3 meses, 1 despedida

Richard Walker (antes)

La miro inquieta, primera vez que está así delante de mi. Revisa los informes mientras su traje de pantalón hace que esconda la cicatrices en su tobillo.

Rozo la llema de mis dedos recordando el contacto con su piel. La manera en qué se quedó viendo, como tome sus piernas y no termine con un tacón enterrando en el ojo, me hizo sentir que no soy tan desagradable para ella. Y hoy llegó, no me miro a los ojos. Algo de vergüenza tendrá conmigo, luego de haber salido sin zapatos y dejando su bolso en el auto al llegar a la oficina.

— Tres meses…— repite lo que dice ahí y es el plazo para entregar el edificio con sus acabados.

— Si, los vidrios de la ventana serán lo último, aún no llega el pedido pero en ese tiempo dará tiempo tenelo todos ahí — le explicó.

— ¿Te irás por ese tiempo? — preguntó sin mírame.

— ¿Te hará feliz si lo hago? — sonrió irónico, me mira — supongo que estarás tranquila sin mi presencia.

Sonríe.

— Supongo — levantó una ceja y sonrió con más amplitud.

— ¡Vaya!, que desprecio me tienes — acusó

— No es desprecio — deja la carpeta en su regazo y apoya la espalda en la silla. — no has querido hacer equipo conmigo desde que llegué y asumí el cargo. Voy a decir que me cansé de ir detrás de tí.

— Eso no sonó muy bien. — le digo aún sonriendo — No me creo tan importante para rechazar a una mujer como tú.

Lo sé, tomé su comentario y le cambié la intención.

— No me creo tan poca cosa para ir detrás de un hombre que me rechaza — vaya, ella también juega mi juego.

Aunque no sonríe sus ojos tiene un brillo de malicia que no había visto.

Ambos estamos conscientes que las oficinas están vacías y somos los únicos que estamos aqui.

Cuando le dije temprano ella lo tomó muy bien, es como yo. Aquí estábamos los dos antes de las seis de la mañana.

— No lo eres — miro sus pies — y sería un tonto si te rechazara.

Un silencio. Ella me mira y la miro.

¿Qué es esto que se siente?

Quizás si fuera otra mujer ya estuviera comiéndome su boca y otra cosa también, pero con ella me voy con cuidado aunque este juego de doble sentido, me gusta.

— Bueno…— vuelve a tomar el informe y estoy seguro que sonríe, no sé, su cabello cae sobre su cara.

— No me iré por tres meses, así que no celebres — me mira y me regala una sonrisa de boca cerrada — un mes si, luego viajaré esporádicamente y seguro que algunos viajes serán más largos que otros. Hablé con ellos y no hay problema con mi hospedaje y el de mi personal.

— Envíame la lista del personal que estará a tu cargo, no quiero que me atrasen el resto de los proyectos.

Asiento.

— Claro que te la envié, considere a mi personal pensando en todo — ahora asienta ella.

— ¿Te vas hoy? — me pregunta aun mirando el informe.

— Solo a reunirme con ellos, vuelvo en la noche — nos quedamos en silencio y no sé porque decidí arriesgarme. -- ¿podrías ir a cenar conmigo esta noche? Cuando regrese.

Levanta el rostro y hace eso con su cabello. Lo mete detrás de su oreja.

— No me voy acostar contigo Richard — dice sería

Sonrió por ser tan directa.

— Solo quería una cena, si pensabas en que me acostara contigo Alexie, no soy tan fácil — nos miramos a los ojos.

Me encanta esa mirada desafiante que tiene.

— Por lo menos dos cenas aceptó antes de ir a la cama con una mujer — digo en tono de burla y aunque no sonríe creo que sólo la esconde, me lo dice a sus ojos.

— Sabes de lo que te hablo Richard, no me vas a meter en tu cama — insiste y yo no dejo de sonreír. Me gusta que considere ir conmigo a la cama.

— Yo te advierto a ti Alexie, que tú no me meteras en la tuya — sabe que bromeó porque lo veo ahora tratando de no sonreír.

— Es enserio — me dice cruzando los brazos — no me vas a llevar a la cama.

Suspiro. Es difícil esto, cuando no he conseguido que alguna mujer se me negue, está ni una cena desea conmigo.

— Solo será una cena — le digo y juro que se volverá a negar, rechazándome igual como le hizo a Peter Wilson.

¡Mierda! me convertí en Peter, que idiota soy.

Cuando estuve a punto de tirar la toalla con ella me dice:

— ¿A que hora llega tu vuelo? — me levanté de mi silla y recogí la carpeta que me entregaba, metiendo la en mi portafolio.

— 7:40

— ¿A que hora estarás en el restaurante? — la miró y sonrió

— ¿Es un Si? — ella se levanta también, la veo jugar con su anillo del dedo del medio.

— Solo será una cena — repite mis palabras. — enviame el lugar y yo llego.