Capítulo 5

Después de intercambiar golpes con Panji, Bara ahora aceleraba su motocicleta hacia la compañía de su amigo Andra.

Andra era un amigo muy extrovertido y amigable. Siempre cumplía con cada palabra que Bara decía.

Así que Bara estaba seguro de que Andra definitivamente le ayudaría a superar la pobreza que estaba a punto de enfrentar.

Después de unos minutos conduciendo, Bara finalmente llegó frente al edificio de la compañía de su amigo.

Bara hizo una mueca de dolor, sintiendo un dolor en la parte inferior de su labio. Panji había logrado herirlo, y eso llenó a Bara de resentimiento hacia el traidor.

"¡Ay...! Mi labio parece estar ligeramente rasgado, así que se siente muy adolorido. Ahora voy a persuadir a Andra para que me apoye, ¡y a ti, Panji! Solo mira, serás destruido por mis manos", dijo Bara mientras bajaba de la motocicleta que había estacionado frente a la terraza de la oficina...

No mucho después. Repentinamente, un coche embistió a propósito la motocicleta de Bara, haciéndola caer en el patio de la oficina.

Chas...

Bara estaba enfurecido, ¿cómo es posible que una motocicleta tan grande sea golpeada por un coche que se suponía que se detuviera frente a la compañía de Andra?

Bara corrió de inmediato hacia la ventana del coche y golpeó muy fuerte...

"¡Eh...! ¡Bastardo, ¿estás ciego? ¿Cómo pudiste golpear mi motocicleta que seguramente viste? Sal ahora. ¡Sal ahora mismo! No me enfades!" Bara gritó incontrolablemente, hasta que un momento después la puerta del coche se abrió de par en par, junto con un par de pies saliendo del vehículo.

Andra sonrió burlonamente frente al rostro de Bara; el hombre estaba parado justo al lado del coche que acababa de comprar...

"¡Tú...! ¿Qué quieres decir, Andra? ¿Por qué golpeaste mi motocicleta? ¿Lo hiciste a propósito, ¿eh?!", exclamó Bara indignado, su rostro poniéndose muy rojo.

"¿De quién es la culpa por estacionar tu vieja moto frente a mi compañía? ¿No sabes dónde está el estacionamiento de motocicletas? ¿No puedes leer las reglas que están publicadas allí?" preguntó Andra arrogante. Al escuchar esto, Bara apretó los puños de rabia.

Parecía que Andra no era diferente de Panji, que lo abandonaría y lo traicionaría porque había caído en la pobreza...

Bara estaba furioso al presenciar esta realidad. ¿No fue todo su éxito gracias a su ayuda? Él fue quien proporcionó el capital inicial para que comenzaran una compañía.

En retrospectiva, Bara incluso tenía derechos sobre la compañía que ambos poseían, pero fue su propia necedad la que no tomó en serio los fondos mutuos...

Si tan solo Bara hubiera formalizado su ayuda con un contrato por escrito. Definitivamente habría podido demandarlos a ambos y recuperar su compañía.

"¡Canalla, Andra! Resulta que eres igual que Panji. No eres diferente en absoluto, ¿también quieres terminar nuestra amistad como ese traidor?"

"Por supuesto, Bara. ¿Cuál es el punto de seguir siendo tu amigo? Solo eres un niño cambiado al nacer. Un hombre basura que ahora ha vuelto a su origen, que ciertamente no es digno de estar cerca de nosotros, además ya no eres útil para nosotros. Así que aléjate, mantén tu distancia de nosotros, Bara, ¡traes mala suerte!"

¡Pum...!

Con un movimiento rápido, Bara propinó un golpe directo en el rostro de Andra. El hombre no pudo esquivar, porque el ataque de Bara fue demasiado rápido.

Andra sintió dolor. Siempre fue menos hábil que Bara en artes marciales, ya que Bara tenía un cinturón negro en la ciudad...

"¡Rata Bara! ¡Cómo te atreves a golpear mi rostro!" Andra gritó desafiante. Bara sonrió satisfecho, aunque estaba perdiendo, se sentía extremadamente satisfecho de haber golpeado a ambos traidores.

"Te lo mereces, Andra. Si quisiera, podría acabar contigo y con Panji rápidamente, pero... no sería divertido de esa manera, porque te haré caer miserablemente."

"Tch... ¡Sueña, Bara! Estás pobre ahora, ni siquiera puedes permitirte vivir, así que no sueñes con alcanzarnos."

"Está bien, veremos qué puedo hacerles a ambos", amenazó Bara con una mirada penetrante, luego levantó su motocicleta caída que había sido golpeada por Andra.

Y sin que Bara lo supiera, Andra ya había ordenado a uno de sus guardias de seguridad que golpeara a Bara por la espalda con la porra que sostenía.

"Golpéalo fuerte en la parte de atrás de la cabeza, para que se desmaye".

Andra susurró con una sonrisa maliciosa. Al escuchar la orden, el guardia de seguridad corrió inmediatamente hacia Bara, quien estaba concentrado en recoger su motocicleta.

Y al siguiente momento...

Golpe...

"¿Qué estás haciendo? ¿Por qué atacas a alguien por detrás?" preguntó un hombre vestido de limpiador, que bloqueó rápidamente el ataque del guardia dirigido a Bara con sus manos.

Tanto Bara como Andra se sorprendieron al ver la situación, especialmente Andra, quien se sintió avergonzado porque su acto cobarde había sido expuesto por otra persona.

"No te metas en esto. Ahora, deja este lugar", Andra exclamó enojado.

El hombre ignoró las palabras de Andra. Forcejeó para quitarle el bastón.

"¡Suelta este bastón! Realmente son cobardes, atacando desde atrás", dijo el hombre, quien no era otro que Bimo, el vecino de Bara en la pensión.

Bara había logrado levantar su motocicleta y miró al hombre que acababa de conocer esa mañana.

"Hmph, parece que alguien aquí está desempeñando el papel de héroe. ¡Espera! Seguramente eres uno de mis empleados que trabaja como limpiador en la cocina. ¿Te equivocas al oponerte a tu jefe? Soy el propietario de la empresa en la que trabajas, ¿y ahora te atreves a enfrentarte a mí?" Andra preguntó retadoramente, menospreciando a Bimo.

Al escuchar esto, Bimo rápidamente se quitó el uniforme que llevaba puesto y lo arrojó al patio, pisoteándolo...

Andra quedó sorprendido por las acciones del limpiador, al igual que Bara. No esperaba que Bimo lo defendiera con tanta valentía.

"¡Toma tu uniforme, Andra! Me niego a trabajar para un hombre deshonesto como tú. Para mí, la amistad lo es todo, no importa la riqueza ni el estatus, y desprecio tu falta de gratitud. ¡Renuncio a tu empresa de inmediato!" Bimo declaró con firmeza, señalando el rostro de Andra, lo que provocó la ira de Andra, quien se alejó enojado, dejando a los dos.

Mientras tanto, Bimo caminó hacia donde se encontraba Bara.

Bara todavía no podía creer lo que presenciaba.

"¿Estás bromeando? Me defendiste y arriesgaste tu trabajo, ¿no te arrepentirás?" preguntó Bara asombrado.

"Por supuesto que no. Ahora eres mi vecino y he escuchado todas las desavenencias entre ustedes dos. Vamos a casa, olvidémonos de esos traidores", instó Bimo sinceramente, lo que hizo que Bara sonriera orgulloso.

"Gracias, amigo..."

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