1. Ellie y yo

Era la madrugada de un otoño, las puertas del balcón estaban abiertas de par en par y la brisa entraba llenando de frío la habitación, las cortinas blancas se movían al ritmo de una danza no sincronizada. Toqué el lado donde mi novia y futura esposa solía hallarse, pero hoy no estaba. Me puse de pie, cerré las puertas del balcón y fui hasta su cuarto de pinturas y no me equivoqué, mi Ellie estaba ahí, sentada en un taburete de espaldas mientras con un fino pincel trazaba los bordes de color negro, se tapaba con su bata blanca y tenía un pañuelo en los muslos, Ellie tarareaba una canción sin percatarse de que yo la miraba desde la puerta.

Caminé hasta ella lo más silencioso y la rodeo con mis brazos y recuesto mi mejilla en su hombro mientras que, aspiro su dulce aroma a jengibre, cierro los ojos y escucho como ella ríe.

-Cielo, cuidado. -Ella reprochó.

-Volvamos a la cama. -Le dije sin mover de posición.

-Ve tú, quiero terminar este cuadro, además, no tengo sueño. -Dijo ella volviendo a retomar lo que estaba haciendo.

Yo acomodé mi postura y observé lo que estaba pintando.

-Llevas con ese cuadro mucho tiempo. -Le dije.

-¿No es hermoso? Es París, Ale, la ciudad del amor, mira, aquí están los puestos de café, la torre Eiffel en el centro, las nubes...

-Lo sé, lo sé, lo veo.

En realidad, no era a la pintura a quien veía, sino a mi novia que se veía espléndida con el chongo en su cabeza desordenado mientras que le caían finos hilos de pelos por el rostro, su cabello olía tal como su color, a chocolate.

-Regresemos a la cama, aún es de madrugada y no quiero dormir solo, ¿vas de dejarme solo?

-Cariño, jamás voy a dejarte solo, espérame en la cama, regreso en unos minutos. -Dijo y me besó.

Volvió a darme la espalda y yo fruncí el labio, insatisfecho. Me acosté en una hamaca que ella misma me pidió insertar, me arropé y giré mi rostro hacia mi novia que tenía los ojos muy abiertos en su pintura de París. Me le quedé viendo, únicamente así, viéndola fijamente como si fueses una escultura tallada por los dioses. Mi novia era la chica más bella del mundo, aunque ella dijera que no, para mí si lo era.

-¿Por qué me ves tanto? -Rió nerviosa.

-¿No puedo mirar a mi novia?

Elle me miró de reojo y percibí el rubor de sus mejillas. Aún con doce años de noviazgo, la sigo poniendo nerviosa como cuando la conocí. Ellie era muy sensible y se enamoraba fácilmente de los pequeños detalles y el que yo la mirase de esa forma, me daba entender que lo amaba. Siempre se ríe cuando estaba nerviosa -como lo estaba haciendo ahora-. Era muy tierna y demasiado buena que a veces me molestaba porque había muchas personas que querían pasarse de listos con ella y Ellie, con su visión de que todo lo que veía era bueno, ella siempre quería encontrarle el lado positivo a las cosas que, a comparación de mí, yo siempre le buscaba la mancha a la moneda. Ellie era muy confiada y eso la convertía en presa fácil.

Amaba el arte, decía que el arte era parte de ella y al igual que el teatro. Ellie podría estar durante horas y horas hablando sobre historias, novelas, mitos y leyendas..., también amaba leer, tenía un estante en oficina llena de libros divididos por categorías. Sus espacios estaba decorados con acuarelas que ella misma dibujó o los tuvo como obsequio de algún buen amigo. El sueño de Ellie era abrir su propia galería y exponer sus obras.

-Sabes, Ale, no todos tiene el don de entender el arte. -Me decía cada vez que yo no comprendía sus garabatos que ella hacía.

Era muy testaruda y siempre quería cosas por impulso, y tal vez, sea porque de niña, sus padres le habían puesto como barrera ese tipo privilegios como de jugar con sus amigas, salir al parque o vestir como ella quiera. Fue un reto que sus padres dejara que saliera conmigo, nos veíamos por pocas horas y había veces que nos encontrábamos por la parte trasera de nuestra escuela y no besábamos, sus padres era personas muy religiosas y nunca se perdían un día para ir a la iglesia. Hubo muchas cosas que nos llevaron a hacer lo que hicimos, nos escapamos por las madrugadas y nos íbamos a correr o bañar en un lago algo lejos de su casa y fue ahí, donde inevitablemente hicimos el amor por primera vez. Luego la regresaba a casa con el cabello mojado y se despedía de mí con un beso y me daba el adiós con la mano.

