Cap. 6 Majestad, que gusto verlo

Zaria sonrió altanera mientras no le baja la mirada.

* Majestad, es un hecho que un hijo mío debería ser cuestionado ya que seria de cualquier hombre menos de usted, el emperador ya tiene con quién tener a su heredero, mis hijos solo serán míos y de nadie más _ dijo Zaria casi entre risas, le parecía gracioso que él, justamente el emperador le hable a ella sobre hijos.

* Tu…, _ Priano había perdido la paciencia y Mitrán decidió calmar las cosas.

* Emperador…, deberíamos volver con la emperatriz, está oscureciendo _ dijo el castaño mientras el pelinegro trató de calmarse, no sabe qué hacer con ella.

Priano respiró profundo, debe calmarse, pero de repente el Duque Mateo salió para hablar con él, no siente que las cosas con su hija en el palacio estén bien.

* Majestad, que gusto verlo, me alegra saber que se interesa por su emperatriz, me sorprendió verla llegar sola y sin escolta, me parece peligroso, un hombre debería saber cómo proteger a su esposa _ dijo el Duque haciendo que Priano quiera morir de indignación, era la primera vez que era regañado de esa manera y por culpa de Zaria.

* Duque, debo disculparme, es mi error, Zaria no dijo que saldría, pero haré que su doncella siempre la acompañe y que tenga su guardia siempre cerca de ella _ dijo educado, aunque no le teme a Mateo, aun así, no quiere problemas con él en este momento.

Zaria sonrió ante la situación así que decidió poner un poco más de presión sobre su “adorado esposo”.

* Padre, sobre las doncellas, quiero que Mina venga conmigo, ella ha sido mi doncella durante años, no quiero a nadie más cerca mío _ dijo ella con una sonrisa dulce mientras que Priano la fulmina con la mirada, tener a alguien del Duque en su casa es un peligro, podría ser un espía, de ese traidor puede esperar cualquier cosa.

* Emperatriz, en palacio hay muchas sirvientas, deberías escoger una de ellas _ dijo Priano mirando a Zaria de forma acusadora mientras ella pone una brillante sonrisa en su rostro, solo eso quería escuchar.

* Lo sé emperador, pero todas ellas les rinden pleitesía a sus cinco concubinas y en especial a su favorita, la concubina Camelia es la que manda incluso más que yo, así que quiero a alguien que me sirva a mi y no me ponga las cosas difíciles _ dijo mientras Mateo fulmina a Priano con la mirada y Mitrán quiere dar una carcajada, Cilio solo abre los ojos como platos y Priano quiere ahorcar a Zaria.

Priano resopló con fastidio, Zaria realmente era fastidiosa, y él ya se quería ir, así que no pudo hacer nada más que asentir.

* Bien, si la emperatriz se siente más cómoda, que así sea, que la doncella en cuestión haga su equipaje y regresamos al palacio _ dijo frotándose la sien, ya no tiene energía.

Zaria miro a Cilio con una gran sonrisa, mientras Priano miraba la situación inconforme.

La hermosa niña entró saltando como un conejo feliz mientras que afuera la situación es de lo más tensa, las miradas asesinas de Priano hacia el pobre Cilio son evidentes, Mateo mira a Priano con desconfianza y Mitrán quiere que se lo trague la tierra.

Pero cuando Zaria salió las cosas no mejoraron, Zaria salió con la amigable y divertida Mina y se subió en el carruaje que había usado para llegar ahí, el emperador quería ir y bajarla de un tirón para que se vaya con él como debía ser, pero Mitrán lo tomó del brazo para que no haga una tontería.

* Primo, no hagas una tontería, su padre está aún mirando, no seas bruto _ dijo el hombre mientras Priano aprieta los puños con fuerza, no puede creer que esto esté pasando, pero va a castigar a Zaria por esto, de eso está seguro.

Cuando llegaron al palacio imperial, Zaria presento a Mina como su doncella, Lara se sintió inmediatamente triste, no entendía qué había hecho mal para que la emperatriz no quiera que ella sea su doncella, sin embargo, toda la servidumbre se puso a disposición de la emperatriz y su doncella, después de verla abofetear a la concubina favorita del emperador y llenarle la boca de salsa picante, saben que no es una niña a la que se la pueda ofender sin recibir un castigo.

Priano esperó pacientemente a que Zaria acomode a su doncella en la habitación junto a la de ella, y una vez que ella se fue a su recamara, Priano fue a buscarla, debería darle una lección a esa chiquilla problemática, cuando Zaria abrió la puerta pensando que era Mina, el hombre alto y fuerte entró dándole un ligero empujón, inmediatamente cerró la puerta mientras mira a su joven esposa con malicia, no dejaría que ella haga lo que quiera y menos que exponga así su honor mientras que Zaria lo mira molesta, no entiende cuales son las intenciones de ese hombre justo ahora.