CAPÍTULO. 14 TOCAR EL CIELO

Ricardo llegó a su mansión, dónde lo esperaba Oriana muy impaciente, no paraba de caminar de un lado a otro, hasta que esté le hablo.

*Oriana, te puedes calmar vas hacer un hoyo en el piso* dijo Ricardo aflojando el nudo de su corbata.

*Ricardo como quieres que me encuentre, como quieres que esté tan calmada, Arnoldo está feliz, y yo pensando en que Aron me odiara* dijo Oriana colocando sus dos manos en su rostro para soltar sus lágrimas.

*Ori, ven, (dando palmadas al sofá) siéntate aquí, (ella le hizo caso) sabes ah Aron lo quiero, lo amo, lo adoro, lo crié como si fuese mi hijo, incluso para mí el es y seguirá siendo mi hijo, así no lleve mi sangre, pero yo estuve en todo momento con el, se que a pesar de todo, si hablamos con el y le contamos la verdad se que lo conprendera, no sientas que nos va a odiar, solo debemos ser sinceros* dice Ricardo para apretar las manos de Oriana en símbolo de apoyo

*Cariño, sabes que lo que hicimos no fue por maldad, solo nos apoyamos mutuamente ante nuestro dolor* dijo oriana secando sus lágrimas

*Claro, claro que sí, y hasta papá está conciente de eso, pero sabes que nuestra piedra en el zapato no nos ha dejado ser feliz, pero pienso que con la aparición de Anabel, el conocer a mi hija a si ella no lo sepa, esto es el inicio de que todo cambiará y se que será para una mejora* dijo Ricardo para levantar el ánimo de Oriana aunque muy en el fondo tenía mucho miedo de que Janny les hiciera daño.

*Esa bruja Ricardo, esa bruja espero que no le haga daño a mi bebé* dijo Oriana preocupada

*Tranquila eso no pasará, papá está buscando ayuda para que esa mujer deje de lastimarnos, antes solo se iba de viaje pero ahora que escucho que el amor de su juventud es la abuela de Renata, está dispuesto a luchar, por fin veo en sus ojos un brillo especial, por fin puedo ver sus ganas de vivir* dijo Ricardo

*Espérame ahí, como que el amor de tu padre es la abuela de tu hija?, pero ...... joder esto es confuso* Pregunto Oriana.

*Cariño cuando papá era joven se enamoró de Eda la abuela de mi hija, resulta que ellos los separaron y papá se casó con Janny y la señora Eda con otro hombre, pero es tan grande la coincidencia que yo me enamore de la hija de la mujer que siempre amo mi padre osea Eda, claro Anabel no es mi hermana si eso es lo que te preocupa, solo que es como si estamos destinados a las mujeres de esa familia, mira nuestro Aron esta enamorado de mi hija Renata* dijo Ricardo soltando un suspiro

*Por Dios, esto es una locura, si no le decimos ah Aron que ella realmente no es su hermana, pueden sufrir mucho, y realmente están enamorados, por cómo lo veo salir todas las mañanas, jamás lo había visto tan feliz* dijo Oriana.

*Lo resolveremos, ya verás, (mirando su reloj) te dejo Oriana solo quería contarte un poco las cosas, se que estás nerviosa pero Cálmate, me iré a la clínica, quiero hablar con Anabel* dijo Ricardo.

*Ricardo, lucha, lucha por el amor de tu vida, quiero que seas feliz al lado de la mujer que has amado todo este tiempo, así como me ayudaste a mi a ser feliz* le dijo Oriana dedicándole una sonrisa.

Por otro lado en la clínica Anabel y Renata estaban sentadas en un sofá de la habitación que habían destinado para la señora Eda, aunque está de encontrará en cuidados intensivos, las mujeres podían estar allí sin problemas, por mandato de Don Roberto, ya era un poco tarde hasta que Anabel hablo.

*Hija, ya estoy mas cómoda y tranquila, mamá está en buenos cuidados, ve a descansar de nada vale que estemos las dos aquí* dijo Anabel acomodándose en el sofá

*Seguro mamá que estarás bien?* Pregunto Renata.

*Si mi niña, anda que mañana sera otro dia, yo estaré bien aquí* dijo Anabel.

*Está bien mami, cualquier cosa estaré pendiente de mi teléfono, por favor no dudes en llamarme* dijo Renata dándole un beso a su madre en la frente, para luego salir de la habitación.

En ese momento cuando Renata disponía de caminar hacia la salida choco con unos fuertes brazos, y al levantar su rostro miro a su novio Aron.

*Amor que haces aquí?* Pregunto Renata

*Amor llame a Luzmila y me dijo que aún estabas aquí, te deje varios mensajes pero como no respondías decidí venir personalmente, realmente estaba pensando en como hablar contigo, no quiero que tengas problemas con tu mamá* dijo Aron colocando su mano en la nuca.

*Tranquilo, lo único es que delante de mamá debemos fingir que no somos nada, no es que no quiera que ella sepa que tenemos una relación, solo que esperemos que esto sea más sólido y ahí si demos el paso* dijo Renata con una gran sonrisa, pues se sentia feliz de darse una oportunidad con un chico como Aron.

Cuando la joven pareja se destinaba a salir de la clínica hacia el estacionamiento donde estaba el auto de Aron, Ricardo venía caminando nervioso y hablando solo, Aron y Renata de quedaron mirando y luego vieron al hombre que se devolvía, algo no encajaba pensó Aron, por qué papá está tan nervioso?, Será por Renata?, Miles de dudas se internaron en su mente, o Acaso será que piensa a engañar a mamá? Esto estaba mal, muy mal.

