¡Detente!

Taylor iba en el auto de uno de sus compañeros de trabajo. La música que sonaba era agradable, y mientras el auto avanzaba, ellos platicaban de cosas interesantes sobre el hospital, hasta que Michel, su compañero, hizo una pregunta que lo tomó por sorpresa.

—¿Estás interesado en alguien?

Inevitablemente sus mejillas tomaron color, pues no podía negar que sí tenía interés en su vecino, pero no estaba seguro de qué tipo de interés era realmente.

—¿Por qué preguntas eso?

—Hmm, pues últimamente has estado de muy buen humor. Desde que pasó... bueno, lo de Matthew, a pesar de que siempre te mostrabas alegre, en tus ojos veía que era una fachada, sin embargo, ahora pareces genuinamente feliz.

Taylor se quedó callado por un momento. Era verdad, habían pasado casi dos años desde que tuvo una pareja, y aunque siempre sonreía y parecía muy animado y alegre, en el fondo aún sentía dolor y vacío, pero desde que conoció a Jake, ese dolor y vacío se habían dispersado lentamente que casi ya era imperceptible.

—No sé si me interesa alguien en un sentido amoroso, pero sí puedo confesar que cuando estoy a su lado, me siento feliz, a pesar de que él no me quiera cerca.

—¿De qué hablas?

—Al parecer él perdió a alguien muy importante hace poco, y me dijo que yo se lo recordaba. Puedo ver en sus ojos el dolor que le causa tenerme cerca, y por eso estoy pensando en alejarme definitivamente... No creo poder soportar esa expresión dolida cada vez que me mira, y por eso no creo que sea buena idea seguir tratando de acercarme, ni siquiera como simples conocidos.

—Vaya, parece ser algo muy complicado... pero sé honesto Tay, ¿Te gusta ese hombre?

Nuevamente hubo un momento de silencio, pues tal como había dicho antes, no sabía qué tipo de interés tenía realmente, aunque podía decir que Jake era bastante atractivo, tenía unos ojos levemente rasgados de color gris que eran adornados por largas pestañas oscuras, además, le encantaba el tono pálido de su piel y lo hermoso que contrastaba con su cabello levemente largo azabache. También podía destacar que era muy alto y que tenía un cuerpo muy bien trabajado gracias al ejercicio; su rostro era varonil, pero al mismo tiempo tenía facciones finas y delicadas, tal como esa nariz respingada y labios delgados de color rosado.

—¿Tay?— le llamó Michael, pues se dió cuenta de que tenía la mirada perdida.

—¿Qué?

—¿Pensabas en él?

—¡Claro que no!

—Oh, vamos, sabes que es verdad.

—Yo no...

—¿Tay?

Sus palabras se vieron interrumpidas cuando de pronto pasaron frente a una calle poco transitada, y Taylor vio como unos tipos tenían tirado a un chico sobre el suelo y lo estaban golpeando brutalmente.

—¡Detente!— gritó de forma repentina jalando el brazo de Michael, por lo que casi hace que pierda del control del vehículo.

—¡Mierda! ¡Tay!— exclamó asustado mientras giraba el volante para recuperar el control, y entonces frenó abruptamente haciendo rechinar los neumáticos— Pero qué...

Sin embargo, apenas el auto estuvo detenido, Taylor bajó corriendo y se dirigió hacia aquel alboroto.

—¡Déjenlo!— exigió a los tipos, los cuales le miraron con molestia, pero al menos se habían detenido.

—¿Qué pasa? ¿También quieres que te golpeemos?

—Llamé a la policía, y ya no van a tardar en llegar, así que será mejor que corran, malditas ratas, vayan a su escondite si no quieren que los atrapen.

—¿Qué carajos dijiste?— bramó uno de ellos acercándose peligrosamente, pero fue detenido por el hombre que parecía ser el cabecilla.

—¡Alto!... ya fue suficiente de esta mierda, vámonos de aquí. No sabemos si realmente viene la policía.

—Tch— tronó la lengua, pero al final se dió media vuelta y salió corriendo junto con los demás hombres.

—Oye, ¿estás bien?— preguntó Taylor agachándose hasta poder ver mejor al chico en el suelo, y fue entonces que finalmente se dió cuenta de que aquel sujeto lleno de sangre y heridas, era Jake, su vecino.

—No puede ser.

—¡Tay! ¡¿Estás bien?!

