Capítulo 1.

---Buscala Mateo ningún hijo mío andará perdido por ahí-- Hablo el hombre más que furioso.

--Por dios cálmate Fernando ni siquiera sabemos si la inseminación fue un éxito la chica debió venir hace una semana-- Contesto a su amigo. Había sido un error, una equivocación con los nombres pero era casi imposible encontrar a la mujer llamada María Rodríguez solo había una dirección y esperaba encontrarla ahí.

--No me interesa Mateo debes encontrarla hasta que no esté seguro de que esa mujer no quedó embarazada volveremos a intentarlo--

--Maria está lista para recibir el tratamiento no habra fallas en esto, la otra chica tal vez no..--

--Dije que no. Hasta luego--

Fernando salió furioso del consultorio de su amigo, se daba golpes internamente por haberse dejado convencer para hacer esto. Aún que su desesperación y anhelo por tener un hijo lo había llevado a decir que sí a la idea de hacer una inseminación artificial en la chica que había seleccionado meticulosamente con ayuda de Mateo definitivamente el que una mujer desconocida pudiera llevar un hijo suyo en el vientre era aterrador y se le había salido totalmente de las manos. Lo único que pensaba era en encontrarla y rogaba por qué el tratamiento no hubiera dado resultado pues de ser así no sabría que hacer; ¿como convencería a esa mujer de entregar a su hijo apenas y le diera a luz?. ¿Y si estaba casada?. ¿Si ella no deseaba tener hijos?. Era una maldita locura.

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Días antes...

--Maria por dios tómate un descanso llevas toda la mañana con esas ventanas-- Hablo la mujer mayor frente a ella.

--El señor Alberto dijo que debía limpiarlas todas-- Respondió cansada, tenía horas limpiando las ventanas sus brazos estaban doliendo pero si no lo hacía seguramente la hecharian y no podía darse el lujo de quedarse sin su único sustento.

--Esta loco el sol está horrible puede darte una insolación-- Maria sabía que ella tenía razón pero debía hacerlo era su trabajo.

--No te preocupes Gema terminaré pronto-- Pero apenas y dijo esas palabras cayó al suelo.

Gema rápidamente pidió ayuda llamaron una ambulancia y fue trasladada al hospital más cercano. La atendieron y resultó que había sufrido un golpe de calor por haber pasado tanto tiempo bajo el fuerte sol y sin estar lo suficiente hidratada. Cuando despertó estaba en una camilla y se sentía totalmente avergonzada por el lujoso lugar, un médico le explicó lo que sucedió y que al sentirse mejor podría irse claro no sin antes recordarle que debía pasar a cancelar la cuenta pero como pagaría su estadía en ese lugar apenas y contaba con lo necesario en su bolso para el bus de regreso a su pequeño cuarto en la vecindad rápidamente se levantó e intento salir de la habitación sin ser vista pero pocos metros fuera de la habitación cayó al suelo nuevamente y una de las enfermeras la vio tirada frente a la sala de procedimientos contigua a su habitación y la llevo adentro con ayuda de un camillero. El médico entro a la sala y observó a la chica creyendo que era la paciente que debía ser inseminada así que hizo el procedimiento y espero hasta que la mujer despertó.

Al despertar Maria se sentia un poco mariada, el medico la observó un momento y le pregunto cómo se sentía.

--Un poco mariada-- Contesto tomando la botella de agua que el médico le pasó estaba sedienta.

--Es normal, debes estar tranquila, puedes vestirte e irte. Recuerda que debes venir en un mes para asegurarnos de que todo está perfecto.--

--Amm yo no tengo dinero para poder cancelar la cuenta-- Dijo avergonzada, pero por que debía volver eso no lo había entendido.

--No te preocupes, la cuenta está pagada--

El médico sonrió y salió de la habitación dejándola completamente confundida, pero antes de que se arrepintieran de dejarla ir tomo su ropa, su bolso y se vistió, rápidamente salió de la habitación y posteriormente del hospital.

Se dirigió a la parada del bus y fue a casa.

Al día siguiente se dirigió a su empleo pero al llegar se encontró con la sorpresa de que había sido despedida, maldito sea su ex jefe. Aún que no servía de nada maldecirlo pues con eso no regresaría su trabajo y mucho menos le pagarían el sueldo por los días y horas que había trabajado en el edificio esa semana.

Regreso a su cuarto y busco en el periódico puestos como mesera, mucama, cocinera, cosas sencillas sabía hacer las encerró en un círculo rojo para el día siguiente dirigirse a pedir empleo. Sin embargo fueron pasando los días y nadie le daba trabajo, sus pocos ahorros se habían terminado al igual que la pequeña despensa que tenía, había pasado un día entero sin comer y se sentía débil. Hacia un mes que había perdido su empleo su única fuente de dinero, esa mañana como el día anterior estaba pegada al retrete vomitando aún que no sabía que por qué no había nada en su estómago más que un pan con chocolate que Julieta, le había dado la noche anterior pues ella solía acompañarla a ver su telenovela favorita y era la única con quién hablaba ya que todos los demás inquilinos solían ignorarla. Julieta vivía en una pequeña casa frente a la vecindad, el cuarto de María estaba en la primer planta casi frente a su casa por lo que siempre la saludaba en las mañanas. Julieta lavaba ajeno aún que no tenía necesidad pues sus hijos le mandaban dinero ella se sentía útil y conseguía un poco de dinero extra.

--¿Que te pasa muchacha?-- Le dijo Julieta cuando la vio pálida parada en la puerta de su cuarto.

--No he comido nada..-- Contesto avergonzada.

--¿Cómo que no haz comido?-- Preguntó.

--No he conseguido un empleo y ya no tengo dinero-- Respondió con la cabeza abajo.

--Y por qué no me haz pedido comida chiquilla tonta. Vamos a mi casa te daré de comer--

--Que vergüenza Julieta--

--Por favor niña la comida no se le niega a nadie yo estoy sola la única que me hace compañía en las noches eres tú así que no me cuesta nada ayudarte un poco--

Julieta le sirvió un plato de caldo de pollo que comió más que gustosa, al terminarlo le agradeció y Julieta le dijo que podría ayudarla a lavar la ropa de sus clientes así tendria un poco de dinero y que por la comida no se preocupara ya que podía comer con ella todos los días hasta que juntara un poco de dinero y surtiera una despensa decente. Maria le agradeció por la comida y lo noble que era con ella.

Los días fueron pasando y los malestares de María en lugar de desaparecer cada día eran peores.

--Deberias ir al puesto de salud niña, a ti te pasa algo--

--Si creo que debo estar enferma--

--Yo creo que es otra cosa muchacha-- Contesto Julieta alzando una ceja ella era una mujer mayor y no era tonta esos malestares no eran una enfermedad.

--¿Pero que otra cosa puede ser?-- Preguntó Maria extrañada pues no tenía ni idea de lo que podría ser--

--Pues que estás embarazada niña--

--JAJAJAJA-- Se burló la chica-- por dios Julieta eso es imposible yo nunca..-- guardo silencio avergonzada.

--¿Estas segura?--

--Si si se lo juro--

--Entonces ve al puesto de salud mañana temprano para que te revisen esas náuseas no son normales-- Le dijo un poco preocupada Julieta. Aún que tenía sus dudas respecto a que la muchacha estuviera embarazada pues sus ojos brillaban de una manera diferente desde hacía unos días atrás.

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