capitulo 5: “elección"

Dentro de la mansión, una fila de solo diez sirvientas se encontraba en la sala principal. Por órdenes secundarias del archiduque, mando a llamar a sus mejores criadas.

— escuchen. Realmente quisiera saber los motivos por lo que mi Lord ha pedido esto, pero no cometan ninguna falta, hagan lo que él pida, si realmente no quiere acabar como el hielo.

Dentro de esa diez mujeres, Lucy no se encontraba, y aunque hiciera bien su trabajo en el jardín, realmente el archiduque no la tomo en cuenta.

Los pasos seco de alguien se acercaban, el frío en el ambiente acechaba, tal vez él no usara sus poderes de hielo, más cuando él llega a cualquier lugar sería inevitable que el ambiente cálido se torne helado.

Ahora, las mujeres quién se encontraba al frente de él, no evitaron sonrojarse de tal manera, alguna sentía que él corazón se le iba a salir, otras solamente babeaba la posición que él tenía como emperador.

Gabriel al ver esos gestos tan desagradable, no querían ninguna.

“si iba a quedarme aquí, tenía que tener una sirvienta personal, pero juzgando por los rostro de cada una, es preferible que no. Sería molesto aguntar ese sonrojo de sus rostro y su tartamudeo infalible en el momento de que le ordene algo"

Es cuando el archiduque le pregunta con una sonrisa complaciente.

— y bien ¿Mi Lord?... ¿Cuál de una es la indicada?

Sin pelos en la boca, expone.

— ninguna. Todas desagradable...— tanto como el archiduque como sus sirvientas lo miraba con asombro... Luego pregunta con ironía— ¿Acaso ella son las más capacitadas según tú?

— a-asi es... Pero como puede saber que no son de su preferencia si no le han servido aún, con solo verla no basta para decir eso...

— soy un hombre que sabe lo que quiere y sabe lo que realmente vale la pena conocer. Y además, no hace falta que me sirvan para saber cómo son, solo con verle el rostro de me basta.

Cuando Gabriel le da la espalda, decidió irse a la ventana para pensar con claridad. De verdad quería una sirvienta, más la que estaban aquí son la que más odia. De pronto, sube su mirada, ve hacia el jardín a una chica quien se encontraba acompañada por un hombre.

Era Lucy, quién como es su deber debía mantener el jardín con radiantes flores. Esta vez, estába acompañada de Gael.

— ¿En serio le hiciste crecer una flor dentro de sus bocas?... Que sutil de tu parte en hacerle callar el hocico...— expuso Gael.

— ojalá y pudiera hacer más. Pero esas mujeres son tan cobarde que dudo mucho que se atrevan... Aunque mi magia se vea así de simple, solo tengo que usar mi ingenió y usarlo a mi favor ¿No?

Lucy, con un poco de su magia hace crecer flores en un matero con solo tierra. En su mano el jarrón de encuentra, con una sonrisa genuina muestra al ver los resultados.

Y aunque Gabriel no pueda oír lo que hablaban, ver esa sonrisa desde lejos le había entrado esa pequeña curiosidad, puesto a que poseía lo que otras mujeres no, y era esa inocencia y pureza que jamás vio en alguien.

Nuevamente, el archiduque se coloca a su lado, pero esta vez, el emperador habla primero.

— ella... ¿Como se llama?— señaló el dedo en la dirección de Lucy.

— ¿Como?... Se refiere a la jardinera... Ah, ella no sabe mucho para atender a alguien de la realeza, mi Lord, solo se encarga en lo que sabe...

— Te pregunté su nombre.

— L-Lucy...— Gabriel se da la vuelta y camina, no obstante, el le dice de inmediato.

— será ella entonces... Lucy será mi sirvienta a partir de ahora.

El archiduque solo parpadeaba varias veces, más cuando corre al lado del emperador lo trataba de convencer de que ella no era la indicada para su servicio, con una respuesta seca dice Gabriel.

— eso lo diré yo. Tráela lo más pronto a mi oficina.

Sin más que objetar, él acepta dudoso. Más cuando había llamado a la sirvienta Lucy, está llega después de limpiarse de la tierra del jardín.

En el despacho de archiduque, la joven esperaba algún regaño o algo parecido, aunque no tenía miedo de eso, sería un fastidio. Pero cuando éste le dice que tiene un nuevo cargo de trabajo, se sorprende y queda algo intrigada.

— ¿Que trabajo será, señor Collins?

Con un suspiro exasperante, prende un habano y después de sacar el humo de su boca, por fin le explica a su empleada.

— trabajaras para el señor Gabriel. Será su sirvienta personal hasta su estadía aquí.

Los ojos de aquella joven de asombro eran, más cuando él archiduque le sigue dando explicaciones ella se queda mas perpleja aún. Con un gran tono de decepción, él se expresa.

— dentro de todas las mejores candidatas, escogió a la que menos pensé... Lucy, es un consejo, no hagas molestar al emperador con algunas de tus tonterías, o no me haré responsable de tu muerte...

Dentro de todas las posibilidades de conocerlo, jamás pensé que me haría su sirvienta personal. ¿Que vio en mí?... ¿Solo por haberme cargado anoche, habrá hecho algo contra su personalidad?... Sería extraño encontrarme con mi creación— se ríe en su mente— estoy dentro de una historia, que más extraño que eso.

Sin más que pensar, Lucy acepta su nueva responsabilidad. Antes que nada podría ser una oportunidad de conocerlo bien y saber si es el mismo villano que escribió en la historia.

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Tocando la puerta de la oficina del emperador, Lucy se presenta, antes de venir hacia aquí, la joven tuvo que darse un baño por el olor a tierra del jardín, siendo ordenes estricta del archiduque.

— pasa.— anunció él, con gran seriedad.

Lucy, al entrar, lo primero que pudo detallar fue; al hombre sentado en su escritorio, con los papeles en mano, una vez que baja los documentos, solamente su mirada se centra en la joven.

Él, me veía con su gélida mirada, el frío de la habitación no se comparaban con lo de sus ojos, su corazón ahora debe este palpitando pero fríamente, realmente no congeló su corazón en sí, sigue palpitando lentamente, hasta que el hielo por completo tomé posesión y lo congele hasta que haga que se detenga definidamente.

Gabriel igualmente veía a esa chica, que también en la mente de él ella divagaba, pero siendo él mismo, le dice seriamente.

— ¿Vas a quedarte ahí o te vas a presentar?— preguntó él, sacando de pensamiento a Lucy.

La joven vuelve a tomar postura y le ofrece una reverencia con su nombre.

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