—¡Mich! ¡Ayúdame!— le pidió a su compañero, quien se acercó inmediatamente corriendo, y al ver estado en que se encontraba aquel joven, no dudó ni un segundo en ayudarlo.

—No podemos moverlo Tay, por el momento solo podemos ver que el chico no deje de respirar. Tú encárgate de eso y yo llamaré a la ambulancia.

—Bien, apresúrate— Taylor se quedó a lado e Jake, mirándolo con angustia, pues tenía demasiadas heridas y no sabía qué tal fuerte lo habían golpeado, pues en ese instante estaba inconsciente— Hey, oye Jake, resiste, ¿si? por favor, resiste.

—La ambulancia ya viene. ¿Cómo está él?

—No estoy seguro Mich, pero podría tener huesos rotos, fracturas quizá, además de que los golpes pudieron hacer algún daño interno.

Al ver la expresión de angustia en Taylor, y la manera en que acariciaba delicadamente su cabello, casi con las yemas de los dedos, Michael dedujo que lo conocía.

—Es él, ¿no?

—¿Qué?

—Es él, el tipo que dijiste hace un rato.

Taylor iba a responder, pero en ese momento se escuchó la sirena de la ambulancia, por lo que decidió concentrarse en ello. Los paramédicos actuaron inmediatamente y lo subieron a la camilla en un tiempo récord.

—Me iré con él.

—Está bien, nos vemos en el hospital.

Taylor subió a la ambulancia y pudo observar lo que hacían los paramédicos para ayudar a Jake, sin embargo, este no reaccionaba, pero si pudo escuchar balbuceos, decía cosas que no llegaba a comprender, y cuando una lágrima brotó de su ojo derecho, se imaginó que algo malo o triste pasaba por su mente.

—Vamos amigo... Resiste — le habló varias veces, con la esperanza de que abriera los ojos, pero él permanecía en el mismo estado— vamos, resiste.

Al llegar al hospital, rápidamente fue llevado a urgencias, sus heridas eran graves y necesitaba ser atendido con inmediatez.

[...]

Las horas pasaron y Taylor se encontraba sentado en la sala de espera junto a Michael.

—Tay— le llamó Sarah, una enfermera que conocía del hospital— El muchacho ya está estable.

Al escuchar eso, Taylor la miró.un tanto aliviado, aunque la preocupación seguía latente.

—¿Puedo verlo, Sarah?

—Sí, el chico ya está despierto, así que tal vez puedas hablar con él.

—Gracias.

—Bueno Tay, yo me voy ya, mañana será un día pesado y tengo que preparar cosas.

—Está bien Mich, gracias por acompañarme.

—Hmm. Nos vemos, nos vemos Sarah.

—Adiós Michael, descansa.

El chico de tez morena se alejó, y Taylor finalmente caminó junto a Sarah, hasta llegar a la habitación de aquel chico de piel pálida. Al inicio dudó un poco sobre si debía entrar o no, después de todo, sabía que no le agradaba mucho a Jake, pero la necesidad de saber su estado, lo hizo abrir finalmente la puerta y en cuando cruzó, la mirada penetrante del azabache se posó en él, haciéndolo sentir intimidado.

—Hola— le saludó, pero él no le respondió —¿Cómo te sientes?

—¿Tú me trajiste?— fue lo que contestó y Taylor sólo asintió, pero por alguna razón aquella pregunta sonaba como queja— ¿Por qué?

—¿Eh? Bueno... estabas herido y yo...

—Porqué— repitió, pero está vez con lágrimas empezando a escurrir por sus mejillas, dejándolo confundido — ¿Por qué no me dejaste morir?

El cuerpo de Taylor se congeló ante aquella pregunta. ¿Dejarlo morir? por su puesto que no haría tal cosa, pero ahora sentía como si hubiera hecho algo malo.

—¿Por qué haría eso? ¿Por qué te dejaría morir?

—¿No ves que sólo quiero acabar con el dolor de una vez? ¡¿A caso nadie lo entiende?!— gritó entre sollozos, y fue en ese momento que Taylor lo  comprendió todo... lo que había pasado, no fue un accidente, no fue culpa de esos tipos, él mismo lo estuvo buscando. Provocarlos para que le golpearan hasta ese punto era algo que no lograba entender.

Pero Taylor se juró que aunque fuera entrometido, aunque fuera odiado, él no lo iba a permitir, no dejaría que Jake lo hiciera... No podía simplemente ser un cobarde y dejarse caer... No, él lo haría cambiar de parecer.

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