Despierta sensaciones

Alexie Peaige (antes)

Fui algo estúpida e insegura al llegar hasta los ascensores y notar que había bajado tan rápido, queriéndome alejarme de Richard y darme cuenta que, estaba  sin zapatos.

Subí a mi oficina y al posar mis pies sobre la alfombra gruesa, sentí alivio de mis pies, mas no en mi corazón y mi cuerpo.

El hombre solo me llevo mi bolso y mis zapatos, dejandolos con Sergio, no dijo nada, no se burló solo fue y le dijo a mi asistente que me los entregara.

Sentía vergüenza al ver la cara de confusión de el joven rubio que se ha convertido en mi mano derecha.

— Señorita sus… — estira la mano y me mira, sus ojos azules confundidos coloca los zapatos en el suelo y mi bolso sobre el escritorio.

— Puedes irte Sergio — le digo con mi mano en el pecho y mis pies doloridos por caminar sin zapatos hasta ahí.

— Señorita — me dice el muchacho antes de cerrar la puerta — los de Zurchith, llamaron otra vez, necesitan saber la fecha de culminación de la obra.

Zurchith, es una empresa de tecnología que ha ido creciendo y nos contrató para construir sus oficinas, pero es fuera de la ciudad, hemos estado tan ocupados en nuevos proyectos que la culminación se ha retrazado. 

— ¿Puedes avisar al señor Walker que él es el encargado? — es su obra, él la empezó, no voy a poner a otro en su lugar.

— ¿Le digo que venga a su oficina? — 

— No, no — muevo mi mano negando. No deseo verlo, aún no controlo mi corazón y el solo nombrarlo se vuelve a agitar.

— Comunicarlos con el y que tome él la decisión con ellos — el rubio asintió y yo, me siento en mi silla. Tratando de olvidar lo que sucedió.

Busco en mi bolso mi celular y me encuentro un ungüento, ese que me coloco Richard en el tobillo y que me alivio mucho.

Suspiro.

No me puedo dejar engañar.

Esa noche llego al rededor de las 11 de la noche agotada de dia. Mis pies descalzos sobre la alfombra peluda me hacen cosquillas, me lanzo al sofa y miro a mi alrededor, el lugar vacío solo con una enorme sofá y frente un tv de 40” en la pared. Miro hacia el techo y estiró mis extremidades, estoy cansada y con pereza voy hasta mi habitación, dejando mi ropa en el camino. Al llegar a mi baño me miro en el espejo y recojo mi cabello en una cola, evitando que al bañarme no se moje, escucho mi celular y quisiera no mirarlo, pero pienso que podría ser algo importante. Todo es importante si se trata de trabajo.

Voy hasta mi cartera que está sobre la cama y lo busco.

Un mensaje de Richard, mi corazón se agita sin razón. más bien, recordando sus manos, me siento a la orilla de la cama, estoy desnuda y lo abro, ¿Un mensaje de voz?

“Buenas noches Alexie, mañana temprano me gustaría reunirme contigo, en mi oficina si no es molestia. Es sobre Zurchith, quiero consultar contigo sobre lo que hable con ellos hoy. Confirma.”

Su estupida voz sexy hizo que me humedeciera, sale un jadeo de mi cuando me lanzo sobre el colchón, sintiendo esa presión en mi vientre y mis fluidos sintiéndome muy excitada.

Lo escucho otra vez.

Recuerdo sus dedos sobre mi piel y pienso en como que se sentirían dentro de mi. Gimo.

Vuelvo a escuchar su voz, y me toco deleitándome con  la manera en que dice mi nombre.

De repente mi celular empieza a sonar y con mi cuerpo temblando por la excitación de masturbarme, miro su nombre titilando en la pantalla del aparato.

Trato de calmarme y repondo.

— ¿Alexie? 

Su voz.

Me quedo en silencio mientras calmo mi respiración y mi corazón.

— Disculpa la hora — dice y yo tapo mi boca con mi mano. — Pero mañana voy a tomar un vuelo y quisiera…

Se queda en silencio y me tenso.

— Si, dime Richard — respondo tratando de que no noté nada extraño en el tono de mi voz.

— Ah, ok, si bueno quiero hablarte sobre la reunión con los de Zurchith.

— Ok, si está bien, temprano mañana — algo nerviosa me siento.

— ¿Estás bien? — parece preocupado — tu voz suena rara, ¿está solas? ¿Pasa algo? 

— Todo bien Richard, hablamos mañana temprano — digo y tranco.

Me tapo la cara con una de las almohadas.

¿Que carajos me pasa? 

Ese mismo Richard por el cual me empecé a tocar, es el mismo idiota, imbécil, amargado, déspota, arrogante de siempre que desde el comienzo me trato tan mal.

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