Por esa noche iba a dejar todo quieto, quería pasar un rato agradable con Renata, su mente estaba en un dilema, y quería relajarse un poco y que más con ella a su lado.

*Papá, que sucede* pregunto Aron.

En lo que Ricardo escucho la voz de Aron, se puso tenso, giro en sus talones y miro que no estaba solo, si no con su hermosa hija, sus ojos brillaban, realmente si que era hermosa su hija, pensó el hombre

*Hijo vine a realizar un papeleo que me pidió papá que hiciera personalmente* respondió Ricardo un poco nervioso.

*Ah está bien, bueno yo voy a llevar a Renata a cenar y luego la llevo a su casa* respondió Aron.

*Me parece perfecto hijo, cuidense mucho si y cualquier cosa no duden en llamarme* respondió Ricardo con una media sonrisa, ya que no sabía cómo actuar delante de su hija.

Ricardo siguió su camino hacia la clínica y Aron subió junto con Renata a su auto para luego dirigirse a un restaurante, no tan lujoso pero si muy acogedor, pues el ya sabía que la joven era sencilla y no le gustaban las excentricidades.

Mientras que Ricardo cuidadosamente abrió la puerta de la habitación observando cómo Anabel se encontraba perdida en la lectura de un pequeño libro.

*Buenas noches* dijo Ricardo con una voz muy suave.

*Oh por Dios me asustaste, acaso no sabes tocar* dijo Anabel colocando su mano en su pecho que lo sentía acelerado por el susto

*Mi sol, no fue mi intención solo estabas muy entretenida, cómo te sientes* pregunto Ricardo sosteniendo los pies de Anabel para sentarse y colocarlos encima de sus piernas, mientras Anabel seguía acostada en el sofá.

*Ricardo que haces, que pena, déjame bajar mis pies* dijo Anabel sonrojada.

*Sshhhh, déjame consentirte, sabes que te he extrañado mucho* dijo Ricardo mientras daba pequeños masajes a los pies de Anabel.

*Ricardo eres un hombre casado, y sea como sea, debes de mostrar respeto* dijo Anabel algo relajada por el masaje en sus pies.

*Mi sol, ya te lo dije no amo a Oriana a la única mujer que ame, que amo y amare toda mi vida es a ti, solo que debo arreglar algunas cosas para que podamos ser felices* dijo Ricardo mirando ah Anabel directo a sus ojos mostrando una hermosa sonrisa

*Sabes que no es fácil, y si te puedo amar mucho, pero lo mejor es distancia, así que suelta, suelta mis pies* dijo Anabel sacudiendo sus pies para que Ricardo no siguiera

*Mi sol, dejate consentir, déjame llevarte a tocar el cielo, déjame demostrarte que aún te sigo amando  igual o más que antes* dijo Ricardo

Sin esperar respuestas , Ricardo se abalanzó encima de Anabel besándola apasionadamente, y sin poner ninguna resistencia le correspondió el beso.

Ricardo poco a poco fue acariciando el hermoso cuerpo de Anabel, viajando por su mente que a pesar de los años y de haber dado a luz a su hija, su cuerpo era perfecto para el, poco a poco fue dejando besos por todo su cuerpo, sin esperar más ambos quedaron desnudos mirándose fijamente.

*Te llevaré a tocar el cielo mi sol* dijo Ricardo con su voz Ronca

*Esto no está bien Ricardo, pero solo tu sabes hacerme sentir amada pues nunca eh estado con más nadie, eres el único hombre  que he tenido en mi vida, hasme tuya así mañana me arrepienta* respondió Anabel

Los dos se sumergieron en una danza de amor, de pasión, de lujuria, no importa que tiempo haya pasado, lo importante es que el fuego del amor seguía intacto, como si fuera la primera vez que estuvieron juntos, besos iban y venían, Ricardo fue cuidadoso al entrar en Anabel, una danza de Vaivén de caderas no tardó en manifestarse y cada segundo que pasaba el ritmo se hacía más rápido más agresivo pero a la misma vez más excitante, Anabel no tardo en sentir su adrenalina cuando después de varias estocadas Ricardo logro liberarse.

Ricardo cayo en el sofá y Anabel quedo encima de su pecho, solo se podía sentir la respiración agitada de ambos y el corazón galopando a mil por horas.

*Anabel, mi vida, no me separare más nunca de ti, y te cuidare con mi vida si es necesario* dijo Ricardo.

*No lo sé, tengo miedo, esto parece irreal, miranos, parecemos dos adolecentes haciendo cosas en cualquier lado* dijo Anabel para luego levantarse y vestirse, pues se sentía muy apenada realmente podía llegar alguien.

*Que haces?* Pregunto Ricardo

*Es obvio me estoy vistiendo, puede entrar alguien* dijo Anabel sonrojada.

* Nada de eso, vamos a ducharnos* dijo Ricardo con una sonrisa picara

*Ricardo por favor, esto no es hotel* dijo Anabel avergonzada

*Tranquila, por algo papá es el dueño, no creo que se atrevan a decir algo, así que amor mío, vamos la ducha nos espera* dijo Ricardo cargando desnudo ah Anabel.

*Esto es muy mala idea, pero solo por hoy si?* Dijo Anabel dejándose llevar por Ricardo.

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