Pasamos al comer, yo iba agarrada de la mano de don Máximo, no podía negar lo feliz que estaba de verle la cara de idiota a ese infeliz, poco hombre.
-me contó max, que estabas algo enferma, como te has sentido.
-muy bien Don máximo, y ahora que está usted aqui, me siento mucho mejor.- dije esbozando una sonrisa sincera.
-debo decir, que me sorprende que mi hijo me allá invitado a su casa, durante estos 5 años jamás supe donde vivía.- ví como sus ojos se llenaban de nostalgia-
-gracias por convencerlo, no es fácil que el y yo llevemos una relación amena.
-no me agradezca, queria compensarle el almuerzo de la otra vez- sabía que no era del todo cierto, pero en parte si quería compensarle su atención.
-no tienes porque, mi querida dama, para mí es un honor, yo solo quiero a alguien que quiera a mi hijo de verdad, no viviré para siempre y no quiero que el se quede solo.
no supe que responder, después de todo esto era un farsa, así que solo sonreí.
nos sentamos a comer, Maximiliano se sentó a mi lado, su padre en el centro y en frente de nosotros estaba Ignacio.
-te ves muy bien, Victoria- me halago.
-cuida tus pensamientos sobre mi mujer- bromeó Maximiliano.
no podía entender, porque la relación de Maximiliano con Ignacio, era más sincera y natural que con el otro tarado, quizás se debía a que Ignacio no se veía para nada ambicioso, el infundia un aire de confianza y armonía.
-veo que alguien ha dado las instrucciones correctas en la cocina para complacerme- dijo Don máximo al ver los platos servidos.
-digamos que estuve averiguando un poco- dije sonrojandome.
-este era una de los platos que Marina, me cocinaba en nuestro aniversario- dijo con nostalgia.
-lo siento, no sabía que era por esa razón...
-esta bien querida, me acabas de hacer el hombre más feliz al recordé a mi amada esposa.
-pero max, no come está exquisitez.- dijo muy objetivo y atento por su hijo.
-lo se, por eso yo misma le prepare una comida especial.
apenas Ignacio miro el platillo de Maximiliano, hizo puchero porque él también quería comer lo mismo, todos reímos y ordenamos para que Ignacio también cenara lo mismo.
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Samuel.
espere que Maximiliano estuviera lo suficientemente lejos para poder hablar tranquilamente con mi madre, si es que podía calmarme primero.
-que diablos hace esa mujer aquí?- dijo mi madre indignada.
-se tanto como tú.... pero no me gusta nada.
-a mi tampoco, es un peligro Samuel, esa mujer ya sabe que Luis Fernando jamás existio- dijo mi madre con histeria
-sera que también sabe que Maximiliano, fue el hombre con el que durmió?
-no lo sé madre- le dije con impaciencia, pero buscarémos la manera de manipularla a nuestro favor, ella no puede estar con el.
-pero ve el lado positivo Sam, si ella está con el, podrás seguir tu vida con Amaia.
-no, no lo entiendes madre.
-que no entiendo.- dijo confundida.
-victoria es mía, y de nadie más
me había casado con Amaia para tener mi propia empresa, desvincularme de mi padre por si Maximiliano quería sacarme a patadas de la compañia cuando el fuera dueño. además de que sabía que al casarme con Amaia le estaría dando en su hombría, porque ella le.habia Sido infiel conmigo y ahora era mi esposa.
pero jamás se me ocurrió que conocería a Victoria, y yo no era de los que sabían perder, esa mujer la había conseguido yo, la había respetado, y aunque me molestó que se haya acostado con el, ella seguía siendo mía, y no iba a dejarsela a nadie mucho menos a Maximiliano.
-que pretendes hacer - dijo mi madre preocupada por la situación
-ya veremos madre, pero victoria será mío o no será de nadie.
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MAXIMILIANO
estábamos hablando trivialidades, sobre victoria y mi padre, incluso Ignacio se unió, se sentía realmente una familia, no entendía porque no había invitado a mi padre antes, y de pronto hizo aparición adelaida y Samuel, y caí en la realidad de que ellos era la razón.
-y se arruinó la noche- susurre.
mi padre pudo oírme y me lanzó una mirada de disgusto.
-lamentamos la tardanza es que Samuel no se siente muy bien.- se excuso la sinvergüenza mayor.
-no hay problema, siéntense y coman - dijo victoria.
pude observar que mi madrastra veía la comida con desagrado y desconfianza, lo que me hizo hervir la sangre.
-no hay veneno en ella, no sería tan idiota de matarlos en mi casa, el escándalo no me hace bien, y los policías haciendo desorden por todos lados, no es mi estilo.- no mire a mi padre porque sabía que me quería matar.
-no sé ofenda, señora adela, como dijo mi esposo no le he hechado veneno a la comida.
