capitulo 4

Pasaron algunos minutos y aunque Roberto nunca había llamado a una mujer está vez fue el quien dio el primer paso, tomo aquella servilleta, tomo su móvil y decidió a marcar pero contesto un hombre Roberto estaba desconcertado pero decidió preguntar por ella

—¿Podría hablar con Vanessa?—

—Disculpe pero no conozco ninguna Vanessa, de seguro usted marco el número mal—

—Disculpe la molestia— dijo Roberto.

Roberto verifico el número había marcado correctamente por lo que la única explicación era que ella le dio el número mal, nunca nadie le había hecho eso, su ego fue fuertemente lastimado, empuño la servilleta para tirarla a la basura repitiéndose en su mente, Vanessa juro que está me la vas a pagar, solo espero que no te vuelvas a cruzar en mi camino porque está vez no te dejare ir tan fácil.

Después de unas horas Roberto se ducho y cambió para ir a su club que apenas acaba de inaugurar aún tenía ese sabor amargo en su boca quizá con una nueva conquista se le quitaría, subió hasta su oficina reviso algunos documentos, checo que todo estuviera en orden, después fue a la zona vip del club, él estaba muy bien acompañado con la bailarina rubia del día anterior pero por más que ella se esperaba no lograba obtener su atención, la mirada de Roberto se encontraba en la zona de la pista y en la barra del lugar, algo llamo su atención, quizá el mundo no es tan grande como imaginamos.

Camila se encontraba muy tensa en el hotel sabia que ya no estaba en sus manos la decisión de sus clientes, ella sabía que había dado todo así que si estaba en ese lugar era mejor disfrutarlo, llamo a la recepción ya que necesitaría los servicios del chófer, en menos de veinte minutos ella se encontraba lista para salir el chófer la llevo a recorrer la ciudad ella estaba encantada con lo majestuosa iluminación, los casinos, bares y clubes, el chófer le recomendó uno que apenas acaban de abrir , ella dudo en un principio pero la curiosidad fue más fuerte, el chófer la llevo hasta el lugar donde había grandes filas para poder ingresar sin embargo el chófer conocía a los hombres que estaban en la puerta haciendo que Camila pudiera entrar, Camila se acercó a la barra y pidió una margarita, los hombres al verla sola no dudaron en acercarse a ella pero todos eran rechazados.

Roberto no podía creer lo que estaba viendo definitivamente era ella la reconocería en cualquier lugar, vio como se le acercaban varios tipos pero ninguno de ellos tenía éxito, al parecer esa chica era más difícil de lo que se imagino quizá era tiempos de enfrentarla así que fue hasta la barra.

Camila estaba fastidiada todo tipo de hombres se acercaban a ella pensó que fue una mala idea ir a ese lugar pues lo que menos quería era busca una conquista, estaba a punto de levantarse cuando alguien la tomo de la mano.