Lucían y Aurora 2

Los seis estaban felices pasando unas vacaciones en la playa, ninguno la conocía, Lucían, Roger y Aurora comenzaron a llevarse bien, Lucían comenzó a sentir algo por Aurora, esto no era raro en él, Lucían había conocido a Aurora cuando eran niños y de una quedó encantado por ella, pero por ser tímido no pudo acercarse, cuándo llegó a la academia él se quedaba viéndola, pero no se acercaba por su timidez.

La competencia los unió, él poco a poco se abrió así ella, él demostró que era divertido y sobretodo protector, para todos era más evidente que él le gustaba. Lucían notó que Roger se había acercado un poco más a Aurora lo cual lo llenó de celos.

Marcos había estado enamorado de Andrea desde que llegó a la academia, pero ella ni le paraba bola, esto cambio al irse de vacaciones, él le demostró lo divertido que era, aunque ella le dijo que no le gustaba de forma romántica, él no se daría por vencido.

Hasta que lo logró y se hicieron novios, Lucían estaba feliz por su amigo, había conseguido que Andrea le correspondiera sus sentimientos. Así que aprovechó ésto, le pidió a Marcos que le preguntara a Andrea si Roger le gustaba Aurora.

Marcos hizo lo que Lucían le pidió preguntarle a Andrea, si su hermano estaba enamorada de Aurora, ella le comentó que no está enamorada de Aurora sino de Liz, cómo es su último año él quiere que les corresponde sus sentimientos y así tener un contacto por medio de cartas, Roger había quedado encantado con la personalidad dulce y tímida de Liz, no se había fijado en ella por ser menor que él, pero estar en la playa los juntos y pudo fijarse que era una niña hermosa y dulce algo que lo dejó cautivado. Se acercaba Aurora para preguntarle ¿que le gustaba? ¿que no le gustaba? para así poder conquistarla.

Roger seguía los consejos que le daba Aurora, pues ella sabía muy bien que Liz también le gustaba, pero eso no se le iba a decir, ella quería que Roger se la ganara, pensando que Liz no le gusta él, por qué si él sabía eso, tal vez no iba a ser tan insistente y pensara que ella ya se la ganó, como Aurora lo planeó, Roger se esforzó y se ganó el corazón de Liz.

Mientras Aurora y Lucían, su amistad seguía y seguía, Aurora había comenzado a sentir cosas por él, ella no sabía que era tal sentimiento, pues solo pensaba en él, quería saber cómo estaba y cuándo él le hablaba con ella no podía dejar de ver sus hermosas ojos rojos.

Como Liz era su única amiga que podía confiar le contó lo que le hacía sentir Lucían, ella se le río, pues nose había dado cuenta que se encontraba enamorada de Lucían.

Ella le aconsejó que vaya sea sincera con Lucían y le diga lo que siente, pues ella también sabe que él siente lo mismo que ella.

Un día entrenando con la espadas, pues se dieron cuenta que no sabían mucho de los combates con espada y pelea cuerpo a cuerpo utilizando sus dones, por eso comenzaron a entrenar, por si algún momento eran atacados, comenzaron a entrenar juntos y la cercanía eran cada vez más, las peleas el combate era constante y los dos terminaron tirados en el piso cansados sus manos se rozaron haciendo que cada uno se sonrojara.

Los dos estaban acostados en el piso sus manos se tocaron, ellos estaban acercando se más y más, Aurora le iba a decir sus sentimientos, pero al momento de querer pronunciar una palabra sus labios fueron sellados por un beso, el cual fue casto al principio, Aurora no aguantó más y lo hizo profundo, los dos se estaban besándose intensamente, no saben en que momento Lucían estaba encima de ella y ella tenía sus brazos sobre el cuello de él, cuando reaccionaron se separaron enseguida, todos avergonzados y rojos como tomates.

Él se disculpó rápidamente pues pensaba que había hecho una falta imperdonable, ella le dijo que no se disculpara, pues ella también había querido ese beso, los dos por fin pudieron aclarar sus sentimientos diciéndose el uno al otro lo que sentían, desde ese momento decidieron estar juntos.

Paso el tiempo y Lucían terminó la academia, la relación la tenían oculta de sus familias, aunque los dos lucharían por el puesto de mago de la torre, aunque no importaba quién ganaba, ya que se casarían y ellos dos serían los que tuvieran el control.

Se escribían cartas, Lucían iba de vez en cuando a la academia, solo para verla o su madre lo envía, aunque ella no era más el mago de la torre seguía siendo importante, un año después se acercaba el cumpleaños de Santiago, él estaba emocionado de verla, que no solo basto verla en la fiesta, también quiso estar a solas.

Ellos estaban en la habitación de la princesa comiéndose a besos, hasta que unos golpes en la puerta, los asustaron, el emperador iba a despedirse de Aurora, pero sintió la presencia de alguien.

Lucían tuvo que usar su poder de cambia formas y se volvió una sirvienta, cuando el emperador se fue el volvió a ingresar a la habitación.

Aurora estaba que explotaba de emoción, saber que casi los encontraban para ella era excitante, siempre fue alguien que hacía las cosas bien, nunca se equivocaba, hacía casó en todo incluso ir a la academia de magia, algo que al principio no le gustó, ella pensó que sería la emperatriz, a los 6 años su padre se lo había dicho que ella heredaría el trono, por eso quiso estudiar sus dones para ser una Emperatriz poderosa, cuando de un momento a otro, sus padres decidieron que sería el mago de la torre.

Por mucho tiempo esto entristeció a Aurora, hasta que comenzó a sentir algo por Lucían era lo único bueno que la academia le había dado.

Los dos estaba besándose dejándose llevar por el momento, no se dieron cuenta como habían llegado del mueble a la cama, Lucían comenzó a bajar sus besos al cuello de ella, cada rosé de los labios de él, eran descargas eléctricas para ella, la ropa fue cayendo, hasta estar completamente desnudos.

Lucían apreció el cuerpo perfecto de Aurora, ella estaba totalmente sonrojada, cuando sintió un que él atrapaba en sus labios uno de sus senos, los gemidos comenzaron a salir de sus labios, ella con la poca consciencia que tenía, puso una barrera para que no los pudieran escuchar.

Los labios de Lucían recorrieron todo el delicado cuerpo, hasta que llegó en su lugar más sensible, Lucían chupo, mordió hizo lo que quiso en ese lugar, haciendo que ella perdiera prácticamente la razón, hasta que termino en la boca de él, al saber que ella estaba lista, poco a poco se adentró en ese lugar tan estrechó, Aurora sintió un pequeño dolor, pero como estaba perdida en el deseo inconscientemente pidió más y más, Lucían quería ir despacio, pero al escuchar el ruego de Aurora tan excitada y sonrojada perdió la cordura y comenzó el vaivén más fuerte, los dos estaban envueltos en deseo y pasión, la habitación solo se escuchaba jadeos y gruñidos, hasta que los dos llegaron al clímax.

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