Noticias inesperadas

Capítulo 13

Habían pasado seis semanas desde aquel día cuando Said se marchó de la Gavia, Cecilia pensaba cada vez menos en el y eso la mantenía tranquila. Elias y Vanessa habían decidido casarse así que ese era el tema más importante en la familia. Estaban todos en el comedor esperando que Cecilia llegara a acompañarlos.

—Perdonen la tardanza familia.—

—Qué bueno que ya llegaste hija, porque ya tenemos hambre.—

—Perdóname abuela por mi tardanza, comamos si.—

La abuela aprovechó para preguntarle a Elias si avisaría a su familia y si habían decidido casarse por la iglesia o por la religión judía.

—Aún no lo sabemos abuela Sara, lo que si es seguro es que al civil si nos casaremos. Además me acabo de enterar que mi hermano Said acaba de casarse.—

Cecilia al escuchar la noticia apretó la copa de vino haciéndola tronar cortando su mano.

—¿Hija pero que sucedió? A ver traigan el botiquín.

—Perdón se me resbaló la copa y por inercia la apreté y me corte. Me disculpan subiré a mi habitación.—

Vanessa se fue detrás de ella. Cecilia no había tomado bien la noticia de la boda de Said ahora todo tenía sentido, ella había sido ingenua. No podía contener sus lágrimas.

—Cecilia ábreme por favor, déjame revisar tu herida.—

—Estoy bien Vanessa es solo una cortada.—

—Déjame verla por favor abre.—

Cecilia no pudo evitar abrir la puerta, ella estaba llorando.

—Ay Cecilia ¿te duele?—

—Más de lo que debería.—

—Muéstrame tu mano, si no me equivoco necesitarás puntadas. Le pediré al médico que venga aquí a suturarte de acuerdo. Ya no llores Cecilia estarás bien.—

—Me asusta la sangre hermana, estoy bien.—

—Bueno iré por gasas para seguir presionando la herida en lo que llega el doctor.—

Cecilia no podía dejar de llorar, le había dolido tanto enterarse de eso. Se sentía tan miserable. Maldecía haberse dejado envolver por él.

—Espero Said que tu vida sea tan miserable como la mía.— expresó Cecilia con mucho coraje.

Llego el doctor para atender la herida de Cecilia.

—No te preocupes Cecilia todo está bien, no hubo daño en tejidos y tendones. Debes lavar, desinfectar y tomar un antibiótico que te recetaré. En siete días vas a verme para ver si ya podemos retirar las puntadas, reposo con esa mano para evitar que se abra la herida.—

—Como usted diga doctor.—

—Te estás alimentando bien muchacha, te veo un poco pálida.—

—No me he sentido bien, en las mañanas tengo nauseas. Entonces trato de evitar el desayuno.—

—Si no fuera porque te conozco sospecharía de que estás embarazada, pero pienso que puede ser una anemia. Así que ve hacerte estos estudios.—

Cecilia se sorprendió por la sugerencia del doctor, efectivamente no había tenido su periodo. No podía ser eso posible, esperaba que fuera otra cosa. No podía estar embarazada después de haber recibido esa noticia. Eso la atemorizaba, había sido muy irresponsable ninguna de las veces se había protegido. Cómo iba a manejar el tema si es que realmente estaba embarazada.

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