capitulo 18: “ sentencia"

Como se le fue anunciado a los padres de Marian, Clara y Chloe debían ir a la corte imperial con sus hijas, aunque eran mayores de edad, necesitaría a un familiar para ser testigos sobre lo que estaban a punto de ser declarado.

Esto ocurre al día siguiente cuando fue descubierta la cocinera. Al ser notificado al emperador, se llenó de indignación al enterarse de que alguno de sus sirvientes fue fácilmente comprado para hacerle daño a su familia.

De inmediato, con una orden de arresto, se llevó a cada responsable. Los padres de Marian y Clara, como eran ministros de la corte, se interpusieron ante la acusación que se le daba.

— mi hija Marian sería incapaz de hacerle daño a su excelencia... Como podría sabiendo que su padre trabaja para el emperador...— el hombre furioso miró de reojo a su hija, que está desvía la mirada de culpa.

— tengo testigos que afirma que su hija junto con otras dos más, buscaron a los sirvientes de mi palacio con el fin de sus fechorías hacía mi familia.

— quisiera saber quién se atrevió a mentir. Debe de haber una investigación bajo esto, su majestad...

El emperador manda a llamar a un guardia y le ordena a susurro, luego dice.

— por supuesto que hubo una investigación y llegado a eso, pudimos saber quiénes fueron los responsables de esto— el emperador saca el frasco con el polvo, las tres chicas no evitaron ver ese objeto en manos de su majestad—... Pero es mejor que el testigo hablé.

El siguiente que entra era la cocinera con tres sirvientes más, que eran los cómplices. La mujer principalmente señala a Marian, declarando que fue ella quien la busco junto con la otras dos, pero la que dio el frasco y encomendó la misión fue Chloe. La albina negaba todo los hechos, más cuando encuentre otras pruebas, la deja muda, pues hallaron información de que ella había ido al mercado negro donde cosas prohibidas se podían encontrar.

He igual para ambas hijas de los ministros, al haber sido cómplice de ella pagarán las grandes consecuencias. El emperador ya había decidido su próxima declaración, así que da su siguiente sentencia.

— la guillotina...

— ¡Su majestad!... ¡No puede hacerle eso a mi hija!

— ¡Por favor, recapacite. Perdone la vida de Marian!... ¡Es una niña inmadura que no sabía que estaba haciendo con sus mala juntas!

Como Beatrice estaba del lado del emperador, ésta le susurra algo al oído de su majestad. Así que vuelve a decir.

— de acuerdo... Se le perdonará la vida a Marian y a Clara, a cambio, de que ustedes, sus padres sean despedido de mi corte y desterrados de estas tierras.

— p-pero...

— ¿Prefieren que le quiten las vidas a sus hijas?

Ambos ministros niegan rotundame la cabeza. Ahora han sido despedidos y exiliados de su país solo por salvar las vidas de sus hijas, que de seguro, ambas mujeres ya no serán más vista en la sociedad por tal vergüenza.

El siguiente caso era Chloe, siendo hija de unos simple marqués no podrían hacer nada, o pedir algo para que le perdonará la vida.

Beatrice cruza su mirada y chocar fuertemente con la de Chloe. La albina aún así, fruncía el ceño ante ella. Nuevamente, Beatrice le susurra al emperador.

— ¿Segura?— ella asiente—... De acuerdo, Chloe Williams, será llevada a cadena perpetua dentro de la torre eterna.

Los ojos de Chloe se asombraron de tal manera que de inmediato se acerca más hacia las escaleras del trono, es cuando los guardias la detiene.

— ¡Emperador!... ¡Prefiero la guillotina antes que ir a esa torre!... ¡Mateme si es posible pero no quiero ir para allá!

— no tienes derecho en pedir tal cosa, será castigada como te lo mereces, pues dañar a mi familia y querer tal cosa como ser la concubina, es algo inaceptable... Llevénsela.

¿Que era la torre eterna?... Pues nada más solo era una celda situada en lo más alto de este castillo, fría y húmeda, llena de moho y ratas, a parte, de que crea tus peores pesadillas cuando tratas de dormir ahí, por eso, muchos que han pasado por ese lugar no duran por el sufrimiento que ese sitio le crea.

Chloe quién era llevada a la fuerza, forcejea contra los dos guardias que la llevaba a arrastras. Ella lloraba y se gira hacia su padres, pidiéndole que la salvarán de su destino, más ellos desvían sus miradas porque no podía con tal deshoras. Ella no sabía que sentir en estos momentos más que la desesperación.

Al ya no ver más sus rostro, Beatrice suspira levemente.

Fue un juicio rápido porque las pruebas fueron más que evidentes, tampoco el emperador sé negó a mis peticiones. Espero que con eso las otras mujeres que tenía una absurda guerra conmigo al ser la esposa de Alejandro se alejen, que yo no pienso tener algún problema en quitarla del camino. Bueno, dudo mucho que otra se atreva... ¿Que?... Veo todo borroso, Alejandro me decía algo pero no lo podía oír.

— Beatrice... ¿Estas bien?— preguntó Alejandro.

— si... Yo-...— la mujer se balances hacia delante a punto de caerse. De inmediato Alejandro la había agarrado en el aire.

— ¡Beatrice!...— agitando el cuerpo de su esposa, no respondía y tampoco abría los ojos— ¡BEATRICE!

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