Viendola otra vez...

Narrado por Alexis

Mi día va de mal en peor, en la mañana desperté tarde, no pude pasar por mi café y casi choco a una joven que iba distraída, escuchando música. Llegue y mande a mi hermano por mi café, pues tenía solo unos minutos antes de la reunión general y no quería empezar tarde. A los minutos llega diciendo impropios y todo sucio, directo a mi baño pues el cómo uno de los dueños y abogado tiene que estar en la reunión, furioso sin mi café me encamine a la reunión... Donde no me fue mal, pero faltaron mis otros hermanos, quienes también son dueños de la empresa, pero no les interesa. Así que cada reunión, raramente asisten aun así, siempre se le deposita su dinero correspondiente.

Mi nombre es Alexis Acuña, tengo 25 años y soy el del medio de mis hermanos, soy administrador de las empresas familiares. Soltero, pues confío en encontrar una buena mujer que me quiera a mi y a mis hermanos, pues somos uno los cinco.

Al medio día Leo quien es mi hermano menor por un año que llame a los otros para comer juntos. Quienes llega uno todo sudado, corriendo y se desparrama en nuestro sofá de la oficina.

Dante- Agua, quiero agua...

Leo le tira una botella y sé la bebé completa.

Dante- El amargado General ya viene...

Leo- ¿Qué le hiciste?..

Dante- Nada. ¿Nuestros padres vienen?.

Alexis- Hoy no.

Dante- Excelente. (Luego se quita el pantalón de vestir y la camisa) Ahora sí. (Queda en bóxer)…

A los minutos entra Alan, hecho una furia.

Alan- Hola. ¿Qué haces vístete?. Puede entrar nuestra madre.

Dante- Hoy no vienen.

Alan rápidamente se quitó el traje, pues nuestros padres siempre dijeron que en la empresa de punta en blanco y sobre todo traje para que no descubran que profesion tienen sus amados hijos al ojo público. Así que nos acostumbramos a siempre venir de traje, incluso el chef que es nuestro hermano menor, que trae el almuerzo.

Cristián- Siento llegar tarde.

Dante- Voy por los platos.

Cris con únicamente ver a Dante paseando en bóxer en la oficina, sabe que nuestros padres no vienen. Así que rápidamente se saca el traje y queda en remera, incluso hasta el cinturón se saca...

Estamos los cinco...

Alan el mayor de 27 años.

Dante el segundo de 26 años.

Después le sigo yo con 25 años.

Leo es el cuarto de 24.

Cristian el último de 23.

Alan, General del ejército.

Dan, Sargento del ejército.

Leo, abogado de la empresa.

Cris, chef de su restaurante.

Y yo, administrador de las empresas.

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Narrado por Cristián

Hoy almorcé con mis hermanos, como cada día de nuestra vida que podemos.

Se me antojó un café por más que ya me había lavado los dientes en la oficina, caminé hasta una cafetería donde una hermosa joven me atendió, estaba tan ocupada que ni siquiera me miró...

Pero yo sí la vi a ella, tan bonita su piel blanca, sus ojos celestes, su pelo mal agarrado le quedaba hermoso. Mis hermanos tienen que verla, tendré que hacer que ellos vengan o ella vaya a la empresa. ¿Será nuestra futura reina?.

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Narrado por Leo

Leo- ¿Alex sabes que trama Cris?.

Alexis- No tengo idea... Pero, si es raro que venga en las mañana y traiga para desayunar y no el café.

Leo- Ni me lo recuerdes, que en esa cafetería fue que choque con la mujer tonta que me dejó sus frutillas pegadas en mi camisa blanca, tras de todo me quería desnudar en plena calle. Pero debo decir que los cafés son muy ricos.

Lo escucho suspirar cada noche antes de dormir, parece ser que está enamorado. Llega como cada mañana, desde hace varias semanas. Toma el teléfono del escritorio y pide los cafés. Luego saluda. Los soldados vienen en camino, necesitamos que firmen unos documentos de la nueva adquisición de la empresa.

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Narrado por Emily

Hoy es mi cumpleaños número 20, no muy feliz pues me quedé dormida. Perdí un año de estudios cuando murió mi familia así que me recibí un año más tarde y aún no sé qué estudiar.

Jefe- Emily. ¿Podrás llevar estos cafés a la presidencia de la empresa Acuña de dos calles de aquí?. Mi hijo aún no llega.

Emily- Claro. Deme.

Jefe- Presidencia. Cinco cafés.

Mi estómago suena y hoy no desayune. El jefe me regala dos medialunas rellenas y me las voy comiendo por el camino, camino rápido así no se enfrían los cafés... Siendo que son riquillos capaz hasta hacen que me despidan.

La chica de recepción me da el pase y camino al ascensor... Justo a mí entran dos hombres, pero para mí es más interesante mi media luna rellena, pues no la tirare por dejar los cafés... Así que me la comeré antes. Se abre el ascensor y me doy una palmada al no tener nada con que limpiarme y que no me saque el delantal... Fue, me limpio con él. Me acerco a la secretaría.

Secretaria- Pasa, te están esperando.

Adelante mío van los dos hombres que estaban conmigo en el ascensor. Los seguí y entre, ellos se sentaron con otros tres más. No me quité los lentes, les sonrió, son demasiado serio, no me gusta. Apuesto que por eso Mat llegaba tan feliz después de dejar los cafés aquí.

Emily- Buen día. Acá está su pedido, cinco cafés. Uno con leche, dos sin azúcar, uno con crema y uno común.

Me paga con un billete grande, quite mis lentes y revolví mis bolsillos buscando cambio. Los miré pues no llegaba con el vuelto y los cinco me estaban mirando.