—¡¡BUUU!! —Un grupo de cuatro chicas salió para asustarlas y Mimi cayó al suelo por la impresión rasmillándose las manos. Eran sus compañeras de curso que solían molestarlas y las metían en problemas.
—¿¡Qué les pasa?! ¿Qué quieren? —preguntó desafiante Rei poniéndose frente a Mimi para protegerla. A pesar de ser bajita y delgada, tenía una actitud valiente y una imponente voluntad.
—¿Qué es esa estúpida cosa que tienes en la cara? —se rieron todas tras la burla de Penny Mars, la más odiada por ellas debido a sus constantes acosos—. ¿Cómo está la prostituta de tu mamá?
—Comiéndose al desgraciado de tu papá —contestó automáticamente Rei sin mover un músculo de emoción haciendo que Penny se pusiera roja de ira y vergüenza.
—Cállate, anormal —la empujó Johanna, una de las secuaces de Penny, haciéndola caer al suelo junto a Mimi.
—Qué grata coincidencia haberlas encontrado aquí: Mimi Roberts y Rei Alexa. Amigas inseparables en sus rarezas —dijo Penny sacudiendo su flequillo negro mientras las demás no eran capaces de contener la risa.
—Sí, les tenemos una sorpresa —dijo Melanie, otra de sus enemigas. Sacaron de un bolso de pelo falso rosa un buen tanto de papeles que parecían fotografías impresas y se las lanzaron en la cara.
—¿Qué es eso? —dijo Mimi mientras intentaba agarrar las imágenes que se dispersaban con el viento.
Rei tomó una en sus manos y vio que efectivamente eran fotografías: Mimi con poca ropa montada sobre Victor Thomsons, un chico de la escuela. Tomó otra: Mimi besando al chico en la parte baja del estómago. Así todas dejaban expuesta a Mimi en actos comprometedores.
—Oh, no —murmuró Rei al procesar todo el problema que iban a acarrear esas imágenes en poder de esas chicas maliciosas. Se giró para mirar a Mimi que estaba en shock mientras le corrían lágrimas por el redondo rostro de mejillas pecosas y observaba con pavor las fotos que tenía en la mano—. Las voy a matar —Dijo Rei seria levantándose de golpe para mirar de cerca a las cuatro chicas que retrocedían poco a poco algo temerosas al ver su mirada de locura.
—Todos lo sabrán —dijo Andrea con una sonrisa nerviosa.
—¿De verdad pensaste que Vic te quería en serio? ¡Qué ingenua! —se burló Melanie.
—Par de fenómenos, van a desear no haber nacido —Exclamó Penny.
Rei pateó un cúmulo de bosta de caballo junto a ella en dirección a sus enemigas. Las chicas salieron corriendo gritando asqueadas. En un sentimiento de falso alivio, Rei cayó en silencio junto a Mimi que aún no podía emitir sonido mientras apretaba sus puños temblando.
—¿Qué hiciste, Mimi? —Finalmente se dirigió a su amiga con voz suave y dolida.
—Debí haberte contado… él dijo que me quería y… las cosas fueron escalando —Mimi se aferró con ambas manos al vestido grisáceo de Rei y la miró suplicante con la cara arrugada por el incontenible llanto—. Me dijo que era un secreto, que no le contara a nadie. Me… me dijo que me quitara la ropa y… —Mimi ya no podía hablar entre sus sollozos.
—Eres una idiota, Mimi —emitió esta vez un poco enojada por la conducta de su amiga—. Claro que no quería que me contaras porque yo iba a notar de lejos que era una trampa.
—No seas así conmigo —hipaba—. Todos van a ver las fotos y me van a regañar, en el colegio me van a llevar a dirección y llamarán a mi mamá —las lágrimas fluían con mayor desesperación—. ¡Mi papá se va a espantar! ¡Me harán bullying hasta el fin de mis días!
—Quizás sea inevitable detenerlas, pero… —Rei pensaba en un sinfín de opciones de acción mientras abrazaba a Mimi para consolarla—. Vamos a vengarnos. Tan feo que no van a querer volver a molestarnos.
Hace dos días que se habían esparcido las imágenes de Mimi por todo el colegio, dejándolas por cada rincón: salones, baños, comedores, casilleros, alrededores del edificio, etc. A pesar de los intentos de los profesores por controlar la divulgación, probablemente ya todos las habían visto. Fue una estampida de emociones para las dos amigas. Las burlas y comentarios maliciosos en el colegio hicieron que la afectada no saliera de la oficina de la inspectora durante toda esa jornada. Rei la acompañó en medio de su malestar, vergüenza y llanto imparable. Los papás de Mimi fueron bastante duros con ella y le prohibieron salir por un tiempo de casa, así que no se habían visto otra vez con Rei, ni siquiera en clases; y ya habían comenzado acciones legales contra los posibles responsables.
—Mis papás me han dado el sermón de la vida sobre sexualidad y responsabilidad. No solo ese día, si no que ambos y probablemente hoy me tengan preparado otro. Así como vamos, creo que me tendrán con calzón de castidad por el resto de mi experiencia escolar —le dijo la acongojada Mimi en un tono tragicómico a Rei durante su charla telefónica diaria—. Imagina que revisan mis llamadas y mensajes —bajó un poco la voz y miró hacia la puerta para asegurarse de que no hubiera nadie espiándola.
—Es que sí te pasaste. ¿Cómo se te ocurre andar en esas cosas si tenemos 12 años recién cumplidos el año pasado? —Se estiró Rei en el sillón más cómodo de su casa mientras esperaba que su té de arándanos se enfriara un poco para beberlo.
—Porque soy idiota ¿qué más?—respondió con tristeza.
—No, solo ves demasiada televisión.
—Veo la misma basura que tú —rieron—. Solo… pensé que Vic realmente me quería… y me traicionó… yo… yo lo amaba en serio.—Ay, por favor —Rei sintió un poco de asco al oír semejante declaración—. Nadie puede enamorarse a esta edad, probablemente haya sido una “calentura estacional”, como dice Mireya —se dio cuenta de que su mamá estaba atenta a su conversación mientras acarreaba ropa recién lavada entre sus habitaciones.
Rei se levantó del sillón lentamente, tomó su té con una mano y su teléfono con la otra, y bajó la voz mientras caminaba a su pieza para alejarse de ella. Mireya era muy abierta a hablar de todos los temas con su hija. Ya habían tenido varias charlas sobre sexualidad, pero después de lo ocurrido con Mimi, Rei temía que su mamá se pusiera intensa y la agobiara con información para la cual aún no se sentía preparada de procesar y, como era tan fisgona con las conversaciones de Rei, ésta prefería mantener sus opiniones relacionadas con el amor y las relaciones en secreto; y esta no sería la excepción.
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