CAPÍTULO 2

Respiro profundo sacudiendo mi cabeza para calmar mis pensamientos e ingreso a la ducha para dejar de lado todos esos recuerdos tormentosos. Al salir miro el reloj y veo que son las seis y media de la mañana recordando que hoy es el cumpleaño de mi madre y a diferencia de todos los años anteriores ella no quiso que mi padre lanzara la casa por la ventana ya que solo quiere que estemos en familia por lo que mis hermanas Madison y Mckenzie llegarán a las 8 de la mañana a la ciudad para acompañarnos esta noche y me ellas me pidieron que pasara a recogerlas al aeropuerto por que Donato tiene una reunión importante a esa misma hora. Ellas son mis hermanas gemelas menores, actualmente estudian en el extranjero, tienen 20 años, sé que también estará toda nuestra familia que vive en Italia y mi tío Damian que es el mejor amigo de mis padres y padrino de las gemelas, pero al igual que todos los años me pregunto... ¿vendrá?, Esa pregunta siempre merodea en mi cabeza cuando llegan las fechas especiales, pero no lo sabré hasta que llegue la noche. Respiro profundo e ingreso al closet para terminar de organizarme y salir en busca de las gemelas. Debo dejar de pensar en tonterías, al final a un cuando ella venga ni siquiera me hablará, es rutinario que me ignoré o que me diga solo palabras cortas donde claramente marca la distancia entre nosotros.

Sacudo mi cabeza de un lado para el otro tratando de alejar todos esos pensamientos inservibles de mi cabeza que solo me torturan mentalmente... ¿cuantos años más duraré en medio de esta tempestad?, ¿algún día lograré sacarla de mi mente y corazón?. ¡Maldición!, ¿Por qué debo ser el único con estos sentimientos estúpidos?, Por que ella sigue llevando una vida normal y estoy seguro que en su vida debo valer lo mismo que un cero a la izquierda.

Doy un suspiro agarrando las llaves de mi coche y salgo en busca de mis hermanas con mil recuerdos rondando y torturando mi cabeza por todo el camino. Llego al aeropuerto, parqueo el auto y miro el reloj, son las ocho en punto, pero no las veo por ningún lado. Supongo que tendré que esperar. Busco mi celular y le marco a mi madre.

-¿Dom, sucede algo?-

*La escucho al otro lado haciendo que me ría, es tan extraño que la llamé que ella solo se preocupa cuando lo hago*

-Sí, que hoy esta de cumpleaños la mujer más hermosa del mundo, la que me soporta con todo y mis patanerias, pero sobretodo la que amo con todas las fuerzas de mi corazón aun cuando no se lo demuestro muy seguido, madre, feliz cumpleaños-

Le digo mirando por la ventana y veo a las gemelas aparecer en medio de la multitud. Me acerco a bajar los vidrios del copiloto para que me vean mientras muevo mi mano, aunque claramente conocen mi hermoso Ferrari exclusivo color negro noche con plateado.

-Gracias hijo mío, me emociona que me llames ya que la mayoría de las veces solo me enviabas un mensaje de texto, pero en verdad esto es muy lindo de tu parte, te amo-

La puedo escuchar llorar del otro lado. Mi madre es demasiado sentimental, tanto que a veces me pregunto ¿como logró estar con un hombre tan tosco como mi padre?, porque si bien es un sol con mi madre, puede ser una persona bastante cruel y ofensiva con los demás, sobre todo cuando se meten con lo mas preciado para él o sea mi mamá Estrella Bolton. Me bajo del auto para ayudar a mis hermanas a subir las maletas.

