El verdadero amor puede con todo

Cuando la joven ya se encontraba en la clínica después de pasar un día maravilloso con su hijo, mamá e hijo se encontraban coloreando cosas divertidas por lo que las risas de ambos resonaba en aquella pequeña habitación que se le fue dada especialmente al niño gracias a Juan. Cuando de repente el celular de la joven mamá empieza a sonar.

Ellos estaban a un lado de la habitación mientras que el bolso de la chica se encontraba al otro lado en una pequeña cama.

Cuando se levantó para ir a contestar la llamada vio que era un número desconocido, dudo en contestar pero al final lo hizo.

*Hola, quien habla_ dijio la joven al contestar la llamada.

_Hola Ana, soy yo, Leticia, donde te metiste mujer, que tu marido llegó hace poco y está por echar toda la casa de lo enojado que está al no encontrarte _hablo *rápidamente la señora muy nerviosa.

_Tranquila Leti ya voy para allá_ fue lo único que volvió a decir la joven para luego cortar la llamada*.

Justo cuando la llamada terminó Juan entró al cuarto del pequeño y noto el rostro pálido de la Joven.

_Pasa algo Ana_ hablo preocupado el señor, luego de la decisión que tomó ella, el no ha podido hablar con ella.

_No nada Juan, solo que tengo que volver y a casa_ respondió Ana con una sonrisa fingida para no preocupar al señor.

_Esta bien Ana, aunque a mí no me engañas, pero, pon atención a lo que te diré_ hablo el señor caminando hasta quedar a centímetros de la joven.

_conocí a tu madre, y sé que era una mujer soberbia prepotente, en pocas palabras una mujer con un temperamento muy fuerte, sobra decirte que agradezco que tú seas diferente a ella, pero estoy seguro que muy dentro de ti, hay algo de ella_ hablo Juan señalando con el dedo justo en el medio del pecho de la chica, cosa que hizo que la joven frunciera el ceño.

_No entiendo que me estás queriendo decir, Juan_ hablo la chica un tanto confundida.

_ que muy en el fondo tuyo algo de todo eso que era tu mamá, tiene que haber, utiliza eso con tu marido_ dijo el hombre mirando fijamente a la joven.

_ que me estás queriendo decir, Juan, la verdad que no te entiendo para nada_ hablo la joven.

_ en pocas palabras Ana utiliza mano dura con tu marido, que estoy seguro de que para nada es agradable contigo, pero ahora ya vete, se te está haciendo tarde_ la joven miró al señor aún más confundida, para nada lo entendía _ ándale mujer ya, ve a despedirte de tu hijo, yo te mantendré al tanto de todo_ volvió a decir el hombre empujando levemente a la joven.

La joven se quedó confundida después de todo lo que le dijo Juan, pero aun así puso su mejor cara para despedirse de su pequeño.

Esto era lo que más le costaba, despedirse de su pequeño, ella soñaba con tener a su hijo con ella todos los días, poder darle los besos de buenas noches todos los días, despertarle, darle su beso de buenos días, prepararle el desayuno y llevarlo a la escuela todo eso ella soñaba con realizarlos con su hijo, pero una maldita enfermedad lo impedía.

_Mami mira ya termine_ dijo el niño feliz mostrándole el dibujo a su mamá que era una mariposa que volaba por un hermoso jardín, aunque su hijo solo tenía 7 años con los dibujos era muy buenos, sabía, usar muy bien los colores los lápices.

_ Wow eso sé increíble mi amor, cada día estás mejor para la pintura_ dijo la joven acariciando la cabecita de su hijo.

_Tengo que irme mi amor_ hablo la joven Soltando un largo suspiro y aguantándose las ganas de llorar, le costaba y mucho despedirse de su pequeño.

_ Está bien mami, tienes que trabajar verdad_ hablo el niño mostrándole una cálida sonrisa a su mami que la consolaba un poquito.

Anastasia agradecía que su hijo fuera tan inteligente y que a pesar de su corta edad era un niño muy entendido.

_Si mi amor, pórtate bien si_ hablo la joven abrazando a su hijo y dejando caer algunas que otras lágrimas.

_ Si mami, te quiero mucho mami_ respondió el niño secando con su pequeño dedito la lágrima que se deslizaba por la mejilla de su mamá para luego dejar un tierno beso en ella.

_ Yo también te quiero mi amor_ dijo la joven dejando un gran beso en el frente de su pequeño para luego dirigirse a la puerta y así marcharse a su casa.

Al salir de la clínica Anastasia se dirigió a la parada de taxi que se encontraba en frente de la clínica.

Al llegar rápidamente un chófer le abrió la puerta del auto, cuando ya el auto estaba en marcha el chofer preguntó para dónde la llevaría a lo que la joven respondió.

_ En la hacienda Santoro por favor_ dijo la joven pensando en lo que le había dicho Juan, de poner mano dura con su marido.

A que se refería con decir que utilizará el carácter de su mamá, ella no la conoció, por lo tanto, no sabe como era ella.

Pero funcionaria eso de tratar igual a su marido, como reaccionaria, Antonio si ella fuera igual de fría y temperamental que el.

_ No pierdo nada con intentarlo, total soy su esposa no_ pensó la joven en vos alta, llamando así la atención del viejo chófer del taxi.

_ Disculpa señorita, me hablaba a mi_ dijo el chófer observando a la joven por el espejo.

_ No, Discúlpeme usted, estaba pensando_ dijo la joven riéndose.

_Vaya manera de pensar no_ volvió a decir la joven burlándose de ella misma.

El chófer no hizo nada más que mover su cabeza en ambos lados y seguir su camino.

Cuando el taxi se paró en frente del gran portón la joven bajo la ventanilla para que el guardia habriera la puerta y así el taxi pudiera entrar, ya que la casa principal quedaba a varios metros del portón.

Cuando el taxi volvió a pararse esta vez en frente de la casa la joven sacó de su cartera dinero para pagarle pero cuando estaba por bajarse el viejo chófer le hablo.

_ Recuerde que después de la tormenta siempre viene la calma, y que el verdadero amor puede con todo_ dijo el chófer para luego marcharse sin esperar una respuesta por parte de la joven.

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