—Reina Alexa… —titubeó el chico que había abierto la puerta—. Reina Alexa en mi propia casa —se rascó los ojos con ambas manos—. Debo estar soñando…
—Hola, Kennet… ¿Puedo pasar?
—¡Qué torpe de mi parte dejarte esperando! Claro, pasa, pasa, por favor —Kennet se apartó hacia un costado para que pasara Rei, la que avanzó dudando si ésta había sido la decisión correcta—. Si quieres me pisas —murmuró y Rei sintió cómo se le erizaba la piel.
—Haré como que no oí eso.
—Gracias.
Rei saludó a la madre de Kennet que preparaba comida y se dirigieron a su habitación. El chico ya no podía más de tanto sudar. Rei pasó por encima del desorden que tenía en el suelo intentando no pisar zapatos, ropa y piezas de bloques diminutos para armar. La cama estaba deshecha y lo más destacable era el gran escritorio lleno de papeles y lápices junto a una computadora con un juego de disparos en pausa.
—Di-disculpa que esté todo tan desordenado, me iba a poner a limpiar, pero me quedé jugando y… mi mamá acaba de llegar del trabajo y… —Kennet no podía parar de hablar.
—Por favor, no te juzgo. Solo… no te vayas a desmayar —le dijo Rei nerviosa. Kennet era bastante excéntrico y tenía una fijación enfermiza por Rei que solo acrecentaba su rareza, pero tenía una habilidad que podría ayudarla en esta situación particular.
—Estoy bien —respiró con fuerza para calmarse—. ¿A qué debo la maravillosa, hermosa, excitante…
—No te pases
—… y agradable presencia —continuó— de Alexa? —En el país de Ritoquia solían llamarse por el apellido si no tenías la confianza o autorización de la otra persona de llamarla por su nombre.
—Mira, seré breve, necesito un favor.
—¿En mi habitación? —Kennet se agitó nuevamente y comenzó a sobarse las manos que no dejaban de sonar al estar empapadas por su propio sudor.
—Con tu computador —señaló.
—¿Quieres… grabar algo? ¿De nosotros dos? —El rostro encendido de Kennet ya no podía más.
—Kennet, mírame bien —Rei acercó sus enormes ojos de largas pestañas a la cara paliducha de Kennet—. No quiero nada raro contigo. Deja de insinuarte por favor o voy a tener que golpearte y gritar.
—Entendido —respondió nervioso y se puso en posición marcial.
—Tampoco quiero aprovecharme de ti —Rei sintió la mirada lasciva e intensa de Kennet al pronunciar esas palabras—. Pienso pagarte —aclaró y sacó su billetera de un bolso de conejito para mostrarle una tarjeta en señal de pago económico–. Así que por favor, ayúdame con esto —Kennet era un as con los computadores, así que indudablemente iba a poder publicar las fotos de forma anónima, y no solo eso, Rei estaba segura que él no la traicionaría.
—Bien, te escucho —dijo interesado en saber de qué se trataba todo. Rei le explicó cómo había ocurrido lo que ya se sabía en el colegio y el plan que tenía para contraatacar—. Puedo hacerlo —Respondió seguro de sí mismo—. Pero el pago… no quiero dinero.
—¿Qué quieres entonces?
—Un beso —Rei sintió una asquerosa incomodidad al oír su respuesta—. Tuyo, por supuesto, por si quedan dudas. Te amo, Alexa. Tus ojos son como dos lagunas…
—Olvídalo, me voy —no dejó que terminara su poema espontáneo y se giró para retirarse.
—¡No, no! ¡Espera! ¡Perdón, me emocioné! —se puso frente a ella para que no se fuera.
—No voy a darte nada relacionado con contacto físico semi sentimental —dijo molesta.
—Bien —Kennet arrugó la cara intentando decir lo que quería sin éxito—. Quiero… —contenía las palabras con todas sus fuerzas.
—Vamos, solo escúpelo.
—Quiero… que me… des… una nalgada.
—¡Aaaarg! —Rei asqueada miró hacia un lado y otro pensando cómo responder a tan inusual y sádica petición—. Estás enfermo —enfatizó—. Por favor, busca terapia, deja el internet…
—¡No-No escupas al cielo! —dijo nervioso—. De hecho mi terapeuta es bastante abierto de mente, me dijo que sí era un poco precoz, pero que…
—Bieeen… —lo calló—. Lo haré —los pequeños ojos de Kennet se abrieron con entusiasmo—. Con una vara. Una sola vez. No quiero quejas si lo hago tan fuerte que después no te puedes sentar —la sangre de la nariz de Kennet se disparó fuera de ella.
Tras limpiarse y calmar la hemorragia, transfirieron las imágenes a formato digital y Kennet se puso manos a la obra para publicar dichas fotografías en los mismos lugares donde habían expuesto a Mimi y en otros sitios informales del colegio. Mientras él trabajaba, Rei ideaba algo peor para reivindicar la dignidad perdida de su amiga, pero no sabía que las cosas solo se iban a complicar.
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—¡Por favor! No pude disfrutarlo, fue demasiado rápido ¡Fue demasiado suave! —rogaba Kennet a Rei que intentaba salir rápidamente de su casa.
—Olvídalo, ya te di tu pago. Déjame salir —“Y se supone que yo soy la chica rara”, pensó la muchacha bastante perturbada. A Kennet lo fastidiaban en el colegio, pero era tan excéntrico que no se daba por aludido y terminaban por dejarlo en paz.
Rei había cumplido su parte del trato tal como le había prometido al chico que la ayudó. Para esto Kennet había sacado rápida y silenciosamente de la cocina una cuchara de madera plana para cumplir su cometido en su habitación. Rei estaba dispuesta a golpearlo con todas sus fuerzas. Tenía ganas de hacerlo desde hace tiempo, pero se acobardó a último minuto y, en vez de darle el peor golpe de cuchara que recordaría por el resto de su vida (para bien o para mal), moderó sus fuerzas de forma inconsciente. Al parecer esto decepcionó al chico que comenzó a rogarle que repitieran el pago acordado.
—Por favor, Alexa, querida, amada, mi vida. Estuve todo el tiempo de trabajo frente al computador pensando en esto y tú me dejas inconforme con mi paga. Tienes que cumplir con tu parte como corresponde, como acordamos, yo confié en ti. Sabes que… —Rei lo miró fastidiada y en un arranque de deseos que se callara le dio una bofetada en el rostro.—¡Perdón! Me hartaste —Le había volteado el rostro hacia un costado con el golpetazo y lucía completamente impactado. Rei vio cómo comenzaba a marcársele la mejilla enrojeciéndose e hinchándose y sintió culpa—. Perdona, Kennet… —el chico no respondía y Rei comenzó a preocuparse pensando que le podría haber causado una contusión o algo parecido.
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Comments
Quetzal Androide
Qué personaje tan pintoresco y animado es ese Kenneth 🤣
2023-01-25
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