capítulo 13- tentar

Después de aquel sueño, para Samael es imposible no mirar a Neal, normalmente lo encuentro en la sala acompañando a Anne o en la cocina, prácticamente ambos parecen un par de amigas inseparables, si bien el azabache tiene un rostro serio, se ve bastante bien cuando ríe. Cuando nota que le esta mirando mucho, simplemente sigue su camino y se la pasa enojado el resto del día, detesta tener esos pensamientos y detesta el fijarse más en Neal. Mientras llana la taza de su café, se quedo perdido en sus pensamientos hasta que escucha la voz de Neal.

- oye ¿estás bien? Últimamente te he visto muy distraído.

Samael se apresura a limpiar el café derramado en la barra.

- tengo asuntos importantes que atender y descubrir quienes nos atacaron.

- mmm...yo digo que investigues a los Dufour.

- ¿ellos? Hasta ahora ellos son los más pacíficos.

- si, pero ellos querían una alianza, pero como Anne ya esta comprometida con Dylan, tu padre rechazo el compromiso con el nieto del viejo Dufour.

- ¿como sabes eso?

- se usar este cuerpecillo para buscar información...

Neal sonríe coqueto y le hace un guiño. Samael frunce los labios y da un golpe contra la barra.

- t-tú...

Sin decir nada más se va de ahí, mientras que Neal solo se queda ahí extrañado por esa actitud, por un momento creyó que le diría algo ofensivo.

- ¿que le dijiste a mi hermano? Salió furioso, por poco me quema con la mirada.

Anne imita la mirada furiosa de su hermano, mientras que Neal se encoge de hombros.

- ni idea, debe seguir de mal humor por lo que paso.

Neal, supone que se siente humillado debido a que se vieron en la necesidad de huir y dormir en un motel de mala calidad, los niños ricos siempre se sienten humillados por cosas así. En la oficina, Samael estaba de mal humor, se encerro en su estudio y cada vez que alguno es llamado, temen cruzar la puerta porque seguramente es para ser regañado; quien entra en esa ocasión es Josh, entre todos, es el único que no le teme a un Samael enojado.

- el incidente si que te dejo de mal humor.

- ¿que incidente?...ah...eso...no...

Sería absurdo decir el porque esta de mal humor, incluso de él mismo cree que pueda sentirse así. Horas más tarde, tocan la puerta del estudio y entra Neal con un sobre que deja sobre el escritorio, Samael solo le mira con molestia.

- ¿que es esto?

- información, use los números de placas y salió a nombre de quien estaba, busque su información y ahí esta, te dije que eran los Dufour.

Samael se pone de pie y le avienta los papales del sobre a la cara.

- no quiero información y menos de la manera en la que lo consigues...las cosas no se hacen así aquí, maldita sea.

Neal se cubrió la cara con los brazos para evitar que le de en la cara con la carpeta.

- ¿ha? Te ayudo ¿y así me pagas? Hijo de p*ta mal agradecido...

- la p*ta eres tú...no vengas a traer información obtenida por dar tu maldito trasero...

- ¡¿queee?! Yo no necesita hacer esas cosas.

- no te hagas el santo, si bien que dijiste que usas tu cuerpo.

- ¿yo? No soy una maldita p*ta para hacer eso...

- tú lo dijiste ¿que más puedo pensar?

- ¿en que momento dije algo as...oh...

Neal cayo en cuenta, debe ser por lo que dijo en la cocina, pero no creyó que eso molestará al castaño. Ríe de manera burlosa y le jala el cuello de la camisa al castaño.

- Samael Price ¿acaso estabas celoso?

Samael le pega la mano y se aparta acomodando su ropa.

- no digas eso ni de broma, solo no permito ese comportamiento en mi organización.

Estaba avergonzado, pero no puede ser lo que dice el azabache ¿él celoso? Ja! Eso jamás y menos por un chico.

- claro...admitelo, estabas celoso, pensando que este cuerpecillo era tomado por otro hombre.

Neal se abraza así mismo, mientras sonríe con burla.

- no seas ridículo...

- ¿seguro?

Neal rodea el escritorio hasta quedar frente al castaño, mientras este solo vuelve a sentarse mirando hacía otro lado.

- ya vete a trabajar.

Neal lo ignora y se inclina apoyando sus manos sobre el respaldo de la silla, quedando de ese modo, sus rostros muy cerca.

- ¿te gusto?

- vaya tontería que dices...

- pero estabas enojado por pensar que usaba mi cuerpo a cambio de información, cuando dije que no es así, tu humor cambio...

- debes estarte imaginando cosas, solo no me gusta que hagan esas cosas.

- no creo que sea solo eso...

- cree lo que quieras.

- creo que te gusto.

Neal sonríe con burla, pero el castaño solo desvía la mirada y le aparta la cara con la mano.

- deja de molestar...

- bien, total ni me gustas, prefiero los rubios.

Samael voltea y le mira molesto, pero no dice nada solo se pone de pie quedando muy cerca del azabache.

- perfecto, así dejas de molestarme a mí, no creo que realmente te guste, solo te gusta molestar.

Samael mira fijamente al Azabache, aunque no lo quiera admitir, si le molesta el hecho de pensar que el chico puede conseguirse un amante y es que es bastante atractivo, podrá actuar como un idiota, pero tiene su encanto.

- tienes razón, es divertido hacerte enojar y ver cuanto tiempo más aguantaras tenerme aquí.

- así que ese es tu propósito...

- ¿no te habías dado cuenta?

- ahora veo que solo finges que te gustan los hombres.

- no he fingido en ello...¿quieres probas?

Neal jala a Samael del cuello de su ropa, para tenerlo nuevamente lo más cerca posible, sus labios estaban a punto de rozar los ajenos.

- ya veremos.

Neal no se esperaba lo que estaba sucediendo, ahora tenía los labios de Samael contra los suyos, trato de apartarlo, pero Sameal no lo permite e incluso lo braza con fuerza pasando la pierna entre las ajenas para evitar que se aleja, Neal se sobresalta al sentir la presión entre sus piernas y al separar sus labios, puede sentir la lengua del castaño que comienza a juguetear con la suya, Neal estaba tratando de resistir, pero poco a poco se fue dejando llevar hasta abrazar al castaño.

Aunque Neal se este dejando llevar, seguía siendo imposible de creer lo que estaba pasando, después de todo, Samael no es gay, aunque su propósito es desviar la atención del castaño, no creyó que resultará de esa manera. Pero aunque estuviese perdido en sus pensamientos, lo cierto es que sus labios seguí disfrutando de los ajenos, incluso no podía dejar de abrazarse al castaño. De un momento a otro, Neal acaba sobre el escritorio sintiendo a Samael acomodarse entre sus piernas y comenzar a besarle el cuello.

- si sigues esto...

- cierra la maldita boca, es esto lo que querías ¿no?

- o-oye...yo no...

Samael prefiere que en ese momento Neal permanezca en silencio, por lo que sella nuevamente sus labios con un efusivo beso.

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