Fingir

Capítulo 8

Vanessa entró a la habitación de su hermana ya que no respondía, pensó que ya se había ido a los corrales. Pero para su sorpresa era la primera vez que eran las 8:30 de la mañana y ella estaba en su cama.

—¿Cecilia te sientes bien?—

—Me asustas, es muy temprano ¿qué pasa?—

—Son 8:30 de la mañana, vine a ver si ya te habías ido. Como no te fuiste, te pregunto ¿vas a llevar a Elias y a su hermano a conocer la hacienda?, o si quieres que yo los lleve.—

—Qué te parece si tomo un baño, desayunamos y vamos a llevarlos a que conozcan.—

—De acuerdo, iré a ponerme jeans.—

—Eres hermosa con todo, pero si mejor usa jeans para montar.—

—Bien dejare que te bañes, por cierto el hermano de Elias es demasiado guapo.—

Vanessa bajó a avisarle a Alfonsina que Cecilia desayunaría con todos.

—Alfonsina!—

—Qué pasa niña! Que son esos gritos, aquí estoy.—

—Perdóname, mi hermana va a desayunar con nosotros.—

—No se levantó para irse temprano.—

—No, entre en su habitación y seguía dormida.

—¿Estará enferma?—

—No, estaba muy radiante. Me imagino qué pasó algo bueno. Tal vez ahora tenemos más dinero.—

—Qué cosas dices, pondré el lugar de la niña Cecilia en la mesa. Después de mucho tiempo. Niña deja ahí no metas tus dedos en la mezcla de hot cakes.—

—Es que sabe rico, al parecer habrá variedad.—

—Si tu abuela sugirió un desayuno tipo hotel.—

—Bueno me voy a buscar a mi tía y a mi abuela.—

—Están en sus habitaciones.—

—Gracias nana.—

Cecilia no podía decidir qué ponerse, Said estaba en la casa. Estaba emocionada pero nerviosa de que perdiera el interés en ella. Después pensó, esta soy yo.

Elias estaba esperando que Said estuviera listo.

—¿Como me veo?—

—Demasiado bien y con otra apariencia. ¿Que sucede?—

—Nada es bueno escucharlo, hoy iremos a conocer toda la hacienda. Pero cuéntame ¿cómo vas con Vanessa?—

—Es una mujer dulce, inteligente, sin duda me gusta mucho.—

—Pues manos a la obra debes conquistarla.—

—vamos ya se hace tarde, deben estar esperándonos.—

Estaban todos en el comedor, ya solo faltaba Cecilia. Elias no dudó en preguntar por ella.

—¿Cecilia nos acompañará hoy?—

—Si no debe tardar.—respondió Vanessa

En eso entra Cecilia al comedor.

—Buenos días a todos.—

Elias se levanta de su asiento y Said también.

—Cecilia que gusto verte, mira te presento a mi hermano Said.—

—Es un placer conocerla.—responde Said

Cecilia le sonríe

—El gusto es mío, sean bienvenidos a mi casa. ¿Los han tratado bien?—

—Todo de maravilla.—

—Terminando el desayuno los llevaremos a conocer la hacienda, ¿les parece?—

—De acuerdo.—

Said no podía dejar de mirarla definitivamente estaba loco por Cecilia.

—Hija que bueno que te quedaste a desayunar, siempre nos abandonas.—

—Mis amores, saben que todo lo que se hace en la hacienda es mucho trabajo. Mi capataz y todos hacemos lo mejor que podemos.—

—Tú supervisas personalmente cada una de las actividades, Cecilia?—le pregunta Elías.

—Si desde niña, y más cuando es tiempo de zafra, eso es cuando se cosecha la caña. Se quema y se corta. Después es transportada hasta el ingenio que es donde la convertimos en diferentes productos. También sembramos maíz, solo por temporada. Y criamos ganado.—

—¿tú sola te haces cargo de la hacienda?—preguntó Said

—Si, mi hermana mayor Rebeca es médico, se casó y se fue a vivir a china. Están aún completando sus especialidades y aprovecharon ambos la oportunidad, su esposo también es médico. Vanessa vive aquí, como ya sabes ella es fotógrafa y seguido viaja por trabajo. Así que yo me quedo al pendiente de todo.—

—Así que tú eres la hermana de en medio.—

—Si, así es.—

Said observaba a su amada Cecilia.

—Pero cuéntame Elias, ¿por que decidiste invertir en Mexico?—le pregunta la abuela Sara.

—Bueno nosotros nacimos en España, pero mi familia volvió a escocía. Said cortó lazos con la familia y se fue a Italia. Yo tuve que regresar con mis padres a escocia. Pero querían que me dedicara a la joyería, para eso están mis otros dos hermanos. También yo quería tener mi propia empresa, negocio o inversión. Pero en la familia Cohen se hace lo que mi padre dice, por eso le pedí ayuda a mi hermano. Investigue por mi cuenta y como soy más de hablar castellano me pareció una buena idea invertir en México. Hasta llegar a la Constructora Sámano.—

—Agradecemos la confianza que depositaron en nosotros como familia y como negocio. No te defraudaremos.—

Alfonsina notaba la mirada de Said hacia su niña Cecilia.

—Bueno creo que es momento de irnos para llevarlos a recorrer la hacienda.—

—Si vamos.—respondió Said

Los cuatro salieron rumbo a las caballerizas, era un buen momento para compartir tiempo con Cecilia.

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