capítulo 12- tentación

Que ni crea el estúpido de su jefe mal agradecido que se quedará a dormir en el auto, ya está haciendo frío y al parecer el castaño hablaba enserió con respecto a dejarlo fuera, rompe la cerradura de la puerta para poder salir y entra al motel pidiendo una habitación, pero para su mala suerte no había ninguna disponible, parece que no sería su noche de suerte, pero ve a Samael bajar de las escaleras.

- tú mal nacido, en verdad ibas a dejarme ahí fuera.

- espero que hayas aprendido tu lección. Andando.

- ¿dormiré contigo? ¿Podemos dormir de cucharita?

- déjate de idioteces o si te dejo fuera.

- que amargado...

Ambos entran a la habitación, en ella había dos camas, Samael se quita los zapatos y sube a la cama, aunque solo se pone a revisar su teléfono.

- oye, no deberías usarlo, nos podrían rastrear.

- no creo que hagan eso, se lo acabo de comprar a uno de los huéspedes.

- vaya, que astuto...

Neal se quita el abrigo y se mete bajo las sábanas, lo bueno que el lugar tenía calefacción. El azabache deja salir un suspiro y no tarda en quedarse dormido, Samael se levanta y observa por la ventana, aunque no les hayan seguido hasta ahí, no puede evitar estar alerta, a diferencia de Neal, duda poder dormir, apaga las luces y solo había una tenue luz que entraba por la ventana y era la luz del anuncio led del motel, al no poder dormir bien, desde ahí puede observa el rostro de Neal, era increíble verlo dormir tan tranquilo aún con lo que había pasado.

- si sigues observándome así, creeré que te gusto.

Neal abre los ojos y recibe el golpe de una almohada lanzada por Samael.

- me sorprende que duermas tan bien, estando en una situación poco segura.

- soy sensible, solo me mirabas y me desperté.

- o realmente no dormías...

- quizás...eso no lo sabrás. Anne...ella estará bien ¿verdad?

- lo está ¿te preocupa? Creí que no te agradaba.

- si le pasa algo, pierdo mi trabajo.

Neal se encoge de hombros, aunque no habla en serio, claro que le dolería perder a Anne, ella es su nueva confidente.

- Anne lloraría si te escucha.

- ella sabría que es broma...Anne es buena chica y tiene buen sentido del humor, Dylan no sabe lo afortunado que pudo ser.

- diría yo que ella te gusta, esa actitud tuya de coquetearme, solamente es un juego, lo sé.

Neal frunce los labios y quita la sábana para sentarse en la orilla de su cama.

- no actuo...las chicas pueden ser mis amigas, pero mis gustos son los hombres.

Neal se cruza de brazos, parece que el castaño cree que nada más bromea con él.

- entonces ¿me vas a declarar tu amor?

Pregunto Samael con una sonrisa burlona.

- ya quisieras...pero no, además ¿qué tal si ya tengo un amante?

- siempre estás en la casa, si tuvieran un amante no te quedarías ni en tus horas de descanso.

Neal chasquea la lengua, pues solamente quería molestar.

- ya verás, tendré uno muy guapo y millonario, hasta envidia me vas a tener.

Por qué seguramente el castaño solo estará sufriendo cuando Emily lo rechace, debido a que ya sabe de su existencia, tarde o temprano se encontrará con ella.

- tendría envidia si fuese una mujer, pero por un hombre, jamás.

Neal se pone de pie y se sube a la cama de Samael quedando cerca de él y apoya su mano sobre el pecho del castaño.

- ¿cómo sabes si no te gusta un hombre si nunca lo has intentado?

- ¿y como sabes que no te gustan las mujeres si nunca lo has intentado?

- nunca dije que no lo haya intentado y por eso estoy seguro.

Neal sonríe victorioso, mientras que Samael solo le aparta la mano.

- ve a dormir ya, mañ...

Samael ya no pudo decir nada más, pues sus labios fueron sellados por los labios del Azabache, eso había sido una gran sorpresa, pero si fuese cualquier otro le estaría volando la cabeza, pero con Neal algo se sentía diferente, ese beso no era para nada desagradable. Sostiene del hombro al azabache tratando de apartarlo, pero este se niega, por lo que el beso continúa, Samael lo corresponde lentamente, hasta irse profundizando; Neal cae sobre la cama y Samael encima de él, degustando de sus labios.

- Oye...jefe...despierta...despierta...

Samael abre los ojos de manera repentina y Neal no estaba bajo suyo, se sentía confundido hasta que le tocan el hombro.

- lamento despertarte de tu agradable sueño, pero tenemos que irnos.

Samael reacciona y Neal estaba parado ante él y le señala, Samael baja la vista, notando un bulto en la sábana, así que se cubre rápidamente con la sábana.

- t-tú y yo no...

- ¿eh?

Neal le mira extrañado, pero se levanta y se va al baño, no puede creer que haya tenido esa clase de nuevo y ni siquiera recuerda bien en que momento se quedó dormido. Eso no importa, lo que importa es ese maldito sueño y la reacción de su cuerpo.

- oye, no quiero interrumpir tu diversión, pero ya llegaron por nosotros.

Samael sale del baño ya calmado, pero le da una mirada de enojo a Neal, quien solo se extraña, supone esta de mal humor porque interrumpió su sueño. Ya en el auto, Samael ya estaba más despierto y sí, recuerda en que momento se quedó dormido, fue después de que Neal se durmiera, pensó en como podía dormir tan tranquilo y entre tanto pensar se durmió, toda esa plática de sus gustos, fue solo un sueño, pero era tan real, Samael mira con discreción a Neal, el chico era atractivo, de eso no hay duda, tenía una mirada feroz.

Su cuerpo, era delgado, pero no como para decir que era escuálido, recorre con la vista hasta fijar su mirada en sus piernas, lleva un pantalón ajustado, era fácil decir que tenía buenas piernas; sacude la cabeza y mejor dirige su vista hacía la ventana, no era momento de pensar en esas cosas.

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