El hombre de ojos grises. capitulo 20

Llegaron juntos , Máximo y su esposa a la galería . Eran dos bellos ejemplares humanos y todos los miraban con admiración. Ella lucia un vestido al cuerpo negro sin hombros, sencillo pero perfecto. Sandalias negras altas.

El, un traje blanco. Ambos se veían dorados por el sol y sonrientes. Ella tenía en sus manos un pequeño sobre plateado donde llevaba su celular y Máximo la llevaba de la cintura posesivamente.

Varias personas llegaron a saludarla.

Ella sonreía en forma exquisita pero distante.

Tomo un sorbo de la bebida de la copa que le ofrecieron. Los hombres de Carlos pusieron una sustancia amarga inofensiva.

Caterina sintió un dejo de amargura en la bebida.

_ Máximo,voy al baño.--dijo.

El rodeado por hombres conversando le hizo un gesto con la mano.

Ella atravesó la sala y abrió la puerta del toilette. Inmediatamente,con el cuenco de la mano, cargó agua y se enjuagó la boca.

Pareciera que una gota de vinagre se hubiera colado en el espumante dorado.

En ese momento se apagó la luz del baño.

Un cuerpo musculoso se apretó contra ella y unas manos cubrieron su boca.

Loca de miedo permaneció sin gritar.

Sintió el perfume embriagante y olvidado de un hombre.

El Hombre la arrastró hasta el baño. En la oscuridad pegó su boca a su oído.

_ Katty, soy tu verdadero esposo. El verdadero padre de tu hija _Le murmuró en un susurro en su oído.--

Katty,no grites mí amor-- le dijo.

Katty temblaba de miedo , pero su cuerpo físico lo reconocía .

Carlos , le sacó la mano de la boca y le beso. Su boca abierta enloquecedora se apoderó de la suya ,le dió un beso más ardiente de todos los que había sentido y ella respondió con todo su ser. Luego trató de componerse.

_Lo que me dices no es cierto-- dijo.

_Amor, --le dijo Carlos. -- Tú eres mía. Mí mujer. El te raptó y perdiste la memoria.

Mira mis ojos,--dijo.

Y con una linterna enfocó sus ojos.

Eran grises como los de Marina.

El la tenía sobre la pared del baño. Le descubrió el pecho del vestido y se prendió hambriento en sus pechos.

Sus manos iban debajo de su falda encendiendola.Ella temblaba de una pasión desconocida.

_No te conozco --dijo con un hilo de voz.

_Katty, tu cuerpo me conoce. El recuerda nuestro fuego juntos. Entiende amor. Te juro que te recuperaré.Maximo es un asesino. Es un mafioso. Yo te rescatare mí amor. No quiero que ese hombre vuelva a tocarte. Dame tu bolso.--

En la oscuridad puso su celular sobre el teléfono de Kitty y en minutos estaba clonado.

_ Kitty, no le digas nada a Máximo. Te mataría a ti y a mí hija.--

Dos golpecitos suaves en la puerta indicaron a Carlos que Máximo se movía hacia el baño.

_ Sal amor. Y esperame. Yo las salvaré.

Las luces del baño se prendieron. Ella se vió junto a la pileta temblando. Sintió la voz de Máximo.

_ Marina estás bien ?

Marina escuchó el baño correr.

La puerta estaba cerrada. Supo que allí dentro estaba Él.

_Si, dijo. Ya salgo.

Máximo entre abrió la puerta y miró a su esposa.

_ ¿Todo Okey ?

_ Todo bien querido --dijo saliendo.

Su cuerpo aún temblaba. Máximo la tomó del brazo mientras caminaban y le dió un beso en el cuello.

Se reunieron con los demás.

Se anunciaron los premios. Cuando Kitty pasó a recibir el suyo, aún estaba temblorosa.

_Muchas gracias, dijo. Se lo dedico a mí hija Marina.--

Luego se acercó a Máximo envuelta en aplausos y le susurro:

--No me siento muy bien, Máximo. Podemos irnos ?

_Claro amor,--dijo él. Estuviste maravillosa ! y posesivamente frente a todos le beso con ardor en la boca.

Salieron juntos tomados de la mano, escoltados por dos empleados de Máximo.

Subieron al auto.

Kitty sentía una emoción extraña. Se dió cuenta ,habiendo sido besada y acariciada por el hombre misterioso, porqué no podía gozar con Máximo.

Todo su cuerpo pertenencia a otro hombre. Al padre de su hija.

Llegaron al Chalet de la playa y ella de inmediato fue a ver a su pequeña.

Máximo llegó. Quería sexo. Ella lo sabía.

Entonces se acostó y le dijo:

-- No estoy bien Máximo. Puedes apagar la luz. Tengo un horrible dolor de cabeza.

Su esposo accedió. Le dió un beso en la mejilla, le tapó solicito y apagó la luz.

Se marchó a su recámara.

Pensó que podía haberle hecho mal a su mujer. Mucho sol, --se dijo. Y se durmió.

Carlos, ya con barba y bigote, totalmente camuflado salió de la galería y se fue al hotel.

Había visto como todos en el salón el beso del mafioso con Kitty. El dolor que sentía parecía desgarrar sus entrañas.

En la cama del hotel recordó su perfume. El sabor de sus labios y de su cuerpo.

--Recuperaré a mí mujer,-- dijo.

Y luego se durmió.

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