La verdad

No puedo creer lo que me ha contado Máx, mi abuelo y mi madre son parte de ese mundo y al parecer yo debo seguir con ellos, pero no sé nada sobre eso.

Maximo: Dayana siento mucho qué te hayas enterado de esta manera, tu abuelo y yo tratamos de averiguar quien es el culpable del asesinato, pero solo encontramos qué los carros habían sido manipulados, por más que buscamos quien haya hecho el trabajo sabía muy bien lo que hacía no dejo rastro.

Dayana: entonces mi madre fue asesinada (llorando) las cosas no se pueden quedar así hay que averiguar quien fue hacerle pagar por eso. ¿Marcos siguió ayudándote con la investigación?

Maximo: no una vez tu abuelo falleció el dejo eso a un lado y solo se centró en los negocios.

Dayana: debo comunicarme con él y pedirle que siga investigando, debo ir a buscar mis cosas a la casa por favor llévame, necesito sacar el portátil y el celular por favor Máx llévame.

Maximo: puedo llamar a Marcos concretar una cita, no es necesario ir por esas cosas.

Dayana: no Máx debemos ir por ellas, tengo cosas importantes de mi abuelo ahí, por favor Max

Maximo: está bien vamos, a esta hora me imagino que el imbécil de Rafael estará en ese cabaret.

Vamos camino a la que era mi casa, ingresamos y tal como lo dijo Máx mi padre no estaba, así que aprovecho y subo a mi cuarto sacando de donde tenía escondido el portátil y el celular que me había dejado mi abuelo, los guardo en mi bolso y salgo.

Al bajar me encuentro con Máx y en ese instante mi padre va llegando.

Rafael: vaya pero que tenemos aquí mi adorada hija regreso a casa. ¿Qué pasó Máximo tan rápido te cansaste de ella?

Maximo: no seas tan imbécil Rafael solo hemos venido a recoger algunas cosas que Dayana necesitaba.

Rafael: ja, ja, ja no me hagas reír Máximo, tan poca cosa es que no quieres gastar dinero en esa.

Bajo rápidamente tomo a Máx de la mano y le digo que es mejor que nos retiremos, quiero evitar un enfrentamiento entre ellos, por lo poco que he mirado de Máx acabaría muy fácilmente con mi padre. Pero mi padre está decidido en no dejarnos ir tan fácil.

Rafael: mi adorada hija, saliste igual que tu madre, una zorra qué se acuesta con el primero que se le aparece, eres una perra al igual que ella.

Máx se abalanzó sobre mi padre dándole varios puños en la cara, lo tumbo al piso, parecía otra persona no paraba, me tiré sobre Máx para detenerlo, él al sentirme se detiene me mira, se calma nos levantamos.

Maximo: no se te ocurra hablar de esa manera de mi mujer, deberías darle las gracias a tu hija de lo contrario ya estarías muerto.

Sin más salimos de ahí. Llegamos a la mansión sigo un poco sorprendida al ver de esa manera a Máx, veo sus manos están manchadas de sangre, lo miro a los ojos y lo abrazo con todas mis fuerzas y derramo algunas lágrimas, él me abraza me siento más tranquila entre sus brazos.

Maximo: tranquila nadie volverá a hacerte daño, ya te dije que me encargaría de hacerle pagar todo lo que te hizo sufrir. Ahora voy a darme un baño para quitarme su asquerosa sangre.

Dayana: yo también quiero tomar un baño ¿nos bañamos juntos?

Maximo: eso no se pregunta.

Ingresamos al baño y como era de esperar terminamos entregándonos, definitivamente cada vez lo necesito más, es como si no tuviéramos lo suficiente el uno del otro.

Maximo: mañana iremos al médico, debemos empezar a cuidarnos, no quiero que mal intérpretes pero es muy pronto para pensar en tener hijos.

Dayana: tranquilo también pienso igual que tú.

Sin más ambos nos quedamos abrazados dormidos.

Al día siguiente me despierta con dulces besos, es maravilloso despertar de esa manera. Nos levantamos, nos bañamos, arreglamos y bajamos a desayunar.

Maximo: iremos primero al médico de ahí me acompañarás a ver como van los negocios y así te sirve vas aprendiendo un poco para cuando tomes los negocios de tu abuelo.

Dayana: de acuerdo, debemos hablar con Marcos para pedirle que continúe con la investigación y encontrar al culpable de la muerte de nuestros padres y saber la verdad en todo esto.

Maximo: en cuanto eso, es mejor no hacerlo hay algo que no me agrada de ese tipo. Por ahora hagamos las cosas nosotros, mientras tomas posesión de esos negocios.

Dayana: está bien se hará las cosas como tú dices, voy a llevar el portátil así mientras tú trabajas me dedico a revisar bien el portátil. Hay algunos archivos que no he podido abrir y no le he preguntado a Marcos sobre ellos.

Maximo: está bien, si necesitas ayuda puedes decirme, tal vez encontremos algo relacionado con la muerte de tu madre.

Terminamos de desayunar y nos dirigimos al médico. Ya en el consultorio el médico me habla de los tipos de planificación y con Máx escogimos el más adecuado, me lo colocaron inmediatamente pues el médico es un amigo de Máx. Al terminar nos despedimos y salimos hacia las bodegas donde realizaban las armas.

Al llegar me doy cuenta que sus bodegas son inmensas, realizan todo tipo de armas, las personas que ahí se encuentran saludan con mucho respeto a Máx y continúan con sus trabajos. Al llegar a su oficina encontramos a un sujetó al cual saluda muy fraternal.

Maximo: Dayana te presento a Sandro mi mano derecha, él es mi hermano de crianza. Sandro ella es Dayana mi mujer.

Escuchar a Máx qué me presenta como su mujer me llena de felicidad. - Mucho gusto en conocerte - le dice Dayana.

Sandro: el placer es mío. Vaya Máx por fin te han flechado, menos mal pues empezaba a creer que tenías otras inclinaciones.

Maximo: déjate de tonterías, mejor hablemos como van los negocios.

Sandro: tranquilo hermano era un simple comentario ja, ja, ja. Respecto a los negocios todo va a la perfección, ya el cargamento hacia Francia salio, no tardarán en confirmar que ha sido entregado. En cuánto a las rutas qué los mexicanos querían tomar les quedo muy claro a quien pertenecen esas rutas.

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