-Yo también te amo madre, en este instante estoy buscando a las gemelas, ¿quieres hablar con ellas?-

Le digo y sin esperar una respuesta le paso el celular a Madison luego de saludarla. Saludo a Mckenzie y me dirijo a subir el equipaje, ellas se suben al auto hablando alegremente con nuestra madre. No soy bueno para escuchar a mi madre llorar, nunca sé de que forma debo reaccionar o que debo decirle así que prefiero evitarlo. Doy un suspiro y vuelvo a subir al auto donde ellas ya están en la parte trasera. Tenemos un avión privado para el uso de la familia, pero las niñas al estar en el extranjero les toca viajar por la aerolínea.

Mis hermanas son gemelas, pero aún cuando son idénticas físicamente tienen características que las diferencian, mientras Madison la cual es la mayor es pelinegra, crespa, caucásica, ojos miel y con muchas pecas en su rostro, Mackenzie es pelicastaña, lisa, trigueña, ojos miel y con muchos tatuajes en su cuerpo, mismo que es muy destacable ante la vista de cualquier persona, ambas miden 1.70 cm de estatura y son las consentidas de la casa o al menos eso queremos creer ya que todos en nuestra familia saben que el consentido de los 4 es Donato y esto aplica para toda la familia.

Voy de camino a casa conversando con mis hermanas mientras sigo pensando en esa maldita pesadilla que me atormenta, llevo doce años de mi vida temiendo a la soledad, esa misma que me acompaña permanentemente y me ahoga en un mar de recuerdos, esos donde puedo ver sus ojos verde primavera acompañados de esa hermosa sonrisa que puedo ver frente a mí mientras sostiene mi mano y me dice al oído que quiere pasar el resto de sus días a mi lado, donde hacemos planes que nos incluyen en la vida del otro y que cuando vuelvo a mi realidad me golpea como una avalancha de tristeza y remordimiento por lo inmaduro que fui.

-Dom, ¿Qué piensas?, ¿Por qué estás tan callado?, ¿Te sucede algo?-

Escucho a Mad hablarme haciendo que regrese de mi doloroso pensamiento, siempre que sueño con Tara mi ánimo decae y me siento en una nube que solo hace doler mi corazón. La miro y le sonrío palmeando su pierna ya que esta sentada a mi lado en la parte delantera del coche.

-Estoy bien Uvita, solo estoy pensando en el desfile de invierno, tengo que organizar algunas cosas antes de que llegue el momento de presentarlo, no debes preocuparte sabes que en lo único que sé pensar es en trabajo-

-Y en mujeres, se te olvido esa parte-

Dice Kenzie entre risas sin despegar sus ojos de su consola portátil de juegos en la parte trasera haciendo que nosotros también nos reíamos de sus palabras.

-Sí, sí, esa parte también es cierta, ¿Qué les puedo decir?, Para mí las mujeres son parte importante de mi vida y nunca salen de mi mente-

*Digo mis palabras y puedo ver que Mad blanquea los ojos mientras Kenzie se ríe*

-¡Ay hermanito!, ¿Cuando sentarás cabeza?-

*Me río de lo que dice Mad*

-¿Es eso posible?, No creo que algún día veamos a una cabeza sentarse-

*Ella me da un pequeño golpe en el brazo en respuesta a mi chiste de mal gusto*

-No seas tarado, sabes que no lo digo de forma literal solo que enserio no logro entenderlos, tú eres un caso perdido cuando se trata de mujeres y Donato es porque ni siquiera le gusta juntarse con ellas, santo cielo, ¿Como pueden entenderse tan bien?-

*Kenzie se acerca a nosotros al escuchar lo que dice y yo me río*

-Eso sucede de la misma forma que lo hacemos tú y yo, míranos, tú casi sudas agua bendita y yo, bueno, yo tengo mi lugar asegurado en el infierno querida hermana, pero es seguro que Dom me acompañará-

*Nos reímos y yo parqueo el auto afuera de la casa de mis padres*

-Bueno, pequeña diablilla y pequeña monjilla ya llegamos, por favor despejen mi vehículo y díganle al guardía que les baje las maletas, yo necesito ir a la empresa así que díganle a mamá que volveré por la noche para la cena-