Capítulo 1

Sky:

Hace tres años: pasado

--Adelante sujeto 1102-- dice el científico loco que vería mi progreso hoy. Odiaba cuando me nombraba así como si fuese un objeto.

Lo miro con enojo algo a lo que a él ya se ha acostumbrado. No podía imaginar a lo que constantemente se tenía que ver enfrentado Luck, nuestro científico loco.

Por supuesto yo lo sabía, a decenas de miradas de muerte... si las miradas matarán. Hace mucho yo y mis amigos lo hubiéramos aniquilado a él y a todos en este lugar.

Podríamos claro, pero teníamos estas bandas especiales que hacían imposible que accediéramos a nuestro poder, estas eran de otra clase, estaban aseguradas a nuestro cuerpo.

--Siéntate-- dice Luck mirándome detenidamente. Siempre vigilaba mis movimientos era la más agresiva del grupo y él ya había sido víctima de esto.

Lo demostraba la cicatriz que atravesaba su mejilla. Se la había hecho la semana pasada con su bolígrafo favorito, cuando no accedí a hacer lo que me pedía.

Sonreí con triunfo --como está tu cicatriz Luck-- dije sentándome

Él tensó su mandíbula --mejor que las tuyas supongo-- mierda casi había intentado olvidar el castigo que sobrellevo el atacar a Luck.

Sus guardias me dieron latigazos en la espalda y me encerraron en una habitación a oscuras sin alimento por una semana. Le sonreí de todos modos --valió la pena-- dije sin ningún cuidado.

Sabías qué, o salía muerta o viva de este lugar. No me importaba, no tenía nada que perder y haber herido a Luck se había sentido muy bien.

De repente alguien me golpea en la parte izquierda del rostro. Mi cara sin poder evitarlo se golpea con la mesa. Me quejé de dolor y sentí mi labio hormigueante. De él salía un líquido que pude saborear era sangre.

--Detente-- dijo Luck al guardia

--Tengo órdenes de controlarlos, ya sabes por Vassily-- dice el guardia.

Vassily era el líder de la organización de Alpha Galáctic en donde me encontraba. Una organización según ellos creada para controlar amenazas alienígenas o sobrenaturales.

Ellos se hacían ver como honorables, pero no era el caso. ¿Dónde estaba el honor al secuestrar jóvenes, para experimentar con ellos?.

--No mientras yo esté aquí, ¿sabes lo importante que son estos chicos?--Dice Luck enojado. --necesitamos su cooperación, no que nos odien--

Me reí sin gracia, no podíamos odiarlos más, habían matado a nuestros padres y nos secuestraron, había muchas razones…

Luck vio que me reía y eso no le agradó y dijo --compórtate o no podrás salir jamás de aquí--.

Me enderece y limpie con mi saco la sangre de mi labio --Quieres mi colaboración pero me amenazas tan descaradamente-- dije con furia contenida

--No te amenazo te estoy advirtiendo. Si colaboras conmigo hoy, podrás salir de aquí te lo prometo-- dice acomodando sus horribles gafas

No creía en sus promesas, la primera vez que me trajeron aquí, él me dijo que todo iba a estar bien. Fue cuando me inyecto una sustancia que me provocó un dolor insoportable. Luego vino la transformación y experimento conmigo me forzó a utilizar mis dones torturándome, y ¿Sí no hacía lo que pedía?. Tenía este chip incrustado en mi cuerpo que me haría pasar un mal rato. Así que, sí, no confiaba en ellos.

Asentí hacia él, vería de que se trataba esta vez. Pero ya tenía un plan en marcha no podía quedarme un segundo más aquí...

--Bien eso está mejor-- dice Luck y asiente hacia el guardia.

En mí se instala la incertidumbre cuando el guardia se aleja y se abre la puerta. La deja abierta por un par de segundos y es cuando él vuelve con Sam... Uno de los chicos más jóvenes que habían llegado, de alrededor de diez años. Era unos monstruos nos estaban quitando nuestra niñez.

Vi los ojos asustados de Sam y fue como un puñetazo en mi estómago. Que lo hayan traído solo significaba una cosa y esto no podía pintar nada bien...

Actualidad:

Tres años después...

Conduje a un ritmo decente. No quería tener policías sobre mí y que me pusieran una infracción. Eso no sería nada bueno para mí, sí el gobierno se enterará.

Así que atravesé la carretera con calma, bosques espesos se posicionaban a ambos lados del camino, el olor a pino impregnaba el ambiente y era un olor bastante maravilloso.

Desde que estuve encerrada y volví a salir. Apreciaba mucho más la vida, el entorno que me rodeaba. Quería vivir intensamente a pesar de las sombras de mi pasado, que amenazaban con salir constantemente.

Aparte esos pensamientos y me concentré en mi entorno ya no había tantos árboles. A medida que avanzada se iban despejando los terrenos.

Ya casi llegaba a mi destino. Mi perro Apolo ladra, y saca la lengua por la ventana.

Sonreí --te agrada, ¿no?--, dije con cariño mientras acariciaba su melena. Él introdujo de nuevo su cabeza al interior del coche y se acercó para husmear mi rostro y luego ladrar en todo mi oído.

Me quejé --oye, eso no fue agradable-- le dije aun así, Apolo ladro más insistentemente. Le sonrió sabia que quería salir, correr, revolcarse en el pasto... y lo que sea que hacían los caninos.

Llegue rápidamente a la que sería mi nueva casa o refugio. Era una casa estilo cabaña de dos pisos.

Detuve el coche en la entrada y salí rápidamente del coche, para observar la casa. Era totalmente hermosa y lujosa. El anuncio decía que no estaba disponible, pero rebusque hasta que encontré al dueño y no estoy muy segura de como lo hice,  pero lo convencí de cuidarla mientras él no estaba y estuvo más que de acuerdo no le cobraría nada por hacerlo.

En ese momento Apolo volvió a ladrar para que lo sacara --voy, voy-- dije y él salió corriendo apresuradamente. Dando vueltas por el lugar. Era un husky Siberiano, un perro ideal para mí, era curioso, sabía cazar y recorría grandes distancias sin cansarse.

Además de eso estaba que lo había entrenado para cuidarme y avisarme cuando hubiera una posible amenaza. No había sido muy difícil gracias a mis... dones había podido hacer que entendiera a la perfección.

Recorrí el lugar con la mirada. Era un sitio solitario y eso pretendía. No quería fisgones en mi vida privada.

Iba a entrar a la casa cuando observé la casa que estaba justo a mi lado. Era parecida a la mía. Sentí algo extraño al observarla. Algo se retorcido dentro de mí y no sabía por qué.

El dueño de la cabaña donde viviría dijo que en esta casa no vivía nadie. Pero eso me decía lo contrario había personas viviendo allí. Lo sabía por el olor de una mujer y...un hombre. Aspire fuerte y sentí el inconfundible olor masculino a sudor y a colonia.

Mierda... no había tenido en cuenta que tendría vecinos, ahora tendría que pasar desapercibida ante ellos.

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