Hemos estado juntos desde siempre, desde niños, cuando yo tenía quince y ella catorce, hemos evolucionado tanto que ya no somos nada de lo que heramos antes. Hemos crecido como en uno solo, Ellie es parte de mí así como soy parte de ella. La amaba, la amaba tanto que no podía creer como mi corazón tuviera la capacidad de sentir tanto.

-Pareces un bebé acostado de esa forma. -Se burló.

Me acomodé en la hamaca y me tapé con la manta hasta la barbilla pero sin dejar de ver a Ellie. Ella me miró y sonrió.

-Tu cabello parece un nido negro de pájaros. -Dijo.

-El tuyo parece una cascada de chocolate.

-Gracias.

-Ellie.

-¿Si, Ale?

-Te amo.

-Y yo a ti.

Aparto la manta cuando la vi caminar hasta a mí, se acostó y se acurrucó cuando nos tapé con la manta. Ella se ríe.

-¿Crees que la hamaca podrá soportar nuestro peso?

-No lo sé, tendremos que descubrirlo.

...♡♡♡...

La hamaca sí que soportó. Soportó todo el peso de muestro amor.

Me levanté pero no sentí el peso de Ellie, fui hasta a nuestra habitación y enseguida escuché el sonido de la regadera. Sonreí y abrí la puerta del baño pero solamente asomé la cabeza y vi la silueta de Ellie detrás del cristal mojado y en ese momento mis hormonas se batieron peor que frutas en una licuadora. Ella estaba de espalda con los ojos cerrados, me deshice de mi pijama azul marino y cuando quede en cueros, abrí levemente la puerta del baño y entré, la abracé y ella dio un respingo.

-¡Alexander, casi me matas del susto! -Dijo con los ojos llenos de agua.

Ella volvió a reír y le ayudé a lavarse el cabello. Bañarnos juntos no era parte de nuestra vida cotidiana, porque había veces que uno tenía que salir primero que el otro, pero cuando tenemos la oportunidad, no la desaprovechamos y no necesariamente siempre hay actividad sexual, pero si Ellie quería, ¿Quién era yo para negarme?

Salimos ambos envueltos en una toalla y nos lavamos los dientes, los dos en el espejo, Ellie salpicó el espejo y yo tuve que limpiarlo porque si no ella lo ensucia más y a Ellie no le gusta mucho limpiar, pero a mí no me molestaba hacerlo, de hecho, limpiar, para mí era como especie de terapia que utilizaba para calmarme cuando me sentía ansioso. No vestimos y bajamos a la cocina, preparamos el desayuno juntos y desayunamos juntos en la terraza.

-Ya casi se acerca la Navidad, cielo.

-Aún faltan unas cuantas semanas, pero ya es Halloween.

-Sabes que yo no puedo celebrar eso, mis padres no me lo permiten.

-Cariño, ya no vives con tus padres. Igual, si no quieres hacer nada en esta noche, pues podemos quedarnos viendo una película en el sofá.

-Está bien.

Salimos a dar un paseo por el pequeño vecindario en el que vivíamos, era una especie de barrio para gente de medio clase en Australia, sin embargo; consistía en dos plantas con tres habitaciones arriba, nuestra habitación, el cuarto de pinturas de Ellie y otro donde ambos compartimos la oficina, teníamos dos baños, uno en nuestra recámara y otro en la planta baja que solamente lo usan las visitas. Ese barrio era tranquilo, la gente era agradable y entre todos nos conocíamos. Fue un milagro que Ellie y yo pudimos irnos a vivir juntos antes los impedimentos de su padre que se negaba rotundamente a que su hija saliera de su hogar si no previamente haber pisado la iglesia y tener un anillo en su dedo. Fue una casa que entre los dos la adquirimos con nuestros trabajos.

Ellie y yo éramos como un equipo. No éramos solamente novios, sino que éramos los mejores amigos.

Nos sentamos en una pequeña banca al frente del lago.

-No puedo creer que en solo unos meses seré tu esposa. -Me miró con ojos brillantes.

-Sí, no falta casi nada, aunque seis meses parece mucho tiempo pero la verdad es que todo está ocurriendo más rápido.

-¿Seguiremos viviendo en esta casa?

-¿Tú quieres vivir esta casa?

-Me puse a pensar que nuestro hogar es muy pequeño para nuestros futuros hijos.

-Entonces, ya tengo la respuesta.

-¿Crees que tus padres quieran ayudarnos? -Me preguntó, preocupada.

-No hace falta que le pida dinero a mis padres, trabajaré muy duro para conseguir nuestra casa, además, prometo que pronto te daré tu coche.

-¡Ya era hora! Te estaba convirtiendo en mi chófer.

