En mi mente

Capítulo 4

Cecilia no dejaba de pensar en Said, en sus besos. En todo lo que le hizo sentir, si era sincera le había gustado mucho estar con él. Se sentía apasionada, pero era mejor que solo haya quedado en una noche. Además no sabía si estaba casado, comprometido o simplemente que ella solo fue su diversión por el momento. De pronto Alfonsina toca a su puerta.

—Niña Cecilia, ¿puedo pasar?—

—Adelante nana.—

—Te traje el desayuno, ¿No te has vestido aún? ¿Te sientes enferma mi niña?—

—Para nada nana, el viaje a la capital fue rápido, me siento cansada.—

—¿Segura mi niña?, bueno no te atormentare con eso. Cuéntame ¿cómo están todos en la mansión?—

—Si te preguntas por Carmen, esta todo bajo control como siempre. Y si preguntas por el señor Gastélum, te envío un regalo.—

—¿En serio mi niña?—

—Si nana está en mi maleta. Tómalo. Es una caja dorada, dentro de mi alhajero.

—si aquí está, es muy bonito. Cuando hables con él dile que muchas gracias.—

—Pronto lo verás recuerda que vendrá a la fiesta de mi abuela. Me puedes pasar el anillo de mi madre.—

—Aquí no está niña.—

—Nana tiene que estar, oh! tienes razón no está.—decía Cecilia al confirmar que no estaba

—¿Cuando fue la ultima vez que lo usaste?—

—Rayos, como pude ser tan descuidada.—

—Si lo olvidaste en la capital, seguro Carmen lo guardará.—

—Si nana tienes razón.—

—Ahora dejo que desayunes y te des un baño.—

—Gracias nana.—

Cecilia no podía creer que el anillo de su madre se haya quedado en la recámara de Said. Se resigna y lo da por perdido. Se ducha, desayuna y baja para ir a los sembradíos. Pero antes pasa a saludar a sus madres.

—Buenos días, ¿como amanecieron las reinas de esta casa?—

—Bien hija. ¿Como te fue en la capital?—preguntó la abuela Sara

—Mejor de lo que esperaba, la constructora tiene un nuevo inversionista el cual invite a tu cumpleaños.—

—Se puede saber ¿por qué?—

—Abu no te emociones, es joven, guapo y me gusto. Para Vanessa.—

—Debería de gustarte para ti, tu hermana no ha confirmado que vendrá.—

—Abu ella vendrá, de todas maneras. Si el nuevo accionista es parte de la constructora. Se vuelve parte de la familia como decía mi abuelo.—

—Está bien, de todas maneras aquí cabemos todos los que hayas invitado.—

—por eso te amo. Ahora me voy, debo ver cómo va la cosecha.—

Cecilia buscaba a don Melquiades el capataz.

—Buenos días muchachos, ¿donde está don Melquiades?—

—Patrona él se fue temprano a llevar al ganado a pastar, ¿necesita algo?—

—Si por favor ensilla mi caballo.—

—Si patrona—

Había mucho trabajo en la hacienda, necesitaba que don Melquiades contratara más gente y eligiera a otros dos para que le ayudaran a coordinar todas las actividades de la hacienda. Ella cabalgó por los sembradíos aunque una máquina levantaba la cosecha, en algunas hectáreas aún se necesitaba la mano del hombre para levantarlas. Ella disfrutaba de estar en el campo, aún así seguía pensando en Said. Se cuestionaba ¿Cómo detener sus pensamientos? No podía más, era mejor dar por terminado ese encuentro. Horas más tarde regresa a la casa, Alfonsina le entrega el teléfono.

—Mi niña, la busca la niña Rebeca—

—en serio, pásamela—

—Hola, hermana—

—Cecilia, ¿cómo estás?—

—Estamos bien, ¿cuando llegan? Te extraño mucho.—

—Para eso llamaba, no vamos a poder ir al cumpleaños de la abuela. Tengo que presentar mi examen y Enrique tiene una conferencia. Pero iremos para navidad, ya enviamos los regalos de la abuela.—

—Si, acabo de verlo pasar. un perro! En serio Rebeca—

—¿Un perro?, yo le pedí a Gastélum que le comprara un anillo. A espera, el perro se lo envió Enrique de regalo.—

—Con razón, salúdame a mi cuñado favorito te quiero hermana y ya quiero verlos.—

—Claro es el único que tienes. Nosotros también te queremos, adiós hermana.—

Cecilia extrañaba mucho a Rebeca, en ella veía a su madre. Pero se sentía feliz siendo testigo de cómo realizaba sus sueños junto al hombre que ama. Se acerca a abrazarla su tía.

—Cecilia, debes darte la oportunidad de tener tu propia familia.—

—Tia y si me pasa lo mismo que a mi madre.—

—Tu eres más fuerte que ella y amas a tu familia, ella se olvido de todos por entregarse al dolor.—

El pasado era una sombra que seguía a la familia Sámano, cuando un solo hombre trató de destruir todo. Cecilia era fuerte, pero también era sensible, alejarse del amor o de las relaciones románticas era su manera de mantenerse a salvó.

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