capítulo XVII.

Tanto el mayordomo como el duque, los caballeros se encuentran observando lo que acaba de suceder, se hallan con la mirada completamente en sorpresa, al ver en como actúo de forma tan rápida la duquesa, esta es la primera vez que la ven hacer tales maniobras defensivas, los caballeros saliendo de su estupor atraparon de manera eficaz y rápida a la ex sirvienta que trato de asesinar a la joven maestra del ducado.

Amadeo de la fuerte impresión se acercó hasta Ladia para asegurarse de cerca si ella no sufrio alguna herida o si se lastimó al tratar de defenderse por si sola,volvio a respirar con normalidad al notar que no encontró ni un solo rasguño en el cuerpo y rostro de la joven maestra, pero si lo que lo dejó atónito fue el hecho de como ella se encuentra en total tranquilidad, o como si nada hubiese sucedido, o es lo que aparenta, porque por dentro le tiembla todo el cuerpo.

-vaya eso si que fue increíble.- menciono manteniendo la distancia entre los dos.- estoy realmente impresionado.- halago el duque sin salir de la admiración que se le hizo por la joven muchacha.

-ah, no es mi primer rodeó vaquero.- dijo de manera metafórica y elocuente sin prestar atención a lo dicho por ella misma.

"Como que no es lo primera vez que no le sucede algo así", se preguntaron todos al mismo tiempo y algunos de ellos llegaron a sentir el terror de lo que sucedió hace bastante tiempo atrás.

-¡¿A QUÉ SE REFIERE QUE NO ES LA PRIMERA VEZ?!- gritaron todos los presentes al unísono, Ladia tuvo que taparse los oídos con ambas manos, ya que casi se queda sin tímpanos por el griterío de los espectadores.

-perdón.- se compuso el mayordomo.- me podría explicar exactamente en qué momento de su vida le pasó eso.- preocupado, los demás también quieren saber cuándo le paso el mismo intento de asesinato.

Ella se quedó pensativa por un breve instante, pensando en que debía de decir, porque no podía decir que una vez cuando salió temprano del colegio le emboscaron dos idiotas intentando robarle sus cosas del colegio, no podio pidió decir eso... ¿O sí podía?.

-mmm... fue hace muchísimo tiempo ya ni siquiera me acuerdo cuando pasó.- desinteresada.

-no puede ser mi lady fue acatada y nosotros no la protegimos.- hablo un caballero entre avergonzado y tristeza, que hubiese sucedido si ella no supiera autodefenderse por si sola, no quisieran pensar en el peor caso de los escenarios.

-ah, no se preocupen fue eso hace ya... - fingió pensarlo por unos segundos.- … Pues la pura verdad ni me acuerdo.- mintió.

-escuchen caballeros esto no puede volver a pasar deben de asegurar y vigilar cada rincón que nuestra joven maestra recorrerá.- decreto serio el mayordomo.- no deben permitir que ninguna rata ingrese al lugar.- aseguró.- debemos de proteger el aire que respira la joven señorita.- exagero.

-Si señor.- los dos caballeros al uniforme.

-oye Mateo no crees que te estás precipitando un poquito.- con un leve rubor de timidez.

-aquí Ladia tiene razón.- intercediendo el duque por ella, ya que no le están escuchando, los presentes prestaron total atención a lo que el hombre tiene que decir al respecto.- lo mejor seria en poner en su sitio a esta mujer.- declaró con desprecio en la tonada de su voz, que no paso por percibido por los testigos.

-gracias.- agradecida con el hombre de cabello marrón.

-si tiene toda la razón.- apoyo el mayordomo.- mi lady que le gustaría hacer con esta mujer.- juzgando con la mirada a la doncella sostenida por los dos caballeros.

-mayormente, cuando ocurre un intento de asesinato como este, hacía un miembro importante de la nobleza, en estos casos se aplica la "orca".- sugirió con la mirada amenazadora en dirección a la mujer que mira con súplica y piedad.

El duque se puso delante de la joven maestra de forma protectora, no quiere que nada malo le vaya a suceder. Ladia solo se dejó llevar y se quedó observándolo.

-si creo que es una buena.- contenta, para luego cambiar el semblante uno aún más serio.- pero lo mejor será que el pueblo decida.- firme ante su decisión.

-que se encargue el fiscal de distrito es buena idea y más piadosa.- comento aceptando la idea.

-bien déjenos a nosotros el resto.- los caballeros salieron del lugar para llevar a la mujer para que sea enjuiciada y que los cargos se hagan cargo el fiscal de pueblo.

Ladia sintió como sus piernas se vuelven débiles, como si le fallaran, provocando que casi se caiga, pero el duque esta vez la llego a protegeer de una fuerte caida, ella es sostenida por unos fuertes brazos por la cintura, Ladia al principio creyó que era el mayordomo que llego a agarrarla, enorme fue su asombro cuando sus ojos amarillentos se cruzaron con la mirada grisácea del duque,ambos se quedaron viendo fijamente a los ojos, sus ojos en ningún momento se apartaron.

-Ladia, ¿te encuentras bien?- la llamo por su nombre con una voz llena de preocupación y la sensación de angustia.

-traigan al médico mi lady no se siente bien.- solito vociferando el mayordomo.

-no es necesario.- sus manos se aferraron a los hombros de Amadeo.- solo es la conmoción de la adrenalina pura.-tratando de mantenerse de pie.- es eso, solo fue por el calor del momento.- hablo sin quitar la mirada del hombre.

-¿está segura?- angustiado.- te ves algo pálida.- se fijó manteniendo la vista sobre la duquesa.

- si muy segura.- sonriéndole cálidamente, para Amadeo esa fue una clara señal de no querer separarse de ella, y quedarse a su lado para poder protegerla.

Ambos seguían sin poder quitarse la mirada de encima, se siente como si una extraña fuerza los atrajera, pero para Ladia es la como si estuviera viendo en persona a una persona que se preocupa por ella.

-no si mi lady, se ve muy pálida.- se acercó a Ladia para sostener la y apartarla del duque.- deje que llamemos al médico por favor.- pidió amablemente.

-no es necesario.- separándose de ambos hombres, sintiéndose asfixiada por un momento.- solo estoy un poco mareada.- siendo sostenida de nueva manera por el duque.

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