Nos reímos y su teléfono comenzó a sonar, ella respondió.

-Hola..., si, perfecto..., ujum..., no vemos allá. -Ellie corta la llamada.

-¿Quién era?

-¿Recuerdas aquella chica que estaba conmigo en la obra de teatro, pero que renuncio al papel después de lesionarse haciendo alpinismo?

-Sí... la que hace el papel de la mejor amiga en la obra.

-Bueno, ya han encontrado a la nueva chica que será para este papel y quieren que vaya a conocerla, ¿me acompañas?

Miré mi reloj y después a ella.

-Lamento mucho, amor mío, pero no podré ir contigo, quede con Matt que nos veríamos a las doce y ya son las once y cuarto, pero puedo dejarte en el teatro y pasar por ti a la hora que quieras.

-Está bien. -Dijo en voz un poco más apagada.

Antes de las doce, lleve a Ellie al teatro, se despidió de mí con un beso y me dijo que la buscara hasta las cinco de la tarde y que después iríamos a cenar con sus padres. La idea no me agradó pero yo estaba dispuesto a hacer lo que sea para tener la paz en nuestra familia y causar conflictos como los habíamos tenido anteriormente.

...♡♡♡...

Me encontré con mi mejor amigo Matt al frente de un edificio, dicho edificio que estaba vacío y solitario.

-Ya me contacté con la empresa que iniciará la construcción. En algunos meses ya tendremos a nuestra empresa de arquitectura. ¡Seremos ricos! Aunque ya tú lo eres.

-Corrección -lo apunté-, mis padres son rico, no yo.

-Pero tú eres el heredero. -Se alzó de hombros.

-Te olvidas de que también esta Christopher. Mi hermano es el favorito de mis papás, el día de cumpleaños le regalaron un coche, ¿y a mí que? Solamente una bufanda y un abrigo..., pero no importa, para eso estoy trabajando, necesito trabajar para comprarle la casa a Ellie cuando nos casemos.

-Tomará tiempo, Ale, pero estoy seguro de que lo lograrás, siempre lo logras.

Yo había adquirido este edificio con mis ahorros que iba ganando en mi trabajo como mesero o entregando paquetes, lo iba pagando de poco a poco y ya casi estaba en la recta final. Yo tenía altas expectativas de que este sería mi nuevo negocio y podría darle la vida que Ellie se merece, por el futuro de nuestros hijos, además de que quería demostrarles a sus padres y a los míos que yo si puedo.

...♡♡♡...

-Ale, tienes que conocerla, es la chica más buena y agradable que he conocido en mi vida, cuando comencé a hablar con ella, sentí que la conocía desde hace añisimos. -Me contaba Ellie mientras que yo la escuchaba con la mirada fija en el tránsito, ¡iba a casa de mis queridos suegro!

-¿De verdad? ¿Y cómo se llama?

-De llama Sandy, tiene el pelo de color rojo, parecía fuego y tenía los ojos de color de azules, son los ojos más bellos que he visto.

-Pensé que mis ojos eran los más lindos para ti.

-¡Claro que si! Me encantan tus ojos verdes y mucho más cuando me miras como me miras ahora. -Me besó la mejilla y me hizo reír.

-¡Vamos a chocar!

...♡♡♡...

La cena con mis suegros estuvo "bien", si no fuera porque estuvieran haciendo comentarios muy fuera de lugar.

-Mi sueño siempre fue que mi pequeña hija saliera de esta casa vestida de blanco y que tuviera un esposo correcto y con buena posición económica para que le diera todo lo ella se merece. -Decía el padre de Ellie, Richard.

Su esposa le seguía el juego. Yo me inmutaba ese tipo de comentarios, tal vez sea porque ya estaba acostumbrado en quererme dejar mal parado o hacerle una mala imagen a Ellie que yo no le convenía como hombre, sin embargo; Ellie era igual que yo y tampoco le hacía caso a ese tipo de comentarios, siempre buscaba la manera de salir de esa tensión que me abrumaba pero no llegaba a conseguirlo del todo, porque su padre seguía viéndome como un insecto que tenía que aplastar.

-Con permiso. -Dije y me levanté de la silla.

Fui al baño y me refresque la cara con agua del lavamanos, miré mi reflejo, me sequé la cara con las manga de mi suéter. Escuché que llamaban a la puerta y luego la voz de Ellie.

-Cariño, ¿estás bien?

Le abrí la puerta y le sonreí.

-Sí, estoy bien, ¿podemos irnos ya? No me gusta como me mira tu padre y honestamente no quisiera que acabaremos en discusión como la ultima vez -me rasqué la frente.

