En la disco

Claro que no, ¿no entiendo porque la prefieres más a ella que a mí?

- no es eso amor, mi padre me está obligando, ¿crees que me gusta estar con una discapacitada?

- pero, ¿porque tu padre te está obligando?, yo también tengo dinero.

- si amor, pero la familia de Hanna tiene más, si me caso con ella, todo su dinero será mío y podremos casarnos en cuanto me divorcie.

- ni creas que te esperaré, es mejor que te decidas, ¿ella o yo?

- no me pongas en esta amor.

- ya te dije, si te decides por mí, mañana te espero en el hotel de siempre y en la misma habitación y gracias por tu regalo, está muy hermoso el anillo.

Cristal dejo a Enrique solo y siguió celebrando con sus invitados, Enrique estaba pensativo, él amaba a Cristal y si se decidía por ella su padre no se lo perdonaría.

- Es mi vida, no la de mi padre, tomaré mis propias decisiones.

Aida grabó todo, pero no quiso enseñárselo a Hanna, ya que le dolería la manera en como Enrique se expresaba de ella.

Al día siguiente, Hanna había quedado con Aida de ir a la discoteca, ella casi nunca se maquillaba, le gustaba lucir natural, en eso que buscaba la ropa que se pondría, sono su celular.

📱hola

📱hola Hanna, te habla Cristal, era para decirte que tu novio y yo nos veremos dentro de una hora en el hotel Solans Riviera, la habitación es la 112, no faltes, dejaré la puerta abierta para que escuches todo lo que hacemos, ya que no puedes ver.

Cristal cerró la llamada, ella estaba segura de que Enrique se decidiría por ella,

Aida llamó a Hanna preguntándole que se pondría para ir a la discoteca, Hanna le contó lo que estaba pasando y Aida se molestó.

- ¿qué harás amiga?, ¿vas a ir?

- No sé si tenga el valor, pero si me acompañas iré.

- bien, ya voy a recogerte.

Aida demoró menos de veinte minutos y recogió a Hanna.

- ¿qué harás si te das cuenta de que te está engañando?

- Si confirmo que es verdad, me acostaré con el primer hombre que me lo proponga.

- jajaja, ¿es en serio Hanna?

- Si amiga, es en serio

- estás bien loca, pongámonos en marcha.

Llegaron al lugar y ya habían pasado doce minutos, Hanna nerviosa se acercó con Aida a la habitación 112, efectivamente la puerta estaba sin seguro.

Hanna y Aida entraron sigilosamente y escuchaban los gemidos de Cristal

- dime qué me amas Enrique, dímelo

- te amo mami, te amo

- ¿más que a la cieguita?

- mucho más que a la ciega, tu eres mi verdadero amor Cristal, no amo ni un poquito a la discapacitada.

- ohh si papi así.

Hanna no podía creer lo que estaba escuchando, se canso y aplaudió.

Enrique al darse cuenta de que alguien estaba aplaudiendo miro hacía esa dirección.

- Hanna, ¿cómo llegastes hasta aqui?

- tu amorcito me llamo y me dió la dirección, pero no te preocupes, puedes seguir revolcandote con ella, a fin y a cabo, soy una discapacitada como tú dices. Vámonos Aida no tenemos nada que hacer aquí.

- está bien vete, tarde o temprano te ibas a dar cuenta, mejor ahora que después. Dijo Enrique

- ven amor sigamos en lo nuestro.

Hanna salió de la habitación con lágrimas en los ojos, Aida la estaba consolando pero ella no dejaba de llorar.

- no digas que me lo dijistes porfavor.

- no lo diré amiga

Aida la abrazo y lloraron juntas por un rato.

- Aida, ¿crees que alguien se interese en una ciega como yo?

- claro amiga, eres hermosa, cualquiera que te viera no pensaría que estás ciega, hasta yo dudo a veces de ti.

- me operaré Amiga y volveré a ver, nunca nadie me volverá a humillar de esta manera.

- así será, pero ahora iremos a arreglarnos porque nos iremos de fiesta, recuerda que prometiste algo.

- nooo, solo lo dije porque pensé que Enrique no me fallaría así.

- promesa es promesa, además tienes veintidós años, ya es hora de que pruebes lo que es bueno.

- tú tampoco has probado lo que es bueno

- entonces lo probaremos las dos jajajaja

Aida maquilló a Hanna y le busco la ropa que se pondría, en media hora las dos estaban listas, Hanna no quería salir, le dolían las palabras de Enrique.

- Vamos Hanna la pasaremos bien

- vamos

Al llegar a la discoteca, Hanna y Aida bebieron hasta decir no más, Marcus y Joseph se encontraban en el área VIP, ellos habían viajado hasta allá para celebrar el cumpleaños de uno de sus amigos.

Eduardo es un hombre que le gusta mucho divertirse, sus dos amigos Joseph y Marcus vivían en Estados Unidos, cómo trabajaban demasiado, les estuvo pidiendo que lo visitaran para celebrar su cumpleaños, Joseph y Marcus aceptaron, querían tomarse unas pequeñas vacaciones.

Al llegar a Argentina fueron bien recibidos, celebrarían el cumpleaños de Eduardo en la sala VIP de la discoteca.

- amigos, gracias por venir de tan lejos a celebrar mi cumpleaños, los quiero mucho

- No ha sido nada, necesitábamos unas vacaciones.

- ¿porque no toman?, contrataré mujeres para que estén con nosotros, ¿les gusta la idea?

- No gracias amigo, no hay necesidad de eso.

- mmmm, hoy tienen que dejar de ser tan aburridos, es más, yo mismo iré a buscarles un trago, ¿no me despreciaran verdad?

- hermano es su cumpleaños, podemos divertirnos a lo grande. Dijo Joseph.

- está bien, tomaremos contigo.

- gracias amigos, hasta el amanecer.

- hasta el amanecer.

Estuvieron bebiendo y riendo, ya estaban bien borrachos, vieron a dos mujeres que estaban bailando juntas, les parecieron hermosas y las sacaron a bailar, Marcus bailo con Hanna y Joseph con Aida.

Hanna se sentía tan libre que abrazo a Marcus en todo momento, él nisiquiera se había dado cuenta porque lo abrazaba de esa manera

- no se ha dado cuenta de que mi amiga es ciega, no le diré nada.

Aida no le dijo que Hanna era ciega, esa noche ellas cometerían una locura,

Joseph le dijo a Aida que si podían ir a un lugar más privado y ella dijo que sí.

- está bien vamos, pero los cuatro, mi amiga puede estar con tu amigo.

- no es mi amigo, es mi hermano.

- mucho mejor, ella también es mi hermana.

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