Samuel estaba tomando agua, y en el acto la escupió
-esposo?- dijo sorprendido- pensé que apenas se habían comprometido!
-si, es una larga historia, pero hoy no la vamos a compartir.- dijo victoria forzando una sonrisa.
-asi que ya se casaron! vaya que no pierdes tiempo, sabías que era rico y por eso te lanzaste a sus brazos- dijo adelaida con reproche y molestia en su voz
-señora Adela, le exijo por favor más respeto, usted apenas me acaba de conocer- le dijo victoria con autoridad.
-es adelaida - respondió con los dientes apretados.
-ya mujer, suficiente, respeta a la dama.- le reprendio mi padre
-yo solo cuido el patrimonio de la familia cariño, tus hijos pueden estar casándose con cualquiera, no sabemos sus intenciones.- se excuso está.
-me temo, que voy a exigirle respeto hacia mi mujer, señora, no se le olvide que está es mi casa, y que usted es una simple invitada, así que no le permito que venga a ofendernos- dije tratando de mantener la calma para no echarla a patadas.
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VICTORIA
-de verdad que esta mujer si es cínica, ahora sí piensa que soy una interesada.- pensé
-por favor máximo, solo estoy cuidando a nuestros hijos de mujerzuelas interesadas.- dijo con desprecio refiriéndose a mi.
-ahora si soy una mujerzuela interesada, pero mientras su hijo salía conmigo y me mentia usted aplaudía fervientemente.- grite en mi cabeza.
abrí la boca para responder pero ya Maximiliano la estaba poniendo en su lugar.
-señora, le pido que cuide su lengua, no le voy a permitir que le falte el respeto a mi esposa, si quiere cuidar a alguien cuide a su hijo, que si a usted se le olvidó es el que tiene sentado justo a su lado, porque yo no soy hijo de usted.
se volteo hacia su padre, con cara de molestia.
-si no le pones límites a tu mujer se los voy a poner yo.
don máximo lo vio y asíntio.
-aprende a cerrar tu maldita boca mujer, no hagas que sea yo quien pierda la paciencia.
-pero si es una recién llegada- se defendió.
-madre, ya basta- le susurro Samuel.
-tu también vas a ponerte en mi contra- le dijo ofendida.
-maldita sea adelaida, por una puta vez en tu vida, no arruines mi noche, ve y dile a Lorenzo que te lleve a la casa.
-pero.... pero....
-ya te dije que te largaras, no permitiré que dañes la cena que victoria me preparo.
yo la miré con suficiencia, mientras ella se levantaba, y esperaba que Samuel la siguiera pero este ni la miro.
-y si tú también vas a incomodar, es mejor que sigas a tu madre- le advirtió don máximo a Samuel
-yo no voy a incomodar padre, me quédare para conocer a mi nueva cuñada- dijo en tono de burla.
-mi amor, deberías traer el pastel.- le dije muy amablemente a mi esposo
-hay pastel?- dijo don máximo feliz.
-si, lo hizo victoria especialmente para ti papá.- dijo Maximiliano con orgullo.
Leila trajo una rebanada de pastel para cada uno, pero Maximiliano tomo el mío y comenzó a darmelo en la boca.
sabía que lo hacia para provocar a Samuel, pero no pude evitar sonrojarme por el gesto.
-se ven tan enamorados.- dijo Ignacio.
lo que hizo que Samuel se ahogara de nuevo con el vino.
después de finalizar la cena, estábamos todos en el salón principal para despedirnos.
-nicolas, los llevará padre- le informo Maximiliano mientras se situaba junto a mi y me tomaba por la cintura.
don máximo río por el gesto de Maximiliano.
-la comida estuvo divina hija, y el pastel ni se diga, tenía años que no sabia lo que era cenar de verdad.
-me alegro que le haya gustado suegrito querido- le dije dándole un beso en la mejilla.
-espero poder repetirlo- dijo pero al segundo se arrepintió de haberlo dicho
-trateremos de invitarte más seguido - dijo Maximiliano de forma casual.
-fue un gusto dijo Ignacio - apretando la mano de max y dándome un beso en la mejilla.
-fue un verdadero placer verte- dijo Samuel mientras me daba un beso en la mejilla
-tu y yo tenemos que hablar- me susurro al oído y volvió a su lugar.
-hasta luego- los despedí mientras me giraba para abrazar el hombro de Maximiliano, sentí como su cuerpo se tenso al roce de mi cuerpo.
el me miró un segundo y me dió un casto beso en los labios, haciendo que todo a mi alrededor se disipará en un instante.
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Updated 50 Episodes
Comments
Tere Jimenez
si pero pon un alto por favor escritora no dejes que les pase nada malo
2025-02-27
0
Aleidy Broccolo
Ahora Samuel y la mamá van a planear algo para destruir a victoria y a max
2024-12-16
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Elsaurrego roman
por favor no abusos en contra de la protagonista
2025-03-22
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