Ellie asintió y luego fue a la mesa, le dijo algo a sus padres, cogimos nuestras botas y chaquetas y salimos de aquella casa que tanto odio.

-¿Cuándo será el día en el que tus padres me acepten, Ellie? -Le pregunté como siempre ella tuviera la respuesta de ello.

Mi novia desliza su mano por mi brazo y me toma de la mano.

-Ellos no lo entienden, mi amor, son de mente muy cerrada. Ellos aún no superan que yo no haya cumplido con sus expectativas de salir casada de su casa o peor aún, no llegar virgen al matrimonio como tanto me lo habían dicho.

Llegamos a nuestro auto Toyota de color gris, le abrí la puerta del copiloto a Ellie y se subió, me senté en el asiento del volante y luego abroché mi cinturón cuando siento la mano de Ellie sobre la mía.

-No te preocupes por ellos, Ale, y mucho menos hagas casos a sus comentarios, para mí, eres el hombre perfecto.

...♡♡♡...

Al final de la noche, los dos terminamos echados en el sofá, vestidos con el mismo conjuntos de pijamas negras con calabazas de Halloween y con tazón de palomitas entre mis piernas, mientras que veíamos una película de terror, yo tenía que ponerle pausa a la película de vez en cuando porque constantemente el timbre de nuestra casa sonaba y cuando Ellie abría la puerta, se encontraba con pequeñines vestidos de fantasmas, de zombies, de vampiros o de momias y pedían dulces y Ellie se los daba amablemente en sus cubetas de calabazas. Ella regresó al sofá y seguimos viendo la película, su cabeza estaba en mi pecho y me abrazaba la parte superior de mi cuerpo.

-Ale, no me gusta esa película, cámbiala.

-¿Por qué? Es muy buena y además dice que fue basado en hechos reales. -Frunci el ceño.

-Presisamente, es perversa, no quiero otra vez ver esa película.

-No va a llegar el demonio a nuestra casa si es lo que te imaginas. -Dije en un tono jocoso metiéndome un puñado de palomitas a la boca.

-No entiendo como te pueden gustar ese tipo de películas. -Exclamó mientras veía entre los dedos en su cara como todas las cruces de la habitación se giraban.

-No es que me gusten, sino que el hecho de saber que pasó en vida real me hace tener curiosidad.

Ellie me arrebató el control de un tirón y cambió la película a una de caricaturas llamada UP, ya había perdido la cuenta de cuantas veces ella a visto esa película y de las veces que me obligaba a verla con ella.

-Eso si es clásico. -Se acomodó en mi pecho y sonrió.

-Supongo que no tengo de otra.

Nos arropamos con la manta y nos quedamos viendo la película con las luces apagadas, con más cortinas cerradas y con solo la luz del televisor.

-Ale, mañana me gustaría presentarte a Sandy.

-Está bien.

-Tengo el presentimiento de que seremos muy buenas amigas. -Dijo.

-Eso suena bien.

-Estoy segura de que te agradará y que nos llevaremos muy bien.

-Eso espero.

Dije y pocos minutos después, sentí como el cuerpo de Ellie se relajaba encima de mi y su respiración se convirtió en una lenta y tranquila, yo tampoco tarde mucho en quedarme dormido.

Y desde esa noche, sentí que mi vida iba a dar un cambio inesperado, un cambio que me afectaría y no de una buena manera. Esa noche tuve un mal presentimiento, como si mi mente me estuviese advirtiendo de algo que esta por pasar.

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Comments

Verónica Bustos

Verónica Bustos

será que la nueva amiga le traerá problemas y lis separe y no de buena forma ,

2024-12-21

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Esther Villatoro

Esther Villatoro

Todo padres quiere lo mejor para su hija muy independiente de su costumbre o tradición el debió respeta ese pedido de casarse por la iglesia como debió ser por ella lo vale como señorita que es debió esperar sabio él q toda mujer sueña casarse de blanco e salir de su casa como se los pidieron sus padres, pero a veces las hormonas salen más fuerte y caen en tentación aún así el sabía q debía hacer la cosa bien por ella q si lo ama desde chicos y ya conocía como iba ser sus suegros con el si rompía esa regla 📏 en su hogar excelente historia me tienes atrapada cada capitulo

2024-01-07

2

Esther Villatoro

Esther Villatoro

Dios mío será ella la discordia de su felicidad con Alexander él la engañara con esa perra de Sandy ayyy q tristeza 🥀😢 q sea así porque entonces sus padres tenían razón q él nunca la amó ni valoró q ella se haya entregado a él ante casarse y que ahora le pagué así q poca su madre bien dicen q los padres siempre tienen la razón que el no era hombre para su hija q lastima de amor porque ella si lo ama preciosa trama

2024-01-07

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