Capitulo 4

Me levante para acomodar todo lo que habia movido del cuarto del servicio. El padre de Samuel me cedió el paso para poder llevarme a casa.

Me subi a su auto, enseguida acelero.

El hombre se seguridad se acerco al padre de samuel.

Hombre: Señor, el joven salió a toda prisa.

Padre: Me imagino. Ahora le llamo.

Fije mi mirada en el camino, era completo silencio mientras me llevaba en mi casa. No tenia nada mas que decir, además no sabia que tanto habían hablado ellos mientras no estuve presente.

Llegamos a la puerta de mi casa.

- Renata!

- Si?

- Samuel, no sabe lo que quiere aun, no trates de confundirlo mas de lo que ya esta. Lo mejor es que no regreses a la casa.

- Su esposa mañana me pidió que fuera al servicio de la reunión de mañana, pero si usted gusta le diré a mi madre que vaya otra persona.

- MMM, si mi esposa te dijo que vayas entonces ve, solo que trata de no acercarte a Samuel.

- No se preocupe.

Me baje del auto, miré mientras se marchaba, jamás pensé que su padre de Samuel me pidiera que me mantuviera alejada de su hijo, en mi entender me quieren fuera de la vida de su hijo y le entiendo.

Entre a mi casa, mirando que mi madre estaba sentada en el sillon, me imagino que ya le habían informado lo que paso.

- Estas bien hija?

Negue con la cabeza, sentia que si hablaba nuevamente terminaría en lagrimas y lo que menos quería era darle mas preocupación a mi madre.

- Ven hija.

Negue con la cabeza mientras me mordía el labio inferior para no soltar ni una sola lagrima, pero fue inevitable cuando mi madre se levantó y me rodeó con sus brazos, le respondi de la misma manera, empezando a llorar.

- Mi cielo, sabia que tarde que temprano esta relación terminaría de esta manera.

- No es justo mamá.

- Lo sé, pero cuando dos personas son de diferente nivel social, muchas veces esto pasa.

- No lo digo por mi. Hubieras visto como me defendió Samuel, no hay palabras.

Mi madre me atrajo para mi habitación haciendo que me recostara con ella a mi lado.

- La vida mi querida Renata no siempre es justa. Unos pueden ser felices otros no, unos tiene dinero otros no, pero siempre tienes que poner ante todo tu dignidad y demostrar que jamás, me oyes jamás seras menos que nadie. Que la señorita Lucrecia se cree la superioridad andante bueno, eso es otra cosa.

Sonreí cuando mi madre hablaba de la señorita Lucrecia. Ella lo tenia todo, belleza, dinero, un hombre que a pesar que se marcho le dio su lugar cuando Samuel la empujó, pero aun asi siento que la señorita nunca entenderá la postura de Samuel.

- Renata, como te dije, vienen tiempos donde conoceras a mas hombres, quizá Samuel te duele por ser tu primer amor pero creeme hija que si Dios te tiene destinada para Samuel ahí estará cuando menos te lo piensas.

- Lo quiero mamá, él me aceptó por lo que soy no por lo que tengo. Se ha enfrentado a su familia por mi.

- Quiza él igual te ve como lo único que pueda tener en la vida. Pero él estudiará lejos, conocera chicas igual y a lo mejor termine peor la situación, al menos tomaste la decisión de dejarlo aunque siento hija que no era la manera.

- Lo sé mamá. Mañana en la fiesta hablaré con él para que pueda estar tranquilo.

- Descansa mi amor.

Mi madre se levanto, la miraba algo agotada, si era cierto esta enfermedad la empezaba a consumir tendría que esforzarme mas, el préstamo que nos harian se los tendría que devolver lo mas pronto posible a esa familia para que mi madre no pueda tener que seguir aguantando las humillaciones de la tal Lucrecia.

Me puse de frente mirando el techo, sabia que este dolor con el tiempo pasaria, quizá a mis 15 años era una niña y sé que lo soy pero en el corazón no se manda, como mi madre me dice a lo mejor es la ilusión del primer amor, pero Samuel siempre ha sido tan lindo conmigo.

