Quiero tener un bebé.

Al día siguiente ella despertó y me sonrió.

— Buenos días.

— Buenos días. ¿Cómo te sientes.? — Le pregunté.

— Bien. Muy feliz. — Lo notaba. Y me gustó saber que no me tenía que esforzar en conquistarla.

— Me encanta que estés feliz.

— Amor. — Esa palabra sonaba tan bonita en su boca. — ¿Podemos hacer lo mismo que hicimos anoche.?

— ¿De verdad quieres.? — Parece que le gustó. Bueno soy bueno. Tenía que.

Ella asintió tímidamente.

— Me gustó mucho lo que hicimos. ¿Podemos hacerlo de nuevo.?

— ¿Cómo puedo decirle que no a mi bella esposa.? — Me coloqué sobre ella y le dí besos por todo el cuerpo. Después entré en ella y la en**sti más duro que anoche. Sus gemidos también eran más fuertes que los de anoche. Ella empezó a mover sus caderas. — Parece que aprendes rápido. — Dije complacido con su acción.

— Yo creó que tengo un buen maestro. — Sonrió y siguió haciendo lo que me encantaba.

— Te amo. — Le dije mientras la en**stia.

— Yo también. — Nos besamos y yo no dejé de moverme hasta que me vine dentro de ella.

— ¿Te sientes bien para una tercera vez.? — Y yo que no repetía con nadie. Si las personas que me conoces supieran no me creerían.

— No.

— ¿Qué.?

— Lo siento. Yo si quiero pero mi cuerpo no resistiría una vez más.

— No hay problema. Esperaré a que ese cuerpo tuyo pueda resistir. — Reí y la besé de nuevo.

— Gracias.

— Agradeceme cuándo estés bien para continuar.

— De acuerdo.

...Cristina....

Ésto es aún mejor de lo que dicen los libros. Me reí mentalmente. ¿Me preguntó si estoy embarazada.? El no se cuidó y yo tampoco.

Toqué mi estómago.

—Ojalá que sí.

— ¿Sí qué.? — Me preguntó el.

— Quiero tener un bebé. — Es lo único que le falta a esté matrimonio. Cuándo el amor sobra vienen los bebés. El me miró serio.

— ¿Quieres tener hijos.?

— ¿Tú no quieres.?

— He, si. Eres mi esposa y si quiero pero creó que deberíamos esperar.

— ¿Esperar a qué.? Ya estamos casados. Lo que sigue es tener hijos.

— Cris. — Se sentó a mi lado. — Yo en éste momento no estoy preparando para ser padre. Viajó mucho y no podré estar contigo durante tú embarazo. No quiero que lo pases sola. Por favor entiéndeme.

Claro que no quiero pasar mi embarazo sóla.

— Está bien. ¿Cuánto tiempo deberíamos esperar.?

— Unos tres años. — ¿Tres años.?

— Es demasiado.

— Amor tú estás estudiando. Será difícil ser madre y estudiante al mismo tiempo.

— Tienes razón. Pero yo quiero tener bebés.

— Los tendremos más adelante. — Aseguró el. — Por favor, esperemos un momento. — No me sentía convencida pero acepté.

— Está bien.

— Gracias por entenderme.

— ¿Podemos viajar.?

— ¿Viajar.?

— Si.