Le dijo abrazándose mientras temblaba ante la presencia de un demonio.
Pero ella solo se puso de rodillas, miro a Kazuki con sus ojos fríos y el solo cruzo miradas con la chica demonio, por unos instantes, esperando que no hiciera nada, esperando que no abriera su boca para sacarle su alma.
Tampoco quería ser infectado por la peste negra, que seguramente lo volvería un humano inútil y agonizante en el suelo que tendría que arrastrarse, para sobrevivir.
Vibi solo acerco su mano al rostro de Kazuki, esto provoco un sonrojo en las mejillas del chico asustado. Pues al final, ella mantiene su hermosa apariencia femenina. Si Vibi fuera humana, seguramente atraería la mirada de muchos chicos. Por ello sin darle alguna explicación solo acerco su cara a la de Kazuki.
Para luego conectarse con el dándole un beso. Un Kazuki sonrojado temía caer en el hechizo, de este demonio. Temía ser dirigido a un pozo donde le succionarían toda su alma, temía que esas suaves caricias entre sus labios se volvieran un frio vacío negro que lo devoraba todo.
Pero no sucedió.
Solo pudo sentir los cálidos labios de la chica salvaje, que acaricio la mejilla de Kazuki, haciendo que el beso durara más tiempo. Un torpe Kazuki no tenía idea que hacer a continuación.
(¿Debería hacer algo? ¿Qué esta pasando exactamente?)
No entendía las razones de Vibi, pero mientras su corazón latía fuerte y este mismo lo detenía con todas sus fuerzas. Buscando no hacerse falsas ilusiones con su compañera esclava de un Súcubo.
(PUM)
Siente como si algo atravesara su pecho y luego atravesara su cerebro. Pero no en cuerpo.
Por el contrario, sintió como si su alma fuera tocada, abusada por otra entidad de grandes habilidades. Era algo nuevo para el, esto al final dio como resultado que…
Cerró los ojos dándose cuenta de que ya no se encontraba en el mismo lugar.
— ¿Qué? —Dijo mirando que ya no estaba besándose con Vibi, por el contrario vio como su alma salió de su cuerpo, en alguna clase de viaje astral.
Esta vía, era un gran lugar lleno de colores oscuros, y las paredes del hotel se tornaban de un negro obsidiana junto al piso de una babosa textura.
— ¿Acaso estoy muriendo? —Se pregunto mientras veía fuera de su cuerpo como Vibi continuaba besándolo.
—Continuara—
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