Tome mi móvil marcándole… Tome un gran suspiro al mirar que no tomaba la llamada, debe seguir aun molesto conmigo. Me quedé dormida.

No pasó mucho tiempo cuando empecé a escuchar grandes golpes en la puerta.

Me levante de prisa casi cayendo de la cama…

- Renata no te muevas a de aquí!

- Que pasa mamá.

- No lo sé.

- Dejame ver mamá.

Sali de mi habitación y mi madre iba tras de mi, las dos brincamos del susto cuando de nuevo escuchamos los golpes, mi madre se metió al baño tomando un palo de escoba por si alguien estaba intentando abrir la puerta…

- Mamá quédate aquí.

- Renata ven! Ven aquí!

Me acerque a la ventana, rodee mis ojos tomando un fuerte suspiro llevando mi mano a mi corazón.

Me acerque a la puerta.

- RENATA SE QUE ESTAS DETRÁS DE LA PUERTA!

Negue con la cabeza abriendo la puerta, en seguida sentí los brazos de Samuel rodeando mi cuerpo, tenia olor a trago.

- Mira como estas?

- No me importa!

Madre: Samuel, pero que haces aquí?

Samuel: Disculpe la hora señora, no podía regresar a mi casa sin hablar con Renata y con usted!

- Samuel, ya es tarde.

Madre: Renata, quizá mañana no tengas otra oportunidad de hablar con él.

Tome un gran respiro cerrando la puerta.

- Te escucho.

Mi madre aun con el palo de escoba en mano se sento en el sillon, mi madre solo nos miraba con ternura dos chiquillos sufriendo por amor.

- No quiero terminar asi, te Amo Renata, eres la única mujer que esta en mi cabeza, no pienso dejarte ir solo asi por que si.

- Samuel, tus padres no lo permitirán, mucho menos tu hermana.

- LUCRECIA QUE SE VAYA AL DEMONIO.

- Samuel, sé que ahora los dos estamos confundidos.

- Confundidos de que? Acaso no me amas?

- Sabes que si, pero el amor no basta.

- Que quieres decir!

Madre: Haber chicos, creo que están precipitándose, pero creo que deben saber lo que realmente quieren. Samuel, mi hija aun es una niña, tiene 15 años y estoy segura que la vida les pondrá muchas pruebas y esta es una de ellas, sin embargo creo que deben darse un tiempo mientras tus padres reconcideran que no pueden manejar tu vida. Ademas Renata esta al margen de lo que le pueda dar.

- Señora si es por dinero yo vería la forma, tengo mi herencia, no necesito nada de mis padres, gracias al cielo mi abuelo era un buen hombre y se cercioró que siempre tenga mi propio dinero sin tener que contar con mis padres.

- Aun asi, no es por dinero, Renata aun tiene que seguir estudiando, tú iras a la universidad y eso cariño será otra prueba. Como le dije a ella, si su destino es para que ustedes esten juntos lo estarán pero no forcen las cosas.

Renata: Samuel, yo te quiero mucho y la decisión de terminar contigo fue realmente por que sabia que tus padres no me iban aceptar, mira como se pusieron.

- Renata hagamos una cosa. Claro si estas de acuerdo. Sigamos siendo novios y ya si mis padres no lo logran aceptar ya será problema de ellos, sabes mejor que nadie que nunca me ha importado lo que los demás piensen. Durante este tiempo de vacaciones estemos juntos y ya cuando este cercano que me vaya entonces tomaremos una decisión.

Mi madre, se limpió las lagrimas que le habían caido por las mejillas. Sonreí asintiendo con la cabeza.

- Esta bien.

- Se que se puedo amor a distancia.

Me acerque abrazando con gran fuerza a Samuel, para después juntar nuestros labios.

- Mañana tendré que ir a cubrir el evento de tu adorada hermana.

- Bueno te buscaré. Te amo pequeña no lo olvides.

Se levanto mas tranquilo cuando salió mandándome un beso volado y lo atrape llevando mi mano en mi corazón.

Lo cierto es que eso es lo que siempre me ha gustado de Samuel, un hombre totalmente sencillo y demasiado tierno, era imposible que mi corazón no latiera por cada